No podía concentrarme en el momento algo que me parecía injusto por Gared que estaba allí hablando mientras tomaba su frapucchino.
— No bebiste nada ¿No tienes hambre? —pregunto el mirando mi copa que estaba hasta arriba.
Solo Tanner era el que rondaba en mi mente maldito Tanner y su forma de ser. Era mi hermano no podía ser cierto intentaba todas las formas de verlo lo más espantoso y cruel pero no podía.
Conocía bastante a mi hermano para saber la clase de persona que era.
Y Gared que intentaba de demostrar su interés en mí y lo intentaba tanto que trataba de disimular todo.
Tanner se había vuelto distante conmigo en la escuela no cruzábamos miradas ni nada solo era silencio. Y eso no me hacía sentir para nada bien.
Necesitaba hablar con alguien y él era la única persona que conocía a la perfección y el a mí, el no me juzgaría ni tampoco haría algo para dañarme.
— ¿Vamos a dar un paseo? —preguntó Gared que no dejaba de mirarme.
Los dos caminamos juntos a la vuelta del parque.
— Tanner salió con Sendy me sorprendió que aceptara —puse mis ojos en blanco.
Gared… ese era el punto del que no quería pensar. El frio invernal poco a poco al pasar los días comenzaba a sentirse y era cuando más triste me ponía.
Eran las épocas donde extrañaba a la abuela y sus canciones, eran los mejores días que nunca me iba a olvidar.
— Ris… ¿Quiero que demos un paso en nuestra relación? —el se quedo inmóvil y yo lo mire nerviosa.
No podía dejar que siguiera no estaba lista para algo así demasiadas cosas tenía en mi mente y tampoco quería romper su corazón.
— Gared yo no me… siento lista aun —dije mirando hacia el suelo— me gusta estar contigo pero yo…
— Esta bien… no tienes que sentirte así creo que me apresure —dijo el sonriendo.
La cita termino y regrese a casa, mama no estaba y los demás tampoco. Tome una botella de tequila y Sali al patio. Había discutido con Hazel algo que tampoco me hacía sentir bien.
Mire hacia el cielo lleno de estrellas quería escaparme por más que me sintiera con ganas de devorarme el mundo sabía que esa no era mi verdadero yo.
— Hace frio —sentí una manta envolverme.
Él se sentó a mi lado mirando hacia el cielo.
— Las estrellas son hermosas… una vez conocí una estrella —me reí al recordar mi apodo— era una chica muy dulce a quien hacían sufrir demasiado.
Tanner hablaba mirando hacia el cielo y yo lo mire a el.
— Al principio éramos desconocidos y luego empezamos a conocernos… ella me contaba su forma de ver la vida sus locuras y todo lo que pasaba por su mente —el dio un suspiro— y no se en que momento termino enamorándome…
Y fue con eso que sentí la puntada en mi corazón y el nudo en mi garganta.
— Sentí que había conocido al amor de mi vida —el me miro y temía que las lágrimas salieran de mis ojos— lo prohibido a veces es lo más tentador… ¿Pero por qué?... siempre me pregunto si fue coincidencia o el destino.
No era el único que se preguntaba eso. Empecé a llorar al darme cuenta lo destruida que estaba, el me envolvió en sus brazos.
— Te quiero en mi vida Tanner —dije entre sollozos.
El también estaba llorando, me separe para que ambos pudiéramos mirarnos. Los dos nos pusimos de pie, me acerque a el quería por más que la idea fuese de lo peor quería hacerlo.
— No Ris —el aparto su rostro— ¡Esto no está bien y lo sabes! Debemos dejar todo esto…
Y sus palabras fueron directo a mi corazón como estacas. El volvió a entrar a la casa y yo me quede allí, las lágrimas dejaron de salir y solo sabía que mi corazón estaba destrozado.
Algo estaba mal en mí y eso era lo único que me molestaba más.
Volví a entrar luego de unos minutos, mama estaba en la cocina.
— Necesito algo de dinero —dije con pocos ánimos.
— ¿Dinero? ¿Para que quieres dinero? —dijo ella que tampoco parecía estar de buen humor— ya te di suficiente dinero.
— ¡Por una vez que vuelvo a insistir mamá! —exclame al ver su mala forma.
Ella dejo su teléfono a un lado y tomo su bolso acercándose a mi.
— ¡Tu tenías que ser Rissie! —exclamo mirándome con enojo— ¡Siempre causas conflictos! ¡Me complicas la vida con tus rebeldías sin sentido! ¡Desde que eras una niña!
Estaba como loca gritándome y yo solo la observaba aguantando las ganas de llorar.
— ¡POR TU CULPA JOE Y YO NOS SEPARAMOS! ¿AHORA QUE ES LO QUE QUIERES? ¡Dime! ¡Solo me molesta tu actitud tan débil que tienes! —dijo luego de tomar sus cosas y salir.
Esffie la miro y me miro a mí.
— ¡Vamos Tanner apúrate! —exclamo ella.
Me acerque a donde ella estaba no había escuchado nada de lo que dijo mama.
— No molestes Rissie… tengo asuntos importantes —dijo ella con fastidio.
¿Okey? Todos estaban en mi contra y eso estaba más que claro.
Subí las escaleras cerrando la puerta de mi habitación. Marqué a Hazel pero no me contestaba la llamada, escuché la puerta de la entrada cerrarse.
Estaba sola… otra vez estaba sola.
No tenía a nadie ni a nadie, abrí la puerta del cuarto y fui por una botella de agua.
Agarre las bolsas de pastillas y me las mande una tras otra. Quizás lo único que me quedaba era sentirme bien conmigo misma debía bajar de peso.
Sentía que mi corazón iba a salirse, la puerta de mi cuarto estaba abierta y podía ver la puerta de Tanner.
El volvió a mi mente, quería llorar, me dolía bastante me metí en mi baño y me mire al espejo. Unas horribles ojeras estaban debajo de mis ojos.
Todo a mi alrededor daba vueltas mientras no paraba de llorar. Saque la caja donde guardaba algunas coas y allí estaba la Gillette.
No tenia sentido seguir con una vida así, las críticas por mi cuerpo y una autoestima que no existía, un amor prohibido que no era posible y todo a mi alrededor derrumbándose sin sentido alguno.
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Editado: 16.08.2022