Antares: Etoile d'hiver

Capítulo 36: Un Lugar seguro

Todo en el interior de este lugar, al que Katu llama guarida, se encuentra tenuemente iluminado con lo que parecen ser velas, lo que significa que no hay electricidad. Eso explicaría por qué los juegos mecánicos, letreros y demás cosas comunes en una feria como esta, se encuentran apagados.

Katu me guía por un pequeño pasillo mientras que, a la distancia, puedo distinguir algunos murmullos e incluso risas, no escandalosas, pero sí parecen encontrarse bastante divertidos.

Pronto llegamos a lo que parece un comedor rústico. Una mesa rectangular de madera se encuentra al centro y, alrededor de esta, en cuatro de los nueve lugares disponibles, se ubican cuatro sujetos bastante peculiares. El que ocupa el lugar del centro me hace pensar en un "Willy Wonka" gótico por el sombrero que utiliza. Viste, como es de imaginarse, completamente de negro y, de cierta manera, tiene un aire de caballero inglés bastante marcado. Su cabello es negro, largo y lacio hasta la altura de su mejilla. Su piel se ve bastante pálida, todos tienen eso en común. Su piel es pálida y, aunque sonríen, sus ojos carecen de brillo. Es tan extraño, pero todo en este lugar lo es.

El grupo bromea mientras comen lo que parecen ser semillas. Al lado de cada uno, hay armas, pero en este momento solo descansan y conversan. Los otros tres individuos no llevan sombrero y, al mirar con mayor detalle, me percato de que hay otra joven más. Esta lleva dos coletas altas, su cabello también es negro, largo, lacio y bastante abundante. Sus ojos son grandes, pareciera que son de color oscuro, pero algo me hace dudarlo. Me recuerda a una muñeca por su carita pequeña y sus ojos grandes. Y luego ese peinado, dulce, adorable, pero gris como todo aquí.

Los otros dos, uno usa lo que parece un traje elegante negro y una camisa blanca que sobresale del saco, el cual tiene algunas cadenas plateadas adornando los hombros. Es elegante, pero al mismo tiempo jovial, tiene una sonrisa traviesa. Sus ojos no tienen brillo y desconozco su color, pero todo su rostro tiene una armonía perfecta, su piel pareciera de porcelana, su cabello es rizado, a diferencia de los otros, que destaca su lacio cabello.

El sujeto a su lado tiene el cabello corto, es el único de cabello tan corto. Me pregunto: ¿Acaso todos son pelinegros en este lugar? Su piel, como la de todos, es pálida, incluso diría que un poco grisácea, seguramente se debe a la falta de exposición solar. Dudo que los rayos del sol lleguen hasta este lugar. Él viste camisa de cuello alto y manga larga en negro.

—¡Ya era hora, Katu! —expresa el sujeto del sombrero.

—¿Encontraste comida? —cuestiona el de cabello corto.

—Como yo lo veo, encontró algo, perfecto si fuésemos caníbales, pero no lo somos, lo que significa, una boca más que alimentar con un alimento inexistente —expresa el de cabello rizado.

—¿Quién es ella, Katu? —cuestiona la chica de las coletas mirándome con atención. Su voz es dulce, tal vez demasiado.

—Al menos alguien aquí pregunta, y no solo juzga —expresa mirando con fastidio al chico de rizos que le devuelve el gesto—. Ella es Hiver, al parecer nueva prisionera de Tyrone.

—¿Al parecer? —exclaman completamente alarmados.

—¡Ay, por favor! ¡Como si no me conocieran! Ella no ha podido explicarme, pero la he salvado de un ataque. Sufrió, véanla, no mata ni una mosca.

Los escucho hablar uno tras otro, a favor, en contra, comentarios que no sé si tomar como halago o como insulto, hasta que todos guardan silencio.

—Tú, acércate y habla. ¿Quién eres y qué haces en este lugar?

—Hola, mi nombre es Hiver, he venido hasta este lugar en busca de alguien, pero al parecer ahora soy prisionera. No estoy segura cómo funciona. Mi compañero se quedó resolviendo la misión mientras que yo... pues al parecer fui el pago de la entrada —expliqué elevando los hombros, no puedo explicar algo que no comprendo.

—¿Tu compañero? ¿Misión? ¿Pago? ¿Han escuchado? —expresa la joven de las coletas emocionándose.

—Mantén la calma, Litza —indica el hombre del sombrero—. Sabes que no es tan fácil.

—Pero al menos es una esperanza.

—¿Esperanza? No seas ingenua, ella está prisionera, véanla, tan insignificante. ¿Cómo será su compañero? Seguramente igual —expresa con amargura el chico de cabello rizado—. Es el lastre abandonado aquí.

—¡Eso sí que no! ¡Puedes decir lo que quieras de mí, pero no de mi capitán! ¡Él hará lo necesario para poder irnos de este lugar, no me abandonará! —expresé completamente molesta.

—¡Oh, qué ternura, enamorados! —expresa de manera burlona aproximándose.

—¡Sayri, deja tranquila a esa joven! —ordena el sujeto del sombrero—. Bienvenida, Hiver, como habrás escuchado, él es Sayri, un joven un tanto temperamental, ella es Litza, que no te engañé su dulzura, a Katu, ya la conoces, mi chico silencioso es Rimak y yo soy Newen, somos un equipo aquí, unidos para sobrevivir y eres bienvenida.

—Gracias, Newen, gracias a todos —expreso sinceramente agradecida. Escucho un bufido lleno de fastidio, sé de inmediato que se trata de ese tal Sayri, por alguna razón no soy de su agrado, pero es lo de menos, por suerte encontré un grupo que no me hará daño, y me ayudará a comprender lo que ocurre hasta que el capitán logré completar la misión que tanto mencionan, esa que conlleva un todo o nada.

—Sí, sí, Hiver, bienvenida, pero Katu, la comida, muero de hambre y me pongo poco sociable cuando eso pasa —musita él hasta ahora silencioso Rimak.

—No pude conseguir nada, cada vez hay más arañas, y cuando casi lo lograba, vi a la chica a punto de ser atravesada por una de las dagas de un títere.

—Tengo algunas provisiones —expreso recordando la mochila que preparé, cada integrante del grupo de búsqueda tiene una, incluido el capitán, llevamos algunas medicinas, vendas, gasas, equipo de primeros auxilios, agua suficiente, frutas, pan y algunas comidas enlatadas, pesan, pero son necesarias—. Desprendo la mochila y se la entregó a Katu, ella salvó mi vida, ella merece entregar las provisiones.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.