Tres días después.
Narra Tom
Estaba llegando al hospital, hoy era el día en que intentarían sacar del coma a Ana.
- Se que todos quieren estar con ella -- habló el doctor al vernos.
Todos estaban aquí excepto Paty ya que se había quedado con mi princesa y con los hijos de Ben y Robert
- Pero no todos pueden entrar -- añadió.
- ¿Cuántas personas pueden pasar? -- preguntó Peter
- Dos personas solamente -- respondió
- Pasen ustedes dos -- habló Sebastian, señalando a Peter y a mi.
- Gracias chicos -- respondí.
El doctor nos hizo una señal para seguirlo.
Caminamos y después de ponernos la bata y otras cosas entramos.
Al entrar nos encontramos con MJ quien estaba junto a Ana, con ella estaban varias enfermeras más.
Mientras ellos se preparaban di un vistazo rápido a mi alrededor, la habitación era pequeña y gris, con una luz tenue que iluminaba la cama de mi esposa. El sonido de los monitores que registraban su actividad cardíaca y cerebral era un ritmo constante que me parecía una cuenta regresiva
- ¿Puedo estar a su lado? -- pregunté, el médico asintió.
Me senté al lado de su cama, apretando su mano con la mía, tratando de sentir algo, cualquier cosa, que me hiciera saber que estaba viva.
- Bueno, empecemos a disminuir los medicamentos -- ordenó el médico. -- Que sea lentamente.
Las enfermeras empezaron a rodear a Ana.
Me sentía ansioso y nervioso, pero traté de mantener la calma para estar allí para ella. El médico junto con las enfermeras comenzaron a reducir la sedación
Unos minutos después se separaron de ella.
- Esperemos -- dijo el doctor y asentimos.
Pasaron los minutos y no había ningún cambio.
No quería alterarme ya que tenía a Peter a mi lado pero cada minuto que pasaba el pánico que sentía crecía.
Aún tenía su mano entre las mías, aún no había un cambio.
La sedación había sido reducida, pero ella no respondía. No movía los brazos, no abría los ojos. Era como si estuviera atrapada en un sueño del que no podía despertar.
La miraba y rogaba con que me hiciera el regalo de abrir los ojos.
- Despierta cariño -- susurré mientras apretaba su mano.
Note cómo el doctor revisaba los monitores.
- ¿Que sucede? -- pregunté al ver qué su rostro cambiaba.
- Hemos hecho todo lo posible pero..
- ¿Pero...? -- preguntó Peter.
- Ha pasado tanto tiempo en coma que lo que puedo decir es que ha entrado en un coma profundo.
- ¿Que significa eso? -- pregunté
- Que la condición en la que está es fatal, así que tienen que prepararse...
- ¿Prepararse para que..? -- preguntó alterado Peter.. -- No estará insinuando que..
- Lo siento -- intervino el médico -- La paciente no ha mostrado mejoría lo que significa que su condición es irreversible además su corazón sigue fallando, así que es imposible que pudiera vivir sin ayuda.
Todo a mi alrededor desapareció, sentí una sensación de desesperación e impotencia, como si estuviera viendo cómo se alejaba de mí sin poder hacer nada para detenerla.
Los monitores que registraban su actividad cardíaca y cerebral seguían sonando con un ritmo lento y regular, pero era como si estuvieran marcando el tiempo que le quedaba.
- Podemos intentarlo nuevamente -- sugerí.
- Es posible pero no puedo asegurarle que despierte.
- ¿Que pasa si no despierta?
La respuesta fue silencio, y eso fue peor que cualquier palabra.
Me abracé a ella, tratando de sentir su calor, su vida, pero parecía estar más lejos que nunca.
- Tienen que pensar la opción de desconectarla para que su cuerpo se detenga naturalmente. -- soltó de golpe el médico
- No -- respondí -- No, no y no. -- grité aún con la mujer que amaba entre los brazos pero al mismo tiempo lejos de mí.
- Es mejor dejarla descansar, la vida artificial solo alarga su agonía, entienda, su corazón ya no está funcionando.
- ¡Ya dije que no! -- grité.
Regrese a Ana a la cama, me puse de pie y camine hasta estar frente al médico.
- Usted no me va a decir lo que tengo que hacer... -- lo mire fijamente.
El dolor en mi pecho crecía rápidamente..
- Tom.. -- habló Peter..
- No te atrevas a darle la razón.. -- respondí, volteé a verlo.. -- Sabes lo doloroso que es tan solo pensar una vida sin ella.
- Lo se -- respondió
- Entonces no me pidas dejarla ir porque no lo haré.
- No puedes condenarla a esto.. -- la señalo.. -- Ella se merece más..
- Ya dije que no, está mujer es mi maldito oxígeno, ella es mi corazón -- no me di cuenta en el momento en que empecé a llorar. -- Yo no puedo seguir sin ella. Espere tantos años el tenerla a mi lado para que algo tan simple como la muerte me la quite.
»» No puedes pedirme que la deje y siga adelante, ella es la razón por la cual creo en Dios y estoy seguro de que no es tan desgraciado como para entregarmela un momento para después quitármela..
Note cómo las enfermeras empezaron a salir junto con el médico.
- Déjame solo -- pedí...
- Tienes que tomar una decisión -- respondió Peter -- Yo también la amo, es la persona más importante de mi vida pero no quiero condenarla a esta vida solo porque no tengo el valor de verla morir. Tu hija está en casa y lo peor que le puede pasar aparte de perder a su madre es que también pierda a su padre cuando él si está vivo..
Escuché sus pasos alejarse hasta que escuche la puerta cerrarse.
Me acerque a Ana nuevamente.
Pensé en todos los momentos que habíamos compartido, en todos los sueños que habíamos planeado, en todos los días que habíamos vivido juntos.
¿Cómo podía ser que ahora estuviera paralizada, sin responder, sin abrir los ojos?
La tome de la mano, el cual estaba fría y flácida a pesar de estar entre las mías, pero yo no la solté. Era como si creyera que, si la soltaba, se iría para siempre. Me acerqué un poco más a ella, le susurré al oído: