Narra Tom.
Estaba en la oficina, cada día hay más trabajo lo cual me enorgullece. Ya que significa que seguimos siendo los mejores.
Lo malo es que terminó cansado y sin darme cuenta me desquito con Ana, como ayer, me porte muy frío con ella.
Odio ser de esta manera con ella y al ver que ella fue quien dio el primer paso al darme su apoyo fue lo que necesitaba para relajarme y darme cuenta que era la mujer de mi vida.
Le pregunté sobre el desayuno que tuvo con sus amigos, y a palabras de ella le fue muy bien tanto que quería que yo los conociera, no soy de relacionarme con las personas con decirles que solo tengo a Sebastian y a Benedict en mi círculo más cercano les estoy diciendo todo y eso que tardaron años en ganarse mi confianza pero por ella soy capaz de todo.
Hablando de Sebastian, quede con él para el almuerzo. El desayuno siempre me lo rechaza ya que está de conquistador.
Estaba por salir cuando me encontré con Elizabeth.
- Tom hola -- odio cuando me habla.
- Hola Elizabeth. -- empecé a caminar
- ¿A donde vas?
- ¿Desde cuándo tengo que decirte lo que hago? -- dije molesto
- Yo.... Eh....lo siento... Solo quería hacer platica.
- Ya tengo con quien hacerlo. -- como detesto a las personas que se toman la libertad de hablarme.
- Claro, disculpa... es que ahora que Sebastian está tan distraído con Ana pensé que te gustaría compañía --dijo mientras ponía su mano en mi hombro.
- No vuelvas a tocarme -- quite bruscamente su mano -- ¿y a quien Ana te refieres? -- pregunté tranquilamente mientras que en el fondo me estoy muriendo de los celos.
- La nueva, la que apenas ascendieron --no puede ser -- los he visto muy juntos, desayunan todos los días y recién los vi en la oficina de ella abrazados besandose -- se quedó pensando -- me parece que fue la semana pasada era muy tarde, ya no había nadie en el edificio, pero bueno no me importa lo que hagan esos dos. -- sonrió
- Para no importarte estás muy enterada.
- Toda la empresa sabe de la nueva conquista de Sebastian. Es más ni siquiera lo ocultan, siempre están de cariñosos, como ayer estaban abrazados y tomados de las manos en la cafetería-- ya no soporte y la dejé hablando sola.
Estoy que me hierve la sangre, no puede ser que Sebastian le guste Ana y yo de estúpido aconsejandolo.
Regrese a la oficina, tenía acceso a las cámaras así que pedí las videos de la cafetería y de la oficina de Ana.
Al ser yo quien lo pidió en 10 minutos ya me los habían enviado.
Al principio no quería hacerlo, quería primero hablar con Ana, no quería desconfiar en ella pero como siempre los celos y el enojo me vencieron.
Espero que la maldita de Elizabeth se haya confundido...
Puse reproducir, empecé a ver el vídeo de la cafetería del día de ayer...
Ahí estaban...
Sebastian comiendo con Ana, al principio todo iba bien, pero en un momento Sebastian le tomo la mano, sonreí cuando Ana se separó de él pero unos minutos después fue ella quién le tomo las manos, le sonreía y lo veía como me veía a mi...
Unos minutos estuvieron así hasta que 4 chicos llegaron con ellos, comieron, platicaron, reían y en un momento Sebastian la abrazó y ella no hizo nada, dejo que la abrazara.
Cerré el vídeo y abrí la de sus oficinas...
Elizabeth dijo que los vio, significa que estaban fuera de la oficina, las cámaras solo llegan en los pasillos, en las oficinas no las incluí para darles más privacidad.
Empecé a ver los vídeos nuevamente sabía cuál ver, fue el día que Sebastian llegó a la empresa.
Y no me equivoque...
Vi como Sebastian salía de la oficina de Ana, la puerta quedó entre abierta, no podía ver el interior, solamente el lado izquierdo, él empezó a caminar pero se dio la vuelta, vi como abrazo a Ana, la tomo la cintura, el cuerpo de Sebastian me impedía ver lo que sucedía pero no era estúpido, se estaban besando...
Besando...
Sin darme cuenta, estaba llorando, no por tristeza si no por rabia...
¡Maldita Ana! grite mientras tiraba todo lo que había en mi escritorio,
ella sabe de la amistad que tengo con Sebastián y aún así se atrevió a meterse con el, con los dos.
De que sirvió todo, cambiar por ella, demostrarle lo que siento.
Pero me las pagará, nadie se burla de mi y vive para contarlo.
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Fui a la oficina de Tom para ir a casa pero al llegar note que no estaba además de que varias cosas estaban en el suelo, me preocupe, algo grave había sucedido para que reaccionara de esa manera.
Salí rápidamente de la empresa, no había nadie esperándome así que fui hasta al metro, llegué a casa dos horas después y me recibió Paty.
- Buenas noches mi niña. --dijo algo preocupada
- Buenas noches, ¿Pasa algo? ¿Haz visto a Tom?
- El señor nos pidió que nos fuéramos. Solo me quedé para avisarte ya que lo escuché molesto.
- ¿Molesto? -- pregunte
- Si, estaba furioso. ¿Están bien las cosas entre ustedes?
- Si, todo bien, en la mañana nos despedimos como siempre.
- Tal vez es un problema del trabajo.
- Si, ha de ser eso --dije algo nerviosa-- Ve a casa, no vaya ser que llegue y te vea.
- Tienes razón. Hasta mañana mi niña.
- Hasta mañana. -- nos despedimos con un abrazo.
Estuve esperando a Tom, pero pasaban las horas y no llegaba.
Eran más de media noche cuando apareció, cayéndose de borracho.
- ¿Tom estás bien? --intente acercarme a él pero me detuvo.
- No me toques. -- con trabajo estaba de pie