Antes de que sean las Doce

Capítulo 15


Carolina.

Luis me empuja al closet junto con Iván, un Ángel convertido en un humano, que a juzgar por su apariencia no hay de que quejarse, los ángeles son creados por un ser supremo más hermosos que ellos y si Iván es hermosos no quiero imaginarme como será ese ser. Solo puedo ver su rostro perfecto, sin ninguna mancha de acné, cicatriz o alguna mancha lo cual es suficiente para empezar a chorrear baba, se los digo porque sentí como me escurría la gótica de baba saliendo de mi boca con solo mirar su rostro, sin nombrar sus acuerpados pectorales marcados y en definitiva su altura, que es lo que más me gusta de los hombres, esos hombres dominantes.

— Pero… ¿Que estás pensando Carolina? — Lo digo para mí misma mientras limpio la baba de mi boca — Tu novio es Luis.

— ¡Mierda! — Fue la expresión que soltó suavemente Iván al mismo tiempo señalando con su dedo. 
¡Oh no!, La mamá de Luis se está dirigiendo hacia el closet, lo abrirá, nos encontrará aquí y meteremos a Luis en graves problemas.

— Se dirige hacia acá — le susurro a Iván — ¿Qué vamos a hacer?

— No lo sé, pensemos en algo.

— ¿En qué? No hay nada que hacer.

— Tiene que haber algo.

— ¿Y si decimos la verdad?

— No, nadie más se puede enterar del plan o correrían el riesgo de que los infernales le hicieran algo, entre menos personas sepan mucho mejor. 
La mamá de Luis cada vez está más cerca, veo todo como camina en cámara lenta hacia nosotros, solo está a unos cuantos pasos de llegar y no conseguimos que hacer.

— Iván, ya viene.

— ¡Lo tengo!

Iván toma mi brazo y la extraña sensación de hace algunos momentos vuelve a invadir mi cuerpo, sentir como mi cuerpo se separa en millones de partículas diminutas, tele transportándonos hasta que llegamos a mi habitación, cayendo en mi cama. Iván cae encima de mí, dejando nuestros rostros a pocos centímetros. Puedo sentir su respiración, su dulce respiración mientras me pierdo en sus ojos mirándonos mutuamente. Pierdo la noción del tiempo, no sé cuánto tiempo haya pasado desde que nos teletransportamos, solo sé que ambos estamos perdidos en nuestras miradas hasta que Iván se acerca lentamente.

— ¡Se está acercando! ¿Qué hago? — momento suficiente para pensar, pero todo es en vano porque Iván choca sus labios con los míos. — ¡Rayos! Que bien besa— es mi pensamiento al sentir sus labios moverse junto a los míos.

No aguanto más está sensación de placer que estoy sintiendo al ver semejante hombre encima de mi tocando mis labios con los suyos, pero todo parce derrumbarse cuando Iván decide detener el beso y separarse solo unos centímetros de mí.

— ¿Estás bien? — Iván rompe el silencio encima de mi.

— Si…

Iván no dejó que terminara de hablar callándome con otro beso, pero esta vez más profundo. Puedo sentir como su lengua hace contacto con la mía, tan suave y ligera mientras hace succiones sobre mis labios dejándolos húmedos. Iván comienza a bajar su mano hacia mí entrepierna lentamente, hasta que la toca encima de mi ropa lo cual me hace soltar un gemido.

¡Dios! Que bien se siente esos movimientos que hace entre mi entrepierna que me hace sentir lo mojada que puedo estar en estos momentos, pero todo empeora cuando Iván se sube sobre mi pierna derecha haciéndome sentir lo duro que está en este momento, eso altera más mi humedad. Creo poder resistir mi calentura, pero Iván decide echarle más leña al fuego metiendo su mano sobre mi entrepierna moviendo mi ropa interior hacia un lado y penetrándome suavemente haciendo movimientos en círculos mientras sus dedos entran y salen de mí.

— ¿Qué es ese líquido? — Pregunta Iván sacando sus manos dentro de mi y mirándolos como lucen mojados llenos del líquido de mi entrepierna arruinando el momento — Primera vez que veo algo así.

— ¿Que? ¿Enserio? — Preguntó asombrados — ¿Cómo que no sabes qué es eso? Eso es lo que pasa cuando una mujer está excitada. ¿Qué no has tenido sexo alguna vez?

— Si, eh tenido algunas experiencias con ciertas chicas de la academia de las artes angelicales.

— Y entonces ¿Por qué no sabes qué es?

— Puede ser que no tenemos los mismos métodos, ni siquiera sabía que tenía eso que en estos momentos está duro.

— ¿Y cómo es que tiene sexo ustedes?

Entes de que Iván pudiera contestar, mi teléfono suena en señal de tener batería baja así que lo tomó para ponerlo a cargar. Una vez puesto a cargar lo reviso y encuentro 16 mensajes de Luis. 
— ¿Cómo desaparecieron?

— ¿Están bien?

— ¿Por qué no contestan?

— ¿Pasó algo?

— Mamá ya salió

— Continuemos con el plan

— No pasó nada malo, Iván nos tele transportó a mi casa — Fue lo que respondí a su mensaje.

Mientras esperaba respuesta de Luis, volví junto con Iván quien estaba sentado en la cama observando todo lo que estaba haciendo. No puedo negar que todavía tenía la llama del calor encendida en mí y verlo me encendía más. Es que no puedo aguantar las ganas que me provoca Iván al verlo hecho un humano, no resisto ver su cuerpo definido, esas piernas grandes, pectorales definidos, cuadritos marcados, su rostro impecable. Toda una curación en definitiva divina.

— ¡Ring! — Suena mi teléfono. Es una llamada de Luis.

— ¿Bueno? — Contesto

— ¿Están bien? ¿ Por qué no contestas mis mensajes?

— Si, estamos bien . Mi teléfono quedó sin batería así que lo puse a cargar.

— ¿Dónde están?

— En mi casa

— Voy para allá — Terminó Diciendo Luis finalizando la llamada 
Dejó mi celular encima de la mesa de noche y me dirigí a Iván que todavía sigue con su mirada puesta en mí, observando todo lo que hago.

— Luis vienen para acá.

— ¡Muy bien! — Contesta Iván rascándose la cabeza — esperemoslo.


****** 
 

 

—¡Toc Toc! — El sonido de la puerta. Iván y yo decidimos bajar a averiguar quién era, aunque sabíamos con exactitud quién era.



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En el texto hay: amor, sex, criaturas oscuras

Editado: 02.02.2021

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