Antes De Ti

CAPITULO 27

Mi siguiente clase es una con Donny. Después de bajarnos del auto al llegar a la escuela no lo he visto pero no he dejado de sonreír. Ese beso fue, definitivamente, el mejor beso del mundo. Sí, he besado solo dos chicos Rilley y Donny pero no quiero besar a nadie más. La manera en que Donny me besaba fue todo lo que necesitaba para creer que las historias de amor y los cuentos de hadas si existen.

Pero después del cuarto beso, antes de bajarnos del auto, él me vio de una manera profunda y especial. De la misma forma en que ves una estrella fugaz pasar o un arco iris. Me miraba como si fuera algo demasiado especial y eso sin duda, me robó el aliento.

De verdad, me gusta Donny. Ya no me importa negarlo, no quiero negarlo, quiero gritarlo a todo pulmón. Realmente me gusta. Y ahora no puedo esperar para la próxima vez que lo vea, quiero pasar todo el tiempo a su lado. Quiero estar cerca y nunca irme.

Sonreí suavemente cuando lo veo sentado en su escritorio, con las piernas dobladas pues es demasiado alto para ese espacio. —Hola Andrew.

Aun recordaba lo que me dijo. No lo puedo olvidar. No puedo olvidar nada de Donny. Ni sus hermosos ojos. Ni su risa grave. Ni sus labios. En especial sus labios. — Diana Adams, ¿Qué has estado haciendo?

Lo miro y ruedo los ojos. —Nada, solo aburriéndome.

Donny se inclina hacia adelante, para acercarse a mi lugar. — ¿De verdad? ¿No te pasó nada interesante esta mañana?

Lo volteo a ver y sus ojos están en mis labios. —Eh, no realmente.

Donny ahora mira hacia mis ojos. —Que mal, yo tuve un momento muy grande esta mañana, pero no te lo contaré.

—Um, no necesito que me lo cuentes. —respondo sonriendo.

Donny estira su mano y acaricia mi antebrazo con un dedo. — ¿Quieres que hagamos algo esta tarde? No sé, lo que tú quieras.

Asiento intentando no sonreír como una tonta. —Claro, me gustaría.

La clase comenzó y tenía la extraña sensación de sentir la mirada de Donny en mí. Esto era raro. Completamente raro pero hermoso. No es como las sensaciones que Rilley ponía en mí, es diferente. Pero es un diferente agradable.

— ¡Bien niños! —De nuevo la profesora llamándonos como pequeños—. Esta semana tienen tarea y quiero que se esfuercen. Podrán ver qué necesito en la página cuarenta de su libro. Si su nota es menor tendrán que repetirla.

Muchos comenzaron a quejarse.

—Así que todo su futuro está en sus manos. —Dudo mucho que una tarea cambie mi futuro pero bueno, mi “futuro” está en mis manos.

Lindo modo de amenazar a los estudiantes.

— Alguien arruinó nuestros planes —Preguntó Donny acercándose a mí después de finalizar la clase.

—Um, ¿de qué hablas? —él me toma del brazo para moverme lejos de la puerta.

—Ya sabes, la tarea. Íbamos a pasar tiempo juntos pero ahora tenemos que hacer esto o si no “arruinaremos nuestro futuro” —rueda los ojos y yo sonrío.

—Tienes razón —quisiera poder abrazarlo pero por alguna razón no me siento muy cómoda haciendo eso aquí—. Pero aún podemos pasar tiempo juntos, aunque haciendo tareas.

Donny se inclina hacia mi oreja. —Mis planes incluían tus besos.

Lo empujo y río —cállate, no digas eso.

—Hablo en serio —levanta las cejas—. ¿Acaso vas a fingir que no quieres volver a besarme?

Niego. —La verdad es que no, renuncio a tus besos.

Donny vuelve a inclinarse para quedar cerca de mi rostro —Bueno, ¿estas segura? ¿No quieres que mis labios estén sobre los tuyos?

Claro que sí. —Calla, estamos en la escuela.

Toma mi rostro con una mano. —Diana Adams, te besaría en cualquier lugar si tú me lo pidieras.

¡Rayos! ¿Cómo negarme cuando él es tan… él? —Mira, hay lugares para todo, dice mi madre.

—Este es un buen lugar para un beso —susurra él.

Sonrío —Vamos Donny, tenemos otra clase.

Levanta el rostro hacia el techo. —Dios me hizo enamorarme de la mujer más difícil del planeta —luego me ve a mí sonriendo—. Pero también la más hermosa.

Ruedo los ojos. —Como digas, vamos a clase.

Donny y yo fuimos a nuestra siguiente clase pero en esta habían dos personas que no quería ver, una de ellas era Rilley quien estaba sentado lejos de nosotros y ni me volteaba a ver. La otra persona era Melinda.

— ¡Donny! —Ella entra sonriendo y corre a abrazar por detrás a Donny quien está sentado a mi lado.

Donny se levanta de un salto. — ¿Qué te pasa?

Ella intenta volver a abrazarlo pero él da un paso hacia atrás. —Donny, ¿Qué pasa? No es como si jamás te haya abrazado antes.

Donny niega con el ceño fruncido. —Pues no lo vuelvas a hacer, Melinda.

Ella hace un puchero —Donny, por favor, sabes que te gusto y que quieres ir al baile conmigo.

Donny pasa la mano por su cabello. —No Melinda, ¡No quiero nada contigo! Te lo he dicho tantas veces.

Ella suspira y me voltea a ver. —Diane, ¡Dile algo!

Yo miro a Melinda sin saber qué hacer, Donny la señala. —Solo déjame en paz.

Rilley se acerca y se coloca detrás de Melinda. —Melinda déjalo, no sabe cómo tratar a las mujeres.

Donny entrecierra los ojos y se acerca hacia él — ¿Yo? —Lo señala—. ¿Yo?

Rilley sonríe —Ay Donny, supera eso por favor.

Melinda me vuelve a ver. — ¿Por qué no me ayudas, Diane? ¡Somos amigas!

No lo somos. —No sé…

Por suerte la profesora llega y detiene todo esto, ellos regresan a sus asientos y Donny se deja caer al asiento enojado. Yo me siento incomoda aunque no hice nada malo. En esta escuela hay demasiado drama y por algún motivo, terminé en medio de él.




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