Nota: Este capítulo será narrado bajo la perspectiva de los tres protagonistas para que el lector pueda entender mejor los acontecimientos, viajes y aventuras que conllevan a desenlazar los problemas de los personajes. (Luis, Carolina e Iván.)
Capítulo Final
— ¡Alto! — dice la voz que nos detiene — ¿A dónde creen que van?
Me detuve en seco al escuchar lo que la voz decía, apreté en brazo de Alex para que se detuviese y no caminara más. Alex se detuvo justo a mi lado. Asael volvió a decir algo, pero los nervios que tenía a en ese momento no me dejaron entender lo que realmente decía. Cerré los ojos cuando sentí unos enormes pasos en dirección hacia nosotros. Cuando los volví a abrir estaba ahí, estaba justo delante de nosotros obstaculizando el camino a la salida. Era Asael, un hombre alto de al menos dos metros de largo, un poco gordo. No sé parecía en nada con lo que era anteriormente. Intenté no mirarlo directamente a los ojos, no quería que viera que estaba fuera del trance al cuál eran sometidos los condenados. Asael tomó mi brazo y el de Alex, haciéndonos soltar a ambos. Me dirigió hacía la fila nuevamente, siendo yo el último. Estaba vez habían más personas delante de mí, así que tenía una oportunidad de huir antes de que llegara mi turno de saltar al acantilado.
Me sentía acabado, sin salida. No sabía que hacer, no sabía si correr o quedarme ahí. No sabía si buscar a Iván y Carolina o esperar que me buscarán. Esa iba ser mi elección, pero recordé que ellos estaban buscando hacia otro lado, muy diferente al mío y que yo solo había visto a estás personas. No tuve otra opción más que avanzar a hacia el acantilado, no podía revelarme hacia Asael, no sabía cómo reaccionar si me descubriese.
****
Carolina
Iván dio la orden de iniciar con el plan de buscar a Alex, a mí me tocó el lado izquierdo del purgatorio. Es un lugar no tan grande pero si tiene sus metros de más. Comencé mi búsqueda, pero nunca pensé que sería muy difícil. Aunque nadie me dijo que sería fácil.
No fue fácil ver a todas esas personas que se veían inocente. Niños, es mi debilidad. No puede evitar pensar en mi hermano Dylan. Había un niño que se asemejaba a él, sus rasgos faciales, el mismo color de cabello.
— Oh Dylan — dijo pensando en mi hermano mientras que las lágrimas caían por mis mejillas.
Limpié mis lágrimas mientras sentía algunas miradas encima, giré mi cabeza hacia el lado contrario al que me encontraba. Vi a Luis que me miraba fijamente, pero que al momento en que también lo miré, volteó su cara como si estuviese apenado y se escabulló en medio de una multitud de personas que se dirigía hacia un mismo sitio lo cual, me pareció extraño porque era como si alguien les hubiese ordenado, como si los mandaran. Era raro porque todos los que estaban en el purgatorio entraban en un trance y no obedecían a nadie. La curiosidad me gano, fui a ver qué era lo que estaba pasando con esas personas y hacia donde se dirigían. Fui muy despacio, escabulléndome entre las personas que estaban ahí y perdiéndome lentamente de Iván para que no me viera mientras desobedecía el plan que nos había dicho.
Llegue y habían alrededor de unas mil personas en fila dirigiéndose hacia algún lado. No me dio mucha importancia lo que pasaba en ese lugar, de seguro son las almas que ya encontraron su descanso y son dirigidas al cielo. Intenté salir con cuidado de que Iván y Luis no me viera, pretendí volver al lugar que Iván me había asignado pero eso me llevo a recordar de que estamos buscando a Alex — ¿Y si está ahí dentro y se está dirigiendo en estos momentos al Cielo? — Pensé — Si es así, estaríamos perdiendo el tiempo en este lugar horroroso, aunque no se compara con nada a lo que vivimos en el infierno.
LMe gire nuevamente y pase la mirada por cada una de las personas que estaban avanzando en la fila. — Esto me llevara un buen rato, espero que termine antes de que se de cuenta Iván y Luis se den cuenta de que no estoy ayudándolos con el plan. — pensé al darme cuenta de que había demasiadas personas. — Bueno, aunque en realidad si estoy cumpliendo una parte del plan que será tiempo perdido si Alex no está en este lugar — pensé.
Miré alrededor de unas setecientas personas, mis pies me dolían demasiado y todavía faltaba un montón de personas. Seguí caminando con la esperanza de encontrarme con Alex, me detuve justo cuando una de aquellas personas me tomó del brazo apretándolo fuertemente.
— ¡Ay! — fue lo que pronuncie cuándo sentí el apretón en mi brazo, al mismo tiempo de que lo que fuera lo que me apretaba en brazo tapaba mi boca para que mi gruñido no se escuchara muy fuerte. Evitando que alguien nos escuchara.
— ¡Shhh! — Fue lo que eso respondió.
— ¿Luis? — dije al darme cuenta de que era el quien me apretaba y tapaba mi boca al mismo tiempo — ¿Que estás haciendo aquí? — termine de preguntar. Luis me empuja hacia él, introduciéndome a la fila.
— No hables tan fuerte o nos escucharan —Dice Luis susurrándome al oído.
— ¿Por qué? ¿Qué pasa? — pregunto nuevamente.
— ¿Ves a la persona que está parada justo allá? — me pregunta Luis señalando hacia adelante.
— Si — respondo viendo hacia adelante. No puedo ver con claridad lo que esta allá adelante, mis ojos no sirven lo suficiente. No tengo una visión a larga distancia. Lo siento. Solo pudo ver una silueta de una persona que distingo por el corte de cabello que tiene. Solo por eso, sé que posiblemente sea un hombre.
— Pues, ese de allá es Samael y si nos escucha, ten por seguro de que moriremos aquí mismo. — responde — y si no salimos lo antes posible de aquí, también moriremos.
— ¿Por qué?
— Porque estamos caminando en dirección al mismísimo infierno.
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Editado: 02.02.2021