Al otro día...
Narra Tom
- ¿Explícame bien lo que acabas de decirme? -- le decía a Fred mientras íbamos a la empresa.. -- Y piensa bien lo que vas a decir..
Vi como trago duró, eran pocas las veces que de verdad me enojaba.
- Como le había dicho ya tenemos el nombre de la persona pero aún no la encontramos, he desplegado a todos los hombres en las distintas calles de Londres ya que me han asegurado que no ha salido de la ciudad
- ¿Como es posible que no puedas encontrar a una simple persona?
- Lo sé señor, a sido mi error...
- Tu primer error desde que te conozco frederick...
- También lo se...
No quise desquitarme con él, como dije este ha sido su primer error, estoy consiente de que ha intentado todo pero hay momentos en que cuando no se puede, no se puede ..
- ¿Como sigue el hombre? -- cambie de tema pero aún seguía con mi semblante serio
- Sigue vivo señor hasta que usted me diga que hacer..
- ¿Que fue lo que le hicieron para que dijera la verdad?
- Nada, solo le queme los pies, y lo amenace con quitarle algo y eso fue suficiente para que abriera la boca..
No soportó mucho.. ¡Que inútil!
- Muy bien, pero no es suficiente -- dije -- nada es suficiente...
- Lo se..
- La encontramos señor -- escuché en el comunicador de Frederick
- ¿Donde? -- preguntó Frederick, nos dieron la dirección..
- Es aquí cerca, vamos.. -- ordené
- No la dejen escapar, vamos enseguida... -- ordenó frederick
Llegamos hasta el lugar, quede sorprendido al ver a la persona que estaba detrás de esto...
Elena
Frederick bajo mientras que yo seguía en el auto, baje la ventana, al verme pude ver como palideció..
- ¿Creíste que nunca te encontraría? -- pregunté sonriente
- Tom ¿Puedo ayudarte en algo?
- Sí.. -- Josef y algunos hombres llegaron.
Elena giro su rostro al otro lado evitando que Josef la pudiera ver..
- Josef -- le hable-- ¿Es ella?
- Absolutamente señor, jamás olvidó un rostro... -- respondió seguro
- Yo no he hecho nada.. -- dijo mientras la tomaban dos de mis hombres -- En ningún momento estuve presente ese día..
- Si serás tonta, en ningún momento mencionamos algo.. -- sonreí -- tu misma te delataste..
- Llévala a la bodega -- le ordenó frederick a Josef..
- Necesito que vayas por alguien -- le dije a Frederick, sabía cómo fastidiar la vida de Elena...
Un par de horas después...
Había llegado a la bodega, podía escuchar los gritos de Elena...
- ¿Alguna novedad? -- pregunté a Josef
- Nada señor, la señorita insiste en no conocer al hombre pero él dice todo lo contrario...
- Bien, entremos...
Caminamos hasta el interior, el hombre estaba colgado, pude notar que estaba muy golpeado, tenía sangre seca por todos lados, sus pies estaban horribles y junto a él estaba Elena.
- Thomas esto no es lo que... -- la abofetee
- Te dije que jamás volvieras a llamarme así... -- dije tomándola del cuello
- Ella me pidió que atacará a Ana... -- dijo el hombre.
- ¿Ah sí? -- pregunté, solté el cuello de Elena
Ella rápidamente corrió hacia donde el hombre estaba colgado
- Cállate! -- gritó..
- Lo sé, lo sé...-- respondí mientras alejaba a Elena del hombre-- No te preocupes, pero aún así no puedo perdonar que hayas puesto tus manos en mi esposa.. -- dije tomando una de mis dagas... -- Josef -- le hable, bajaron al hombre y lo pusieron sobre una mesa..
Vi como Fred entraba rápidamente a la bodega
- Ya está aquí la persona que solicito señor..
- Perfecto, dile al doctor que pase porfavor -- asintió y salió nuevamente.. -- ¿Sabes algo? Detesto a los hombres como tú, aquellos que usan su fuerza para atacar a un mujer-- Josef y un par de hombres le bajaban el pantalón..
- No porfavor... -- dijo al ver que pase la daga entre sus piernas
- ¿No?..-- rei
Tenía mucha rabia y recordar lo que Ana sufrió me hacía enfurecer más..
- ¿Sabes lo que es un eunuco? -- pregunté mientras sonreía. -- Bueno, te mostraré lo que es pero antes me voy a divertir un poco contigo -- me acerque a él -- espero que des un buen espectáculo -- dije mientras veía en dirección en Elena...
Lo bajaron de la mesa y me ayudaron a sujetarlo en la silla, amarraron sus manos evitando que pudieran moverla.
Me quite el saco, quedándome solo con mi camisa blanca.
No quería mancharla.
Tomé una de las pinzas que tenía guardado en un maletín especial.
Ya ni recordaba que existía, no recuerdo la última vez que había hecho algo como esto pero la ocasión lo requería..
- Entonces, ¿Ella te lo pidió? -- pregunté, recordé que fue lo primero que me dijo antes de golpearlo.. -- ¡Responde! -- su cuerpo se tensó en cuanto le saque una de las uñas de las manos..
Gire mi vista hacia Elena y estaba aterrada.
Estúpida...
Sí supiera que esto no es nada..
- ¿Te lo pidió o no? -- pregunté nuevamente..
Sus gritos se escuchaban en toda la bodega..
- Lo lamento, me emocioné -- dije al ver que ya había quitado 3 uñas rápidamente..
Quise calmar su dolor así que con otras pinzas presione uno de sus dedos hasta hacer pedazos sus huesos..
- ¡Eres un monstruo! -- gritó Elena
- Claro que lo soy, te advertí que no te metieras conmigo..
Los gritos seguían, el hombre era tan débil
- Agradece que no torture mujeres porque si no estarías en su lugar pero tranquila, tengo algo preparado para ti..
Seguí con mi tortura, vi como sus pies estaban quemados así que "sin querer" las pise...
Sus gritos me excitaban demasiado, ahora más que nunca me doy cuenta que estoy completamente enfermo...
- ¿Te duele? Esto no es nada comparado a lo que mi mujer sintió al estar contigo..
Note como empezó a desvanecerse...