Antes de despertar

Ayer vino Luisa

día 4:

Las cosas como son, Carlos, esta tía no te merece.

Ayer vino a verte. No la había visto desde mi encuentro inesperado de hace dos semanas, y esta era la primera vez que coincidía con ella en el hospital.

Cuando le abrí la puerta, me quedé helada en el umbral. La muy cobarde me miró de arriba abajo y con una enorme sonrisa falsa me dijo "¿que haces aquí, Anita? ¿no tienes nada mejor que hacer que acosar a mi novio?" se rió como una tonta y me espetó: "Es broma, chica! ya se que has estado cuidando de él."

Como comprenderás, sus palabras hicieron que me hirviera la sangre. ¿que se había creído? Pensé en decirle que estaba allí haciendo lo que ella no había sido capaz de hacer todo este tiempo, pero al final me mordí la lengua. 

¿Te imaginas? la hubiera arrastrado por el suelo. No te ofendas. Estuve a un tris de perder la cabeza. Te juro que es la última vez que soy tan educada. como me la vuelva a encontrar, no respondo de mis actos. como puedes ver, no puedo tragarla. Sorry.

Estuvimos aguantando las ganas de mordernos mutuamente durante diez tensos minutos, hasta que encontré una manera de salir de allí con el rabo entre las piernas. 

Y allí se quedó mientras yo me preguntaba si hacía bien dejándola contigo. Realmente, y no es porque me ponga celosa ni nada, esta tía no es trigo limpio.

Seguiré viniendo a verte aunque me arriesgue a toparme con ella.

Por supuesto.

Espérame en un par de días. Tengo que asimilar que, en el fondo, yo soy "la otra". :) Esto era un intento de chiste, pero es que no se me ocurre nada más.

Nos vemos.



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En el texto hay: coma, romance, amor

Editado: 21.11.2019

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