El auto solo iba sumido en silencio mezclado con tensión.
— Detén el auto —dije aun faltabas unas calles para llegar a la preparatoria pero no me importaba— ¡Detén el auto Tanner!
El sin decir una palabra se hizo a un lado y se detuvo. Lo mire y el tenia el ceño fruncido pero solo miraba hacia el frente.
Aprete mis labios y aguantando el enojo me baje cerrando con todas mis fuerzas la puerta.
Pensé por un momento que se bajaría del auto o que no me dejaría ir asi sin mas, pero no lo hizo.
Acelero dejándome atrás, me cruce de brazos y empecé a caminar.
— ¿Ris? —un auto se detuvo a mi lado— ¿Tanner no quiso traerte?
Puse mis ojos en blanco pero Gared no tenia la culpa.
— ¡Súbete! —el sonreía, no me iba a negar a su oferta asi que sin tanta vuelta me subí.
— No quiero hablar… lo siento si te trato mal pero no estoy de humor —dije cruzándome de brazos.
— Tranquila no diré nada de nada —y asi lo hizo hasta que llegamos.
Nos bajamos del auto y todas las miradas de las babosas estaban sobre nosotros.
Gared sonreía como todo un campeón, relaje mi ceño y solo tome aire.
Entramos los dos juntos, el estiro su mano y yo la tome.
— Para que te sientas segura —dijo el guiñándome un ojo.
— Gared intentas coquetear conmigo? —dije riéndome ante las muecas que hacia— hoy no estoy de humor asi que no tendrás suerte.
— Ya lo veremos.
Los dos caminamos hasta llegar a mi casillero, Hazel me miro con una sonrisa y su mirada picara. Marcus también no pudo ser disimulado que Gared se rio.
Quien sorprendentemente estaba allí era mi hermano, el no me miro a mi si no que miro a su amigo.
¡Me estaba ignorando! Y no era la primera vez hacia días que estaba así desde esa vez que hablo con Esffie.
— Te detesto —exclame mirando furiosa a Tanner.
Todos me miraron a mi repentino comentario, pero el fue el único que seguía actuando como si nada.
Me aparte de allí y Hazel y Marcus me siguieron.
— ¿Tanner y tu están peleados? Algo sorprendente la verdad —dijo Marcus.
Me di la vuelta y Gared miraba a mi hermano atento, no parecían estar teniendo una conversación cualquiera.
Nos dirigimos a nuestro salón y luego llego la hora del almuerzo, al salir del salón me sorprendió ver a un sonriente Gared.
— ¿Otra vez? —dije mirándolo con una sonrisa.
— Algo que me sorprendió bastante fue que Tanner me dijo que no tenia problema con que te invitara a salir —me quede inmóvil al escuchar aquella oración.
¿Tanner? Sabia que a mi hermano no le agrada nada los sentimientos que Gared tenia hacia mi, y eso se lo había demostrado varias oportunidades.
Algo extraño estaba pasando y no me hacia tener un buen presentimiento. Conocía bastante a Tanner como para saber que el no actuaria de esa manera.
¿Dejar que su amigo intente algo conmigo? Eso si era extraño, y lo que mas me dolía era pensar en las razones por la que podía ser eso posible.
Regrese con Gared a mi casa aun con mi mente en otro lado, al entrar a la casa me encontré con mama y Esffie en la cocina.
— ¿Y esa cara? Hola cariño —dijo mi madre al verme entrar.
— No soporto a Tanner y quiero mi propio auto —dije sentándome en el banquito de la isla.
Esffie se inclino para mirarme fijamente.
— ¿Puedes dejar de mirarme? —no me sentía con todo el humor del mundo.
— Oye no tengo la culpa de que tu tengas problemas con nuestro hermano —puse mis ojos en blanco.
Tampoco quería estar allí así que me levante y subí las escaleras para encerrarme en mi cuarto.
Así estuve hasta que mi barriga comenzó a crujir, al salir de mi habitación justo vi bajar las escaleras a Tanner.
— ¿Saldrás cariño? —pregunto mi madre.
Levante una ceja y me cruce de brazos, mirándolo desde la punta de la escalera.
— Si con Gared y los demás del equipo —dijo el con seriedad y saliendo por la puerta.
Me volví hacia mi cuarto sintiendo el nudo en mi garganta.
¿Por qué hacia eso? El sabia cuanto me dolía que me ignorara, pero debía actuar de manera adulta.
Tome aire y exhale tal y como me lo había enseñado la psicóloga. No debía depender de Tanner, estaba mal, pero lo amaba.
¿Y si había encontrado a alguien? ¿Sendy, había regresado con ella? Y si se iba a complacer sus necesidades sexuales y no quería decírmelo.
¿Por qué tenia que ser asi?
Me recosté en mi cama hundiendo mi rostro en la almohada y empecé a llorar.
¿Amaba tanto a Tanner que tenia miedo de perderlo? Era amor de verdad.
Me dolía y si el amor duele, como siempre decía mi abuela.
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Editado: 16.08.2022