Antes De Ti

CAPITULO 15

Después que Donny y mi padre hablaran por veinte minutos de deportes, del recorrido de Anne y Eddy y que mi madre terminara el pollo horneado que estaba preparando para esta noche, nos reunimos en la mesa.

—Diana —papá me habla—. ¿Sabías que Donny estuvo en el equipo de baloncesto de su escuela?

Me encojo de hombros —No lo sabía.

Papá sonríe —Además, ¡Le gusta ver futbol americano también! El chico sabe de lo que habla —lo voltea a ver—. Tienes madera de deportista, ¿has pensado seguir algo así en el futuro? Tal vez puedas hacerte una prueba en la universidad.

Donny solo sonríe amablemente —La verdad no pero podría considerarlo.

Me vuelve a ver papá —Sin duda me gustaría que tus hermanos estuvieran aquí, podríamos organizar algo genial entre todos —luego papá le habla a él—. Aunque debes saber que Diana es buena, creció aprendiendo a defender, siempre jugó en la defensa.

Suspiro —Bien, papá, basta. —pido sintiéndome un poco avergonzada.

Eddy suelta una carcajada —Donny es genial, ¿no, papá? Hablo en serio, es un tipo asombroso — ¿ahora mi hermano es su fanático? —. Deberías verlo en la escuela, es como si fuera una súper estrella o algo.

Anne se ríe —Adoro a tu familia, Diana —admite—. Son tan amables y divertidos, es genial.

Asiento, luego papá sigue hablando —Entonces, ¿te gustaría jugar más tarde algo de baloncesto?

Volteo a verlo. —Papá no creo que tengas la edad para jugar contra alguien mucho más joven.

Donny interviene: —Yo lo veo en forma, parece que sin duda será un buen oponente.

Suspiro, ahora se hace el amable y adulador. —Como sea, rómpete una pierna papá —digo en broma, deseándole suerte.

Anna le dice a Eddy: —La verdad a mí nunca me gustaron los deportes, esas cosas son de Donny, mías tampoco.

Eddy me señala. —Creo que a Diana tampoco, ella solo estaba obligada y no tenía opción con todos nosotros.

Ella voltea a verme — ¿Fue difícil ser la chica entre todos estos chicos que te obligaban a jugar cosas aburridas?

Suelto una carcajada mientras Eddy se queja. —Sin duda, pero tenía sus cosas buenas —admito—. Ellos me dejaban ganar, si alguno era demasiado brusco conmigo recibían un regaño y si perdía yo me ponía a “llorar” para que me compraran helado.

Donny me dice: —Entonces eres consentida, ¿no?

Entorno los ojos —Lo merezco —veo a papá—. El me llamaba la princesa de la casa, crecí con esa mentalidad.

Eddy suspira —Diana era una bebé llorona, siempre que le ganábamos hacía sus dramas para obtener helado o la televisión toda la tarde.

Papá agrega: —Aunque Diana también los obligaba a hacer cosas —mira a Anne y luego a Donny—. Todos mis hijos tenían que probar sus postres crudos, todos la cargaron en sus espaldas y todos vieron con ella películas de musicales, ¿no es así?

Eddy se toma la cabeza entre las manos —Ni me lo recuerdes, esos tontos musicales cursis.

Donny sonríe en mi dirección. — ¿Aun te gustan los musicales?

Me encojo de hombros —Más o menos.

Anne señala a su hermano. —Donny los odia también, ¿no es así?

Donny no quita sus ojos de mí cuando responde: —Podría hacer una excepción.

Mis ojos se abren un poco más justo en el momento que mamá entra sonriendo. —Gracias cariño por poner la mesa —le da una palmada en el hombro a papá—. —Bueno niños, la cena está lista —Mi madre llamaba a todos los que fueran menores que ella niños. —He hecho este pollo horneado muchas veces y cada vez me queda mejor.

—Cocinas delicioso Meredith, gracias. —Agradeció mi padre.

Eddy tomó un sorbo de agua. —Si mamá, gracias por cocinar esta noche.

Mi madre levantó su mano. —Oh cariño, no es molestia, cocinar para mis bebes es una bendición.

Eddy y yo nos levantamos para servir la comida, es así como lo hacemos todas las noches. Papá pone la mesa, mamá cocina y nosotros servimos la comida. Cuando todos mis hermanos estábamos aquí, las tareas se dividían por día, ahora que solo somos él y yo, lo hacemos siempre.

Sin embargo, Donny y Anne se levantan también —Creo que deberíamos ayudar —afirma Donny.

Mamá me da una mirada aprobadora, yo ruedo los ojos. —Está bien —contesta Eddy—. Es nuestra tarea.

Anne niega. —Tenemos que hacerlo, mi tía dice que ser invitado no es ser una persona que solo le sirven.

Mamá niega —Está bien cariño, ellos pueden hacerlo.

Anne hace un puchero. —Bien, pero… la próxima vez, lo haremos, ¿no?

Yo sonrío un poco y me alejo pensando en lo que dijo, ¿próxima vez? ¿Tendré a Donny aquí de nuevo? Escucho a Eddy entrar a la cocina así que le digo que lleve él la ensalada mientras yo tomo el pollo.

—Creo que yo debería llevarlo —pero no es Eddy, es Donny quien está a mi lado.

Levanto la mirada. —Está bien, no es la primera vez que llevo uno de estos a la mesa —afirmo.

Donny, sin embargo, toma la bandeja colocando sus manos sobre las mías para llevarlo él. —Yo lo haré, no te preocupes.

Aun no suelto la bandeja sintiendo sus manos sobre las mías, cálidas y grandes. —Donny, no porque sea una chica soy débil.

Él mira hacia un lado cuando afirma: —No creo que seas débil en absoluto.

Dicho eso, él se mueve al lado contrario y se lleva el pollo. Siento mis manos raras, como si tuvieran pequeñas hormigas caminando ahí pero no es una sensación fea, es interesante.

Regreso con la ensalada y la dejo sobre la mesa, a un lado del pollo. Eddy me mira y señala a Donny con la cabeza, quien regresó por la jarra con limonada preparada por papá. —Donny me obligó a quedarme aquí.

Ruedo los ojos —Eres tan obediente cuando se trata de Donny.

Mi objetivo de esta noche era no hablar con nadie, menos con Donald. No quería que nos peleáramos enfrente de su hermana y mi familia aunque estoy sorprendida que hoy ha sido un poco decente conmigo, tal vez es porque estamos en mi casa y mis padres están aquí.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.