CAPITULO 22

— ¿Benny? —Pregunté al teléfono.

—Si Diana. Lo estoy prometiendo por todo lo que tengo y lo que no tengo —responde mi hermano—. Estaré ahí por la tarde de mañana, cuando abras la puerta estaré ahí.

—Es realmente importante —le recuerdo.

— ¡Vamos Diana! Me sorprende que no confíes en mí. Si, estaré ahí.

—Pero…

—Pero nada, nunca me he perdido uno de tus cumpleaños. Estaré ahí y yo en tu lugar me preocuparía más por Chris.

—Chris es diferente.

— ¿Así que perdonas a Chris por no asistir a dos de tus fiestas y no a mí?

—Es diferente, no asistió a la fiesta de verano y a la cena de año nuevo, pero si a mi cumpleaños.

—Bien Diana —escucho como ríe—. Estoy terminando de empacar, no me perdería una celebración tan importante como el de la princesa de la casa, mi pequeña niña llorona.

Ruedo los ojos. —No empieces tu tampoco.

Se ríe. —Adam me ha dicho cosas, tienes que contármelas personalmente cuando llegue —me pide y yo estoy segura que involucra todo el tonto drama reciente.

Desde esa vez que Rilley y Donny pelearon, Donny realmente dejó de hablarme y Anne ha estado distante, ya no hablamos tanto como antes. Han pasado unos días pero las cosas han cambiado drásticamente.

Y yo, de manera muy tonta, sigo “saliendo” con Rilley. Lo que pasa es, ya no me siento bienvenida con ellos, ni con Eddy pues él está pegado siempre a Donny o a Anne, entonces mi única opción era pasar tiempo con Rilley y ellos.

Rilley me preguntó que hacía con Donny ese día y le dije que él me había llevado, lo cual no era mentira. Intenté decirle que mejor fuéramos solo amigos pero Rilley casi no habla conmigo, solo busca que yo esté cerca mientras habla con otras personas.

Sé que no es lo mejor pero pienso que si “termino” con Rilley ahora, estaré sola de verdad. Yo sé, está mal pero estoy cansada de no tener amigos, de estar apartada de todos y antes por lo menos tenía a mi hermano, ahora no tengo a nadie.

Debo admitir que aunque Jessica y Melinda sean un poco intensas, no son malas conmigo y al menos me distraigo un poco mientras que ellos tres me excluyen. No sé qué les habrá dicho Donny, no sé si Anne sabrá la verdad sobre Rilley y Donny o si Eddy solo tomó un lado sin saber mucho. No sé nada y eso me frustra.

—No hay nada por decir —contesto.

Eddy ha estado distante incluso en casa, ahora que Adam está aquí, él prefiere hablar con él y no conmigo. Pasa tiempo con él y cuando yo me acerco, él se va.

Benny dice: —Ya veremos, te sacaré toda la sopa y luego, te daré muchos consejos de los libros de autoayuda que he estado leyendo.

Sonrío. —Por favor no.  

—Bueno, Diana Cariño. Te adoro con todo lo que soy. Nos vemos pronto, saluda al horrible de Adam por mí, también a tu gemelo. Te quiero princesa.

—Adiós Benny.

Algo que me hacía feliz era tener a mi familia reunida en un solo lugar y eso solo lo lográbamos en fiestas importantes como mi cumpleaños o el de mis padres.

He visto como muchas personas no se llevan bien con sus hermanos, diría que mis padres son parte de esos grupos y no los juzgo, debe de haber motivos para que no se soporten mutuamente pero a diferencia de ellos, mis hermanos y yo éramos muy unidos.

Ellos obviamente tenían millones de apodos cariñosos para mí y siempre me consentían. Siempre me han aconsejado. Una vez, hace mucho tiempo, nuestro pequeño perro Jacob murió y llore tanto que sentía que me habían acabado mis lágrimas sin embargo mis cuatro hermanos se quedaron alrededor de mi cama toda la noche. Cuidándome.

Es por estas cosas que odio como está actuando Eddy ahora, no me gusta que nos peleemos. Benny lo llamó “mi gemelo” porque hemos estado unidos siempre, pero ahora estoy sintiendo una distancia muy fea entre nosotros. 

Por la mañana Eddy me dijo que se tenía que ir por Anne, yo lo detuve antes que saliera corriendo por la puerta. Mis padres ya se habían ido y Adam estaba sentado en el sofá mientras revisa algunos correos electrónicos en su computadora.

—Eddy —hablo—. Oye no puedes seguir así, tienes que llevarme a la escuela, sabes que por eso te dieron el auto.

Eddy rueda los ojos. —Adam te llevará.

Niego enojada. —Adam se irá, ¿Qué harás después de eso? Tengo que irme contigo algún día.

Adam se levanta y camina hacia nosotros. —Eddy, ¿Por qué te estas comportando así con Diana?

Eddy suspira. —Adam, no siempre voy a ser el niñero de Diana —me mira—. Puedes venir con nosotros si quieres pero, solo quiero pasar tiempo con Anne así como tú y ese chico, ¿no?

Adam me mira y luego a él. — ¿Ese chico? ¿Donny?

Eddy resopla y niega con su cabeza. —No, Diana está viendo a alguien más, no tengo idea quien es pero según he escuchado, le gusta crear conflictos.

Adam coloca su mano sobre mi hombro. — ¿Es verdad eso?

—No —miro a Eddy—. Oye, ¿Quién te dijo eso? ¿Donny?

Eddy bosteza. —tengo que irme, ¿Vienes o no?

Adam interviene diciendo: —Pues hoy no podré llevar a Diana, tengo una conferencia en línea en unos minutos, lo siento tendrás que ser un buen hermano y llevarla.

Eddy se da la vuelta y abre la puerta. —Como sea, Diana siempre tiene la razón, ¿no?

Eddy se va y Adam suspira. —Ustedes dos —se cruza de brazos—. No suelen pelear, ¿Qué pasa últimamente?

Lo miro y me encojo de hombros. —Adiós Adam, tengo que ser el mal tercio de mi hermano.

Adam se ríe un poco y me da un abrazo rápido, cuando llego al auto Eddy no me voltea a ver, simplemente espera a que entre al asiento de atrás y comienza a conducir para ir por Anne.

Yo reviso mi teléfono mientras vamos en camino, se siente tan raro no platicar con mi hermano mientras estamos en el auto, normalmente hablamos de cualquier cosa pero ahora aquí estamos, en silencio.

Llegamos a la casa de los Mudd y Anne sale a tiempo con un vestido azul y su cabello recogido en una coleta alta, sonríe cuando ve el auto de Eddy. Ella se acerca dando pequeños saltos y cuando veo a mi hermano, él está sonriendo. Al menos ellos si se llevan bien.