Antes De Ti

CAPITULO 13

Sábado.

Todo era tranquilo, acabo de despertar después de dormir desde las dos y media de la mañana hasta las diez y media del sábado. Mis padres regresaron más temprano y pasaron por mi habitación para saludarme pero no hice esfuerzo en salir de la cama, hasta ahora. Es hora de levantarse.

—Buenos días —Saludé a mis padres con un beso en la mejilla a ambos.

Mi madre sonrió — ¿Cómo estuvo la fiesta?

Suspire recordando todo el drama entre Donny y yo, los besos con Rilley y la pelea con Eddy. —Bien.

Mi padre se acercó y me peinó el cabello como solía hacerlo cuando era una niña pequeña. —Nos enorgullece que no hayan ingerido alcohol.

—No creo que hubiera alcohol. —Recalqué aunque no puedo afirmarlo con seguridad, seguramente alguien llevó algo de alcohol.

—De igual manera, estamos orgullosos de ustedes. —Expresa papá sonriendo.

Si claro, si supieran el problema que ocasioné ayer probablemente no lo estarían tanto. No creo que a mis padres les agradaría mucho saber que estuve con un extraño toda la noche, lo besé y regresamos tarde por mi culpa.

— ¿Dónde está Eddy? —Pregunté sentándome en la mesa y bebiendo un poco de jugo de Sandia que mama colocó frente a mí.

Mi mamá creía que el jugo de frutas te hacia más joven. Lo preparaban todos los fines de semana ya que era los únicos días donde ellos se quedaban en la casa. Ambos trabajan ocho horas diarias, mamá en el área administrativa de un restaurante del centro y papá en una oficina de seguros.

—Fue a casa de una amiga. —Dijo soltando una pequeña risa.

Fruncí el ceño. — ¿Amiga? —Eddy no tiene amigas, ¿acaso está hablando de Anne?

Mamá se acercó y me sirvió un plato con huevos y jamón. —Sí, una chica llamada Anna o algo así.

Asentí levemente. Entonces si fue con Anne.

 — ¿La conoces? —Preguntó mi padre sin despegar la mirada de su libro.

—Somos algo así como mejores amigas. —afirmé sintiéndome rara al llamarla “mejor amiga” frente a mis padres, yo jamás les he presentado a ninguna amiga—. Pero creo que últimamente Eddy pasa más tiempo con ella que yo.

Tomó un sorbo de su café. —La edad del amor —papá termina con una risa corta.

—La edad del amor. —Repetí sin ganas.

A pesar de haber pasado un buen rato con Rilley, no estaba tan feliz como se debería. Tal vez lo de anoche solo fue algo momentáneo y ya, no debería esperar a volverlo a ver o que algo pase entre nosotros. Tal vez ni siquiera le gustó besarme.

Me levanté para servirme un poco de cereal sin leche en un tazón y tomé una cuchara para comerlo. Me senté en una silla frente a la mesa intentando recordar si había visto a Rilley antes en la escuela. Es probable que sí pero tal vez no estaba prestando atención.

También pensaba en lo que me dijo Rilley de Donny, de como ellos se pelearon por una chica, ¿Quién será esa chica? He visto a Donny con varias chicas, nunca es la misma. Podría ser cualquiera de ellas.

—Tu hermano llamó. —Dijo mi madre interrumpiendo mis pensamientos. —Dijo que sus amigos vendrán a comer.

Hice una mueca de disgusto. — ¿Desde cuándo Eddy tiene amigos? —un momento, ¿Amigos? ¿En plural? Eso significa que Donny podría venir a mi casa.

Mis padres soltaron una carcajada. —Diana. —Dijo mi madre suavemente—.  Tu hermano está creciendo, es de lo más normal que ustedes finalmente tengan otras personas con quienes pasar el rato, en especial Eddy que ya es un chico grande.

— ¿Necesito recordar que soy mayor? —Mi tono de voz era serio pero ellos lo encontraron gracioso y volvieron a reír.

—Siempre serás nuestra pequeña. —Afirmó mi padre.

Eddy pasaría todo el día en la casa de los Mudd y según mi madre, iba a volver a la hora de la cena. Junto con ellos. Por alguna razón me molestó que Eddy no me incluyera en sus planes y no era como si debería estar a su alrededor cuando estuviera con Anne pero Donny seguramente estaba ahí también y eso me molestaba. ¿Él puede ser el mal tercio y yo no?

Pero no iba a dejar que los planes de mi hermano me dejaran como una tonta sin amigos. Yo tengo mis propios amigos.

— ¿Matt? —Pregunté después de llamarlo.

—Hola Diana ¿Cómo te fue ayer? No es como si hubieras olvidado a tu posible cita.

—Lo lamento. No era mi intención pero Rilley…

Me interrumpió. —Lo sé, solo bromeo. ¿Qué pasa?

— ¿Tienes planes para hoy? —pregunté antes de bostezar.

—Eso depende, ¿Qué planes tienes para mí? —Matt responde entusiasmado.

—Pensaba en que podríamos ver una película o algo —No sé qué más podríamos hacer aquí en casa, ver películas es lo básico, ¿no?

—Me parece genial ¿Dónde? —escucho que una voz femenina le reclama algo, él murmura algo,

—Mi casa, si eso está bien —le digo.

—Lo siento, era mi hermana —me avisa—. Y sí, eso está perfecto. Ya se tu dirección, llevaré helado y puedes poner una película de chicas, no me importaría.

—Claro, película de chicas —río—. Entonces tenemos un plan.

—Nos vemos, prepara los pañuelos —bromea.

Y ahí está. Yo también tengo planes para hoy.

 

Después de un rato Matt llegó y trajo consigo un recipiente grande de helado de fresa. Mi favorito. Bajó de su auto y me saludo con la mano. Entramos y mis padres se lanzaban miradas entre ellos sospechando algo de nosotros.

Antes de que él viniera traté de dejarles claro que Matt solo era un amigo pero mamá seguía diciéndome en un tono condescendiente: “Está bien, Diana. Te creemos”

—Buen día, señores Adams. —Saludó Matt a mis padres con gestos educados. A mi padre con un fuerte apretón de mano y a mi madre con abrazo rápido.

—Hola Matt —papá saluda asintiendo.

Mamá le ofreció una Coca-Cola y la aceptó con gusto.

—Bueno —Comencé a decir antes de que mis padres le preguntaran algo incómodo—. Iremos arriba a ver una película.




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