El beso con Rilley no fue como lo había imaginado, este era mi primer beso y no fue nada grandioso o sentí como si fuegos artificiales estuvieran a mí alrededor aunque debo reconocer que todo eso es posiblemente un invento de las personas que escriben libros de amor para vender, libros que son falsos.
No es que estuviera mal, en realidad, puedo decir que me gustó pero no fue un gran momento como mamá me había dicho que sería, ella siempre que contaba la historia de amor con mi padre solía terminar viéndome con una sonrisa “Diana, algún día ese chico especial te besará y te hará sentir en las nubes”
Pero mis pies siguen en el suelo. Rilley se separa y me sonríe. Pienso que soy una tonta, literalmente este chico guapo me quiso besar y yo estoy aquí con mis tontos estándares altos, ¡Vamos, Diana! Solo vive un poco y disfruta el momento.
Rilley se acerca de nuevo, me toma por la cintura para acercarme a su cuerpo y él me besa por unos veinte segundos. Supongo que esto es “ser adolescente” el próximo año tendré dieciocho y debería aprovechar mi último año en la escuela para tener este tipo de experiencias.
Así que me dejo llevar y cuando me pregunta si seguimos bailando, asiento y luego me acerco yo a sus labios para besarlo rápidamente. —Otra. —Está vez fue diferente, tuve el valor de abrazarlo por el cuello y nuevamente colocó sus manos en mi cintura.
—Eres muy linda, Diana. —Afirmó Rilley con una sonrisa genuina.
Bueno, tal vez no fue tan mala idea venir a esta fiesta —Gracias —contesto sintiendo un poco de nerviosismo en mi estómago.
Rilley acerca su rostro pero no me besa, solo deja su cara muy cerca de la mía —Algo en ti me dice que eres diferente, eso me gusta.
Mi corazón comenzó a acelerarse, creo que es así como deberían ser las cosas, tener a alguien que es amable y no egocéntrico. Debería dejar de pensar en Donny, él ya no importa.
Nos estábamos viendo directamente a los ojos y comienzo a sentirme mejor, más relajada a su lado. —Gracias.
—No le digo esto a todas. —Me acercó aún más a él—. Eres muy linda y cuando te vi supe que tenía que conocerte mejor, hablo en serio, no puedo creer que no te haya visto antes, sin duda me hubiera acercado.
Una sonrisa se dibujó en mi rostro. —No sé qué decir.
Su dedo índice descanso en mis labios. —No digas nada.
Nuevamente me besó.
No soy esa chica que va a fiestas, besa a extraños y todo eso pero no porque soy “muy buena” sino porque casi toda mi vida he sido sobreprotegida por mis hermanos mayores y eso de estarme mudando constantemente me hizo las cosas difíciles para conectar con personas.
No tenía amigos así que nadie me invitaba a ningún lugar, quizás finalmente las cosas serán como deberían.
Cuando tenía trece años mi vecino de la misma edad, Gary Smith intentó darme un beso pero Ben, mi hermano apareció en el momento incorrecto. Luego a los catorce, en otra escuela, Jason Mellow se acercó a mí cuando me dejó en la puerta de mi casa y ¡Sorpresa! Chris y Adam estaban casualmente viendo por la ventana.
Después de eso nadie me había intentado besar, creo que ellos eran básicamente unos repelentes de chicos.
La forma en que Rilley me besaba me dejaba claro que sabía cómo hacerlo. Nunca me imaginé que podía ser ese tipo de chicas que se dejan besar rápidamente, ellas son confiadas y seguras de sí mismas. Saben lo que quieren y no tienen miedo a las críticas o los prejuicios. Yo no me sentía así pero Rilley tenía algo. Necesitaba ese algo.
Él era un chico normal. Uno que no me hace sentir como una tonta, que me está haciendo pasar un buen rato y que me ha besado varias veces durante la fiesta. Me alegra que nos hayamos encontrado de lo contrario hubiera continuado en mi miseria por los tontos comentarios de Donny.
Donny… me pregunto, ¿Dónde estará ahora?
¿Por qué de pronto me importaba Donny? Seguro está bailando de la misma forma en que bailamos nosotros con alguna animadora del equipo de soccer o con una de sus tantas chicas.
“No, no lo eres” dijo él cuando le dije que yo no era tan especial para él. Esa respuesta fue más que suficiente, debo recordarme constantemente que merezco alguien mejor que Donny, no importa si es guapo o que a veces, sea dulce. Merezco alguien mejor, tal vez Rilley lo sea.
— ¿En qué piensas? —Preguntó serenamente y separándose de mí. Una canción movida comenzó a reproducirse y la gente volvió a separarse y agitaba las manos energéticamente.
Quería responderle que no había visto a mis amigos en toda la noche cuando alguien toco mi hombro. La mirada de Rilley se volvió tensa por la persona detrás de mí. Al girar, me encontré con Donny.
Hablando del rey de Roma.
— ¿Qué estás haciendo? —Preguntó serio viendo directamente a los ojos de Rilley.
Donny tomó mi brazo y me apartó un poco de Rilley tirando cuidadosamente de mí pero con rapidez. —Donny, ¿Qué haces? —Pregunté soltándome de su agarre.
Sin despegar la mirada de Rilley volvió a hablar. —Aléjate de ella, Thomas.
La forma en que lo dijo. Ese tono posesivo me hizo pensar que tal vez le importaba pero al mismo tiempo me molestó mucho. ¿Qué le importa a él si estoy con un chico? Un chico que posiblemente es mejor que él.
—Vamos. —Dijo Rilley tomándome por la cintura, acercándome a él con la intención de retirarse de donde estaba Donny.
Donny me tomó por los brazos y me empujo detrás de él, colocándose frente a mí como si fuera mi guardaespaldas. —No la toques —se acerca a Rilley y ahora noto que Donny sigue siendo más alto que él—. ¡No vuelvas a tocarla!
¿Qué está pasando? —Ey, Donny… —empiezo.
Rilley sonríe de lado, con una expresión retadora — ¿No quieres que toque a Diana? ¿Por qué? —Lo mira directamente a los ojos—. ¿Qué es ella para ti?
Donny niega con su rostro —Solo no te le acerques, no lo harás de nuevo idiota —tensa su mandíbula—. No dejaré que le hagas algo.