Antares: Etoile d'hiver

Capítulo 31: La despedida de una amiga

Ella me mira y se aproxima hasta donde me encuentro. Me siento incapaz de moverme o de realizar cualquier acción. Por un lado, me alegra que Coralie sea libre y pueda volver a su hogar con su familia; pero, por otro, me llena de tristeza saber que no volveremos a vernos, que mi única amiga a bordo se quedará y que estaré sola, rodeada de serpientes venenosas que me detestan y esperan el momento para atacarme.

—¿Escuchaste? El capitán me dejará quedarme, ¡soy libre! —expresa con una amplia sonrisa y algunas lágrimas de alegría escapando de sus ojos. Muevo mi cabeza de manera afirmativa, sintiéndome incapaz de dejar salir las palabras de mi boca. Debo ser fuerte y sentirme feliz por ella; debo, debo… Ahora mismo detesto el deber, pero lucho conmigo misma.

—Me alegro mucho por ti, Coralie. Vuelve con cuidado con tu familia, te echaré mucho de menos —expreso empleando toda mi fuerza para controlar mis emociones, mis lágrimas y acciones. Tomándome por sorpresa, ella me atrapa en un abrazo.

—Puedes llorar si quieres, no te juzgaré —susurra sin liberarme de su abrazo.

—¿Llorar? ¡Bájate de la nube! —expreso intentando bromear, correspondiendo a su abrazo.

—Por favor, cuídate y no te metas en problemas. Olvídate de Naima y esas ideas de venganza que solo te hacen mal.

—No puedes pedirme eso y yo no puedo decir que la olvidaré cuando estoy esperando volver a ese barco y hacerle pagar lo que me hizo.

—Eres incorregible —musita con reproche, para acto seguido mirarme y dedicarme una pequeña sonrisa.

—Es tarde, deben volver al pueblo y odio las despedidas, así que… hasta la vista, amiga.

—Por un segundo esperé el “baby” —bromea haciéndome sonreír ligeramente—. Sé que esto es por ti, gracias.

—Guarda silencio y ¡largo de aquí!, o te voy a atar a mí para que no puedas marcharte.

—Ya, ya, me voy —expresa levantando las manos en señal de rendición.

Es así como se aleja y se aproxima a donde se encuentra Karan esperándola de manera paciente. Al fin he comprendido a lo que se refería. No sé cómo es que lo hace, pero consigue asombrarme; realmente sabía que sería necesario que nos acompañara hasta este lugar. Respirando de manera profunda para calmarme, me aproximo a donde se encuentran los tres y me coloco al lado del capitán. Karan se encuentra despidiéndose y Coralie le ha agradecido.

—Hiver, gracias por haberme acompañado durante la velada, ha sido un placer conocerte.

—El gusto es mío. Cuida mucho a mi amiga y nada de tus trucos baratos. ¡Sana y salva en su hogar o volveré para hacerte pagar muy caro!

—Con esas advertencias no puedo más que obedecer. No deben preocuparse, nos marchamos.

Moviendo mi cabeza de manera afirmativa, los observo girar y comenzar a avanzar por el mismo sendero que nos guio de vuelta al barco. La tristeza ha aumentado a cada paso que dan alejándose de nosotros.

—No hay una sola cosa que me pidas y yo no esté dispuesto a darte —musita el capitán a mi lado. Sin pensarlo demasiado, lo abrazo como respuesta.

—Gracias —musito sin apartarme de él.

Mis emociones me han sobrepasado y, sin que pueda controlarlas por más tiempo, las lágrimas escapan de mis ojos. Siento que me envuelve en un cálido abrazo que me transmite tranquilidad. Siento que aparta mi cabello, acomodándolo, para acto seguido besar mi frente en un gesto lleno de ternura, respeto y comprensión. Sabe que mi petición no se debió a que me hiciera feliz que Coralie se quedara, sino porque mi amiga sería feliz quedándose en su hogar con su familia y amigos, siendo completamente libre.

—Nosotros debemos partir ahora, vamos. Pediré que te preparen una habitación para que descanses, debes estar agotada.

—¡No! —exclamo completamente alarmada. Aceptar algo así me pondría en una situación peor que en la que me encuentro ahora mismo. Mi negativa lo hace mirarme con un gran desconcierto; cualquiera aceptaría, Naima, por ejemplo, pero mi situación ya es bastante desfavorable—. Ya me molestan demasiado, prefiero continuar como siempre.

—Hummm —gruñe evidenciando la inconformidad que lo invade ante mi respuesta—. No me parece adecuado, no eres como el resto de prisioneros. Si te molestan, tiene solución: la celda o fuera del barco.

—Por favor, Antares, no…

—Está bien, será como prefieras —me interrumpe con seriedad.

—¿Te molestarás por esto? —inquiero parándome en la punta de mis pies para intentar alcanzar sus labios.

—Eres un duende —musita riendo para inclinarse un poco y besar ligeramente mis labios.

—Vaya atrevimiento el tuyo —musito entrecerrando mis ojos.

—Basta, vamos, no podemos continuar admirando el cielo, aunque admito que me encantaría, pero el tiempo apremia.

—¿Pero y la pieza que venimos a buscar? ¿El grupo la encontró?

—En tu cuello —musita sorprendiéndome, recordando el collar que me dio Karan. Llevo mis manos al cuello y me lo quito, observándolo con atención. ¡Realmente es la pieza!—. Con razón dijo que algunas cosas no eran para combinar, sino porque eran necesarias.

—Desde que te vi en la fiesta, me percaté que la llevabas, así que ya no debía preocuparme —indica con calma, con una sonrisa se la entrego—. Estoy pensando seriamente en llamarte mi buscadora estrella.

—Mera coincidencia.

—¿Segura? Así podría llevarte conmigo sin problemas.

—Entonces es verdad, soy la mejor buscadora de piezas de nombre desconocido, así que soy parte esencial del grupo de búsqueda.

—Claro que lo eres, ahora vamos.

De esta manera subo con cuidado por la escalera del barco, para llegar así a cubierta. Una vez que me encuentro arriba, el capitán se encarga de subir. Aún llevo el vestido del evento en lugar de mi ropa que llevaba; será complicado realizar mi trabajo con este nuevo atuendo. De pronto, a la vista de todos, aparece un círculo de tamaño mediano por el cual atraviesa una pequeña bolsa con una nota.

“Me olvidé de tus cosas antes de partir, así que te las envío ahora. Saludos.”




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.