DONNY
—Soy un desastre —me dice cuando sale de la cama.
Vuelvo a besar su mejilla. —Eres hermosa.
Me mira y deja su cabeza en mi hombro. —Tengo que hablar con mi familia, no pude explicarles nada.
— ¿Quieres que te acompañe? —pregunto.
Ella toma mi rostro con una mano. —Sí —pasa su otra mano por su boca—. Qué asco, él me besó.
Siento un golpe en el estómago. —Lo odio tanto —le digo—. Jamás te volverá a tocar Diana, te lo prometo.
Ella se despega de mí y toma mi rostro con sus dos manos. —No hagas nada Donny, yo lo haré —sonríe un poco—. Créeme, lo haré.
—Te amo —digo viéndola a los ojos—. Te amo Diana.
Ella sonríe y acerca su rostro al mío. —Bésame Donny, quita su sensación de mí.
Lo hago. Beso sus labios y me aseguro de apartarla de esa sensación. Odio a Rilley, odio imaginarlo a él besándola. Odio sus palabras. Odio que él ha dañado a las únicas dos personas que amo en este mundo.
Nos despegamos y me abraza, recuesta su rostro en mi pecho. —No quiero que te vayas —dice—. Nunca, no quiero perderte.
—No lo harás —no sé como pero me quedaré con ella. No hablo de esta noche, hablo de la vida. Sé que nunca puedo tener nada bueno, que siempre pierdo lo más importante para mí pero no dejaré que la vida me quite a Diana.
—Vamos con mi familia, deben estar preocupados —dice despegándose de mí.
Asiento y toma mi mano.
Bajamos así, cuando llegamos a la sala de estar mi hermana y Eddy también están sentados. Todos se levantan cuando Diana camina acercándose.
—Diana —Anne camina hacia ella y la abraza—. Diana, ¿estás bien? Soy la peor amiga del mundo, te quiero mucho Diana, no quiero que nada malo te pase.
Diana suelta mi mano para abrazarla. —Estoy bien Anne, te quiero también.
— ¿Qué pasó? —pregunta Eddy acercándose—. Diana, ¿Qué te hizo ese idiota?
Ella niega. —No me lastimó, Donny me dijo lo que Rilley les dijo pero estaba mintiendo —afirma—. Él sí quería hacerlo pero, lo golpeé.
Eddy la abraza con fuerza, apretándola. Es más alto que ella así que su rostro queda por debajo de su barbilla. —Perdóname Diana, perdóname.
Diana se despega y lo mira negando. —Eddy, eres menor que yo, además no es tu culpa.
—Pero soy tu hermano —asegura—. Si algo te pasa me muero, eres mi hermana Diana.
Ella sonríe un poco. —Estoy bien Eddy, estoy bien.
Adam se levanta. — ¿Qué te hizo para que lo golpearas?
Chris también se vuelve a levantar. —Dime quien es, dímelo Diana.
Ella los mira y niega. —No, yo sé que ustedes pueden hacer algo pero no —repite—. Miren, no tendrán problemas por esto. Ustedes, no arruinen sus vidas por esto, yo sé que quieren ayudarme pero si terminan en la cárcel o algo, jamás me lo perdonaré.
— ¿Quieres que no hagamos nada? —pregunta Chris.
Ella suspira. —Estoy bien —me mira—. Y no estoy sola, además yo puedo defenderme.
Eddy resopla. —Lo sé, sé que puedes defenderte pero déjanos hacer algo.
—Si te lo hizo a ti se lo hará a otras chicas —dice Ben—. Alguien tiene que detenerlo.
Diana mira a sus padres. Ellos les piden que se relajen, que ahora no es el momento de pensar en todo esto.
— ¿Entonces quieres que no hagamos nada? —Pregunta Adam cruzando sus brazos—. Diana, ¿Cómo esperas que nos vayamos tranquilos sabiendo que ese tipo está cerca de ti?
—Yo —hablo—, yo estaré con Diana, yo cuidaré de ella, lo prometo.
Eddy los mira y asiente. —También yo, estaré cerca siempre —luego mira a Diana—. Entiendo porque no quiere que hagan nada, al final ustedes son mayores y si le hacen algo pueden terminar hasta en la cárcel.
Chris se acerca a ella. —Un dedo, Diana —afirma—. Un solo dedo que te ponga encima y no me importa que me puede pasar, no dejaré que nadie te lastime.
Ella se acerca y lo abraza. —Te quiero tonto.
—Bien —Adam suspira—. En ese caso, no haremos nada por el momento —también se acerca a ella para abrazarla—. Pero hablo en serio, a mí tampoco me importa nada. Si tengo que defenderte lo haré.
—Bien —ella se separa de los abrazos de sus hermanos—. Mañana es mi cumpleaños, todo está mejor ahora.
Adam revuelve su cabello. —Claro, mañana es tu cumpleaños, te vamos a consentir.
Ella mira a Anne. — ¿Vienes mañana a comer? Por mi cumpleaños.
Anne la abraza. —Obviamente estaré aquí —se despega—. Seré una mejor amiga.
Diana niega. —YA lo eres.
Luego gira y me mira. —Entonces, ¿Tu también?
¿Si quiera tiene que preguntarlo? —Claro.
—Bien —asiente—. Genial, todo está bien ahora.
Yo junto mis manos y suelto una exhalación. —Supongo que deberíamos irnos ahora —miro a mi hermana—. Vamos Anne, Diana tiene que descansar.
Ella asiente y le da otro abrazo. —Te quiero.
Anne aprendió algo después de la muerte de nuestros padres, ella aprendió a decirle lo que siente a las personas sin pena o esperar un mejor momento. En cambio yo, tengo miedo de sentir algo por otras personas. Tengo miedo de crear lazos para luego romperlos.
Pero veo a Diana y se me olvida todo el temor. Solo quiero estar con ella. Solo quiero amarla.