Capítulo 14 | Bienvenidos a este nocivo territorio
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Una fría noche, teniendo como reposo el suelo, en un rincón.
Nos ofrecieron mantas delgadas recién secas. Los recursos que utilizaban eran de uso medido, pues los pacientes críticos eran la principal prioridad dentro del edificio.
Era difícil conciliar el sueño con tanto ruido de por medio, y como no olvidar ese olor. Era más intenso que la última vez, lo que indicaba un nulo avance en el tratamiento de los pacientes. ¿Ballery estará haciendo algo al respecto?
Y hablando del demonio...
Toda la noche estuve atento a alguna novedad, pero más que eso, me llevé cierta sorpresa. No escuché ningún comentario a cerca de Cinthia, ni siquiera hubo presencia de ella. Probablemente se encontraba arriba, haciendo compañía a un agonizante cuerpo pequeño. Según sus propias palabras, era encargada de este sitio, pero aún así no mostró señales de aparición.
El último contacto verbal que tuve con el personal de sanidad fue durante el despacho de la cena. Compartieron un poco de sus alimentos durante esa tarde y también en la noche. Agradecimos con gentileza y deseamos prósperos resultados para los días posteriores.
Se notaban agotados, recuperaron sus pocas energías en descansos que no pasaban los 5 minutos. No todo se trataba de los enfermos por el Letargo, la gente entraba y salía de las instalaciones ya sea por una consulta, visita, herida, infección y demás. Todo el tiempo estaban ocupados atendiendo a los demás.
Gark sintió culpa por ser un simple espectador, así que dio un pie adelante y se preparó para ayudar en tareas sencillas. Después de presenciar tal gesto de bondad me negué a seguir observando.
Nos repartieron vestuario médico y comenzamos a trasladar recursos necesarios a donde lo necesiten. Subir y bajar, solo este proceso era desgastante. Inicie con un ritmo lento debido a mi recuperación de las heridas, pero eso era todo.
Aún después de la medianoche nadie cambiaba de rutina. Llegaban nuevos empleados que sustituían el turno de sus colegas haciendo una rotación.
Pude resolver ciertas dudas durante el transcurso. Es curioso que exista una planta capaz de funcionar en sincronía con tu ritmo cardíaco, solo basta con conectar una de sus raíces a las venas para que el resto se haga de forma automática.
Bum. Bum.
Aún recuerdo ese sonido.
No era todo, cada piso estaba hecho de madera sumamente resistente, tal como dijo Confert aquella vez. Conformado por 15 niveles superiores y 5 inferiores, esta era la segunda estructura más grande que haya visto en la ciudad.
Nuevos rostros aparecían con cada habitación frecuentada. Enfermeros cansados, mentes apagadas, familias reunidas... llorando futuras pérdidas; desbordaban un sentimiento de melancolía.
Este no era un sitio de tranquilidad, después de todo entra gente con alguna especie de problema.
Llegué a visitar la sala que mantenía a aquel guardia sobreviviente del ataque. Según los que cuidaban de él, recibía cartas escritas y ramos de flores para adentrarse en un ambiente acogedor cuando despertara, ya llevaba varios días desde que perdió la consciencia.
Gran cantidad de los sobres acumulados estaban firmados con letra bonita y un nombre curioso en su saludo.
«Con amor, Cinthia».
Desgraciadamente le será imposible caminar sin 2 piernas como soporte, así que se mantendrá inválido el resto de su vida.
Morían, dormían, perdían... Toda clase de pensamiento negativo; no eran más que tristeza y dolor. Tras ver su rostro supe que era suficiente, era una realidad que las victimas debían afrontar.
Volvimos a acostarnos luego de movernos durante unas largas horas.
Observé a través de él, Gark tenía la mente nublada.
—Nop es difícil solo para nosotros, también lo es para ellos. ... Para todos...
—Tenemos nuestras propias batallas. Dejemos que ellos luchen las suyas.
No interferir en un sitio equivocado, ya que nuestra vida correría la misma suerte que ellos.
—... ¿Estás seguro? Papá una vez dijo que antes levantemos al fuerte y luego al más débil.
—¿En serio? ¿Por qué?
—Jaja... «Porque si el más duro cayó, sabrá como recomponer a una fila entera de debiluchos».
Y así enseñarles de su mismo error a mejorar...
Será un bucle que debe perdurar. Por el bien de las nuevas piedras caídas. Por el desarrollo de las futuras rocas agrietadas.
—Tenías un buen padre.
Mientras que el débil necesitará recuperación, alguien formidable te ayudará a seguir auxiliando.
Pasaron las horas. Alrededor de las 6 la luz atravesaba el cristal de las ventanas, indicando nuestro momento de partir.
Había tenido tiempo suficiente para decidir lo que haríamos ahora. Gark juzgaba esta futura decisión como un cambio tentador y un punto sin retorno. Aún después de advertirle sobre lo que nos depara confió todo a mi criterio.
Cruzamos la puerta, recibiendo unas notas de agradecimiento por parte del personal y su satisfacción inesperada con nuestro hospedaje. Es como si hubieran esperado algo de nosotros durante todo este tiempo.
Al salir, volví a respirar el agradable viento, limpio y fresco.
Contemplamos este enorme edificio que nos aguardaba hace apenas unos instantes. Un lugar concurrente y ajetreado.
—Ten. Lo conseguí para ti.
—¿Eh? ¡Oye! Un parche para mi cabeza... Mucha gracias, Jetsum.
—Cortesía del personal médico.
Al parecer, tenían de estos dentro del Sanatorio. Pregunté si podía tomar uno y aceptaron con total gentileza.
Tiró los podridos vendajes para equipar este nuevo accesorio alrededor de su cabeza. Radiaba de felicidad al renovar ese estresante envoltorio y reemplazarlo por algo más cómodo y ligero.