Cuando me lo dijeron, vine enseguida.
El médico me puso al corriente y me dijo que todavía había esperanza.
Todo estaba en tu cabeza. Debías despertar, pero no sabían cuando. Entonces, decidí empezar a escribir un diario para tí, para que aunque no escuches ni puedas hablar, al leerlo sepas lo que ha estado pasando a tu alrededor. Y esta es la primera nota. Perdona que no esté muy inspirada.
Sea lo que sea, ahí va.
día 1:
No es agradable estar en esta habitación tan fría, pero es lo que hay. Cuando se ha ido la enfermera he abierto la ventana. Al menos, si entra algo de sol me siento más acompañada. todavía tienes la cara llena de rasguños y el ojo hinchado.
Me he enterado de que han detenido a ese maldito conductor suicida, pero con el sistema judicial que tenemos, estará en la cárcel menos tiempo que tú en silla de ruedas.
Lamento ser tan irónica, Carlos, pero es que me saca de mis casillas lo injusto de esta situación de la que eres víctima. Hoy no soy capaz de escribirte nada mejor, pero otro día, te prometo que vendré solo a contarte chistes.
Te veo mañana.