Antares: Etoile d'hiver

Capítulo 40: De vuelta a casa

Ahora nos encontramos en el barco. Estoy preocupada; llevamos algunos días viajando de vuelta a su lugar de origen, y Antares no reacciona. Tengo miedo. Inti no está mejor, sigue en un sueño profundo, pero es cuidado por Naima y otros más. Yo me he quedado pendiente de mi capitán, estoy cansada, pero no pienso alejarme de él hasta que reaccione.

Según Taranis, es cuestión de tiempo, que está agotado y debe recuperar fuerzas. Sigo viéndolo exactamente igual que cuando Taranis lo trajo al barco. Aún no comprendo cómo fue que el grupo de búsqueda volvió por nosotros, bueno, debería decir por el capitán. Todo fue tan rápido que apenas y tuve tiempo de agradecer y despedirme del grupo que me dio un lugar entre ellos. No había tiempo que perder, tanto el capitán como Inti necesitaban descansar y, con la última pieza en nuestro poder, volver a Antares, su hogar, y salvar a todos lo antes posible. Por eso volvimos rápidamente al barco. Taranis dirige todo, conoce bien el manejo y eso es un gran peso menos en mis hombros.

—¿No crees que has dormido mucho? —musito acariciando su perfecto rostro, su cabello.

—Tal vez, pero me gustan los mimos —lo escucho decir en un susurro apenas audible.

—¡Estás consciente! ¿Desde hace cuánto? —inquiero sintiendo mis mejillas arder.

—¿Me regalas agua? —musita con una ligera sonrisa incorporándose con cuidado. Le sirvo un poco de agua y lo ayudo a beberla—. Me gusta que me cuides, pero puedo hacerlo solo.

—¿Cómo estás? Estaba muy preocupada.

—Algo cansado, pero bien, ven —indica dejando el vaso a un lado y extendiendo su mano hacia mí. La tomo y me acerco, tomando asiento en la cama mirándolo. Aún lo veo pálido y cansado, pero ahora está consciente. Lleva mi mano hacia sus labios y la besa—. Gracias por todo lo que hiciste, sé que no debió ser fácil.

—Ni un poco, Sayri me detuvo cuando detendría todo.

—Sabía que debía pedírselo o harías de las tuyas. No había tenido oportunidad de decírtelo, pero estoy muy orgulloso de ti. Me hubiese gustado hablar con ese grupo de amigos, agradecerles por cuidar lo más valioso para mí.

—Sí, también me hubiese gustado que los conocieras, especialmente a Katu, ella me salvó y luego está Sayri, como sabes, me enseñó a defenderme. También están Litza, Rimak y Newen, pero todos entendieron la situación cuando llegó Taranis...

—¿Taranis? ¿Ese sujeto se atrevió a desobedecer?

—Y qué bueno, o no habría podido traerte hasta aquí, ni a tu hermano. Soy fuerte, pero no tanto.

—Deberé agradecerle entonces. ¿Cómo se encuentra Inti?

—Creo que bien, lo cuida Naima.

—Debo verlo —expresa queriendo ponerse de pie.

—Nada de eso, debes comer algo y descansar. Iré a ver cómo se encuentra y tú permanecerás aquí y si te mueves de aquí, me vas a conocer —advierto con seriedad.

—Sí, mi capitán —responde conteniendo una risa.

—¡Bobo! —exclamó golpeando su hombro.

—¡Auch! —se queja sujetando su hombro con un gesto de dolor que me preocupa.

—Lo siento, lo siento —expreso revisándolo—. ¿Estás bien? ¿Te duele mucho?

—Sí, me duele demasiado, eres una salvaje.

—Ay no, yo... yo... no quería, perdón —expreso sintiéndome realmente mal. ¿Cómo he podido olvidar que recién se ha recuperado? Soy tan torpe.

—Ven aquí —expresa sujetándome y atrapándome en un abrazo mientras ríe.

—Eres un... un malo, me asustaste.

—Tú me golpeaste, estoy convaleciente, eso no se hace.

—Ya veo que realmente te encuentras mejor, atrevido —replico haciendo un mohín.

—Eres tan adorable —comenta sujetando mi rostro para unir sus labios a los míos—. Estaba consciente desde que me besaste, ¿sabes? Gracias por cuidarme con tanto amor.

—Debes comer y saber cómo se encuentra Inti —musito besándolo nuevamente—. Ya vuelvo, ¿de acuerdo?

Sonríe y asiente, liberándome de su abrazo. Definitivamente no puedo ser más feliz. Con una gran sonrisa salgo de la habitación y me encamino por el pasillo en dirección a la cubierta para buscar a Taranis. En estos días ha dirigido todo a la perfección y se ha ganado mi respeto. En cuanto consigo ubicarlo, avanzo en su dirección.

—¡Taranis! —lo llamo para que me vea porque se encuentra concentrado en que todo funcione bien.

—¿Qué ocurre?

—El capitán está despierto —informo con una sonrisa—. Quiere saber sobre Inti y necesito algo para que coma.

—Me alegra tanto escuchar eso. ¿Han escuchado? ¡Nuestro capitán ha vuelto! —exclama con emoción. La alegría general no se hace esperar, la alegría vuelve después de tanto tiempo. Aunque no decían nada, todos se encontraban preocupados—. Me encargaré de informar al capitán personalmente, haré que le lleven comida, pero tú debes descansar. No creas que no me he dado cuenta, yo mismo le explicaré al capitán, vete y descansa.

—No, yo quiero cuidarlo un poco más, ve a hablar con él, yo iré a buscar algo para que coma mientras tanto.

—Bien.

Moviendo mi cabeza de manera afirmativa, me alejo en dirección a la cocina. Taranis se aleja hacia la habitación del capitán, sé bien que desea verlo con sus propios ojos. Antes de llegar a la cocina, decido desviarme para ver cómo se encuentra Inti. Llego hasta la habitación y me anuncio, escucho la voz de Naima, la odiosa, permitiendo que pase, ¡qué horror! Respiro profundo llenándome de paciencia.

—Solo he venido para saber, ¿cómo se encuentra Inti?

—Qué te importa, Taranis tiene toda la información.

—No cambias, ahora puedo darte una lección mejor, así que no me provoques.

—No sabes el miedo que me das.

Decido ignorarla y ver yo misma cómo se encuentra el hermano menor de mi capitán. Me aproximo hasta la cama de este y lo veo dormir tranquilamente, su color ya no parece tan pálido. Acerco mi mano para tocar su frente y revisar su temperatura, pero antes de que pueda hacerlo, Naima lo impide.

—No me toques, te lo advierto —indico con la ira palpable en mi voz, se la pasa provocándome y ya sabemos que no soy la más paciente del mundo.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.