Antes de los veinte

CAPITULO VEINTIUNO - ES UN PECADO

Miércoles, 30 de marzo del 1988

Tener novia era cómodo. No solo era el sexo, era mucho más. En primer lugar, mi abuela no se preocupaba en buscarme una entre las hijas, nietas o sobrinas de sus amistades, en segundo lugar, me acompañaba mucho por las tardes cuando hacíamos las tareas juntos en mi cuarto y, en tercer lugar, compartíamos muchas cosas e íbamos juntos a muchos sitios.

Sí, tener novia me gustaba, pero no tenerla tampoco es tan malo y si no lo supo apreciar, ella se lo pierde.

Claudia me dijo, cuando nos quedamos por fin solos, que esto no era romper el corazón y que no podía tacharlo de la lista. Se supone que cuando te rompen el corazón te duele hasta el alma y a mí, sinceramente, no me duele nada, quizás un poco el orgullo.

¿Echaría de menos el tener a Yerlin merodeando todo el día por mi casa? Por supuesto, pero Claudia y Silvia también venían casi todos los días, además, que no sea mi novia no significa que vaya a dejar de hablarle. Aún podíamos seguir siendo amigos.

La conversación que tuve nada más levantarme con la que ahora es mi ex no fue muy colorida. Ella sollozó todo el tiempo y yo solo quería explicarle, por si no había quedado claro, que ya no estábamos juntos. Tardó más de cinco minutos en comprenderlo y aceptarlo.

Luego le tocó el turno a Claudia y después de esa llamada, que estábamos todos escuchando, hicimos una celebración. Por supuesto que me molesta todo lo sucedido con Yerlin, pero todo eso se ve eclipsado con las burradas que le dijo Claudia a su ahora exnovio. Tenía que haber traído la cámara para grabarlo.

Sin darnos cuenta son las diez y media de la mañana y el timbre suena.

- Abre tú, Cola. Eres el único que no ha bebido – me pide Samuel.

Después de la famosa conversación de Claudia con su ex, David y él salieron a comprar algo para celebrarlo y trajeron una caja de sidra El Gaitero. Entre ellos dos, Silvia y Claudia ya se han bebido cinco botellas. Menos mal que yo no he tomado nada, se supone que hoy vamos a contratar a nuestro primer trabajador.

- Seguro que es JMartin66. En cuanto te vea así, no volverá a respetarte – le digo mientras me echo a reír, pero es que solo a Samuel se le ocurre empezar a hipar unos segundos antes de hacer una entrevista de trabajo.

- No le digas que soy yo y si luego nos pregunta, tengo un hermano gemelo – me dice antes de que yo desaparezca para abrir la puerta.

- Mejor no salgas de la cocina, no dejes que salga nadie y yo me lo llevo al salón – le doy como solución.

No sé si he visto chicos feos en la vida, posiblemente sí, pero no me suelo parar a pensar si la persona que tengo delante es fea o no. Pero este chico es horroroso. Estoy seguro de que supera por muy poco el metro y medio, ya tiene unas entradas muy pronunciadas, lo que anuncia su futura calvicie y tiene unas cejas unidas horribles. Seguro que en el colegio lo llamaban el uniceja. Para rematarlo, la cara está llena de marcas del acné que sufrió en la adolescencia y el que claramente tenga sobrepeso, no ayuda a verse mejor.

Después de unos segundos donde no puedo pronunciar palabra debido a la impresión, JMartin66 rompe el silencio.

- Sorry, I think I make a mistake. It is a error – dice con una pronunciación del inglés peor que la mía.

- ¿JMartin66? – le pregunto abriendo la puerta del todo para invitarlo a pasar.

- Sí, ¿hablas español? – me pregunta mirándome de arriba abajo.

- Soy Cola70 – le digo ofreciéndole mi mano, la cual él acepta encantado.

- Pensé que eras un extranjero – dice un poco incómodo mientras caminamos hasta el salón que ahora está invadido por mis amigos.

Sí, sé que JMartin66 impresiona la primera vez que lo ves, pero lo que me encuentro en el salón es lo más vergonzoso que me ha pasado en la vida.

Silvia y Claudia están maquillando a los chicos mientras se mueven al ritmo de la música. No sé en qué momento sucedió, los dejé vestidos como cuatro adultos unos segundos antes en la cocina y ahora Samuel tiene una falda de Silvia, porque seguro que las de Claudia no le sirven, y tanto él como David están maquillados como si fuesen las reinas del Carnaval de Santa Cruz de Tenerife.

Pero aún no he contado lo peor. Al entrar, Claudia está poniendo el equipo de música y empieza a sonar "It's a Sin" del dúo Pet Shop Boys y los cuatro empiezan a cantarla como si se supiesen la letra.

- Lo siento, JMartin66. Los dejé celebrando en la cocina y se me ha ido de las manos. Pensarás que somos unos irresponsables – le digo avergonzado.

- Mi nombre es Javier – me responde, como si lo que está pasando en el salón fuese lo más normal del mundo.

- Colacho – me presento y nos damos un apretón de manos.

- ¿Y qué celebran?

- Anoche nos pusieron los cuernos a mi mejor amiga y a mí – le digo más avergonzado aún.

- ¿Y así lo celebráis? Y yo que suponía que era un friki, pero vosotros sois más raros que yo – dice Javier un poco nervioso.

- ¿Qué hacen aquí? – nos pregunta Samuel cuando por fin se da cuenta de que estamos Javier y yo con ellos en el salón.

- Se supone que yo vendría al salón y ustedes seguirían en la cocina haciendo el idiota – le recuerdo.

- Claudia se empeñó en poner música y ya sabes cómo es – da mi socio como explicación mientras apaga la música.

- ¡Samuel! – se queja Claudia.

- Ahora no, preciosa. Dame cinco minutos y seguimos con la fiesta. Es un pecado – le responde Samuel.

- ¿Qué? – le pregunto, ya que no sé a qué se refiere.

- La canción significa es un pecado – me explica mi mejor amigo.

- No sabía que supieses tanto inglés – le respondo asombrado.

- En los últimos meses, lo he estudiado cuando me permites tener un poco de tiempo para mí. ¿Puedes decir siempre ustedes y conjugarlo en vez de utilizar vosotros y su forma verbal? – le pregunta Samuel para mi sorpresa a Javier sin ni siquiera presentarse antes.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.