Miércoles, 5 de julio del 1989
Por fin, mi vida comienza a ir como yo quiero, sobre todo, porque después de estos meses, tendré a Gabi en Madrid la mayor parte del año.
Hoy es el primer día de selectividad y las chicas están todas en el piso, aunque Yerlin no se está quedando con nosotros, pero ha venido a felicitar a mi novia que cumple diecinueve años.
La relación de Yerlin y Javier se ha consolidado muy rápido y ella ha traído parte de sus cosas para vivir en septiembre con su novio. Es la única que no tiene que hacer los exámenes para estudiar en la facultad porque le han trasladado el expediente de la Universidad de San Cristóbal de La Laguna y ya tiene la plaza segura, o por lo menos es lo que le han dicho.
Gabi es la más nerviosa que está y yo he estudiado con ella las últimas dos semanas. Silvia, como siempre, está muy segura de sí misma y no le da mucha importancia.
- ¿Por qué no podemos celebrar el cumpleaños esta tarde? – se queja Samuel, que anoche llegó a las tres de la mañana a casa porque estamos un poco apurados con un proyecto en una empresa situada cerca del aeropuerto.
- Son las siete y media de la mañana. Es la hora normal en la que te desayunas – le riñe Claudia.
- No te metas con él. Anoche llegó demasiado tarde – defiendo a mi mejor amigo.
Claudia lleva con nosotros desde el jueves pasado y, para variar, está enfadada con Samuel. Todo empezó porque quería traerse a su nuevo novio para que le diera suerte y Samuel se negó a que se quedara en el piso algún chico que no fuese David, él o yo.
David ha pedido traslado en el trabajo, pero aún no se lo han concedido, aunque le prometieron que lo harán en los próximos meses. Eso no le ha impedido venir cada dos fines de semana a ver a Silvia, además, como solo trabaja unas pocas horas, viene un jueves y se va un martes, aunque esta semana tiene vacaciones. Aun así, nadie en Tenerife sabe de la existencia de Nauzet, porque la madre está asustada por la reacción de sus padres cuando se enteren.
A Silvia le ha ido muy bien el curso, ha sacado mucho mejores notas que en el instituto y ha conseguido unas prácticas en una empresa donde les llevamos el mantenimiento de los ordenadores y la base de datos. Así que el verano se pasará dos meses trabajando seis horas diarias de lunes a viernes, por lo que la señora que viene a cuidar de Nauzet, cuando nosotros no estamos, seguirá viniendo, aunque esta semana que está David aquí, tiene unos días libres.
Mi amiga está contenta porque se supone que el año que viene terminará su formación y podrá comenzar a ganar dinero trabajando y así David se tranquilizará un poco, porque está estudiando como un loco, solo para poder aprobar las oposiciones lo antes posible y mantener él a su pequeña familia.
A Samuel y a mí nos están yendo bien los exámenes y los profesores quieren convencerme para que siga estudiando. Yo sigo pensando que es una pérdida de tiempo y hasta mi familia me apoya gracias a Joaquín, que les ha hecho ver que a la universidad se va a aprender y que no estoy aprendiendo nada.
Samuel también me apoya, aunque en un principio no me entendía. Además, podré trabajar como uno más en la empresa y así él puede tener más tiempo libre para los estudios, porque en lo referente a las chicas, se ha vuelto un santo. Ni aunque se le tiren encima, se acuesta con ellas.
- El problema es que como él ha decidido tener cero vida sexual, ahora los demás tenemos que imitarlo – vuelve Claudia a la carga.
- Eso no es cierto, pero he decidido acostarme solo con una chica cuando tenga sentimientos por ella, como hace Colacho con Gabi – le responde Samuel muy seguro de sí mismo.
- ¡Qué tontería! – contesta Claudia y el resto del grupo se echa a reír.
La verdad es que la visita del nuevo novio de Claudia no nos hubiese molestado. Samuel y yo tenemos nuestra propia habitación y David se queda en la habitación con Silvia, así que queda una habitación libre, la de Claudia, que en teoría la podría compartir con quien quisiese, pero si alguien puede llevarle la contraria a mi mejor amiga, además de yo, es Samuel.
A mí ni se me ocurre opinar, no quiero encontrarme en medio del fuego cruzado que estos dos se tienen a veces.
- ¿Y dónde se ha quedado a dormir estos días tu novio? – le pregunta Samuel a Claudia, posiblemente, para molestarla.
- Se ha quedado en un hotel cerca de donde haremos los exámenes. Creo que esta noche me quedaré con él – le contesta Claudia, que sabe que le prometimos a su madre que la cuidaríamos mientras estuviese en Madrid.
- Yo ya he encargado los pasajes para ir los tres a Tenerife en agosto y presentarles a Nauzet a nuestros padres – cambia David radicalmente de tema, antes de que yo mismo le diga a Claudia que en el único lugar donde va a dormir esta noche va a ser su habitación en este piso.
- ¿Estás loco? – le dice Silvia y pone cara de susto.
- En algún momento se lo tendremos que decir, además, quiero que nos casemos este verano. Ya me dijiste que sí – nos sorprende David a todos con su afirmación.
- Te dije que sí, pero que esperáramos un tiempo – le responde Silvia agobiada.
- ¿Para qué? Cuanto más tiempo pase, más nos podrán echar en cara por no contárselo antes. Si tu madre se enfada contigo, ya se le quitará. Al fin y al cabo tus padres no te mantienen financieramente, ni se preocupan de preguntarte si necesitas algo – le dice David un poco molesto.
- Porque no pueden ayudarme. Ya les cuesta llegar a final de mes para que encima les caiga un nieto de repente – contesta Silvia que por lo que se ve está llegando al límite de su paciencia.
- Yo no quiero que nos ayuden, ya tengo asumido de que Colacho y Samuel nos mantengan hasta que podamos hacerlo nosotros mismos, pero quiero presentarles a mis padres y abuelos a Nauzet. Es nuestro hijo, pero también es su nieto y estoy seguro de que tus padres también lo querrán conocer – le explica David con paciencia mientras sostiene a su hijo en sus brazos.