Antes De Ti

CAPITULO 34

Eran las siete de la mañana cuando abrí mis ojos. Tuve una pesadilla con Rilley, soñé que no pude escapar de él y me arrancaba la ropa. Pero gracias al cielo solo fue un horrible sueño.

Estoy arrepentida de todo, de bailar con Rilley la primera vez que nos conocimos, de aceptar ser algo más aunque no sabía mucho de él y de no haber escuchado a Donny cuando me advertía sobre él.

Necesitaba entender que desde aquí es un nuevo comienzo. Una oportunidad más para hacer las cosas bien. Hay tanto que quisiera cambiar pero por ahora solo me ocuparé de aceptar las lecciones del pasado y seguir adelante.

Revisé mi teléfono y encontré cinco mensajes de texto. Tres de Donny y dos de Anne.

Leí primero los mensajes de Anne.

“Hola Diana, buenas noches. Recuerda que cuentas conmigo siempre”

“Oh, te quiero. Saluda a tu increíble madre y a tu estupendo padre, mañana nos vemos porque es tu cumpleaños, será genial, te quiero Diana.”

Cada día que pasa me asombró más de Anne. Ella está llena de luz y alegría. Literalmente enciende el mundo con su sonrisa.

Luego leí los mensajes de Donny.

“Hola, bueno yo quería decirte que lo digo en serio Diana, te amo. Sé que es muy pronto, créeme, ni siquiera yo sé porque te amo pero no puedo negarlo.”

“Y no puedo esperar a verte mañana ahora que sabes lo que siento por ti tengo una mejor excusa para pasar tiempo contigo.”

“Buenas noches. Realmente te amo.”

Me he quedado sin palabras. Una gran sonrisa está en mi rostro. Donny es increíble y realmente lo quiero también. No lo dejaré ir jamás.

Oh Dios Mío. Esperen un segundo. Tengo dieciocho años.

Y aparentemente no desperté por mi cuenta, alguien ha estado llamando a la puerta con unos pequeños golpes contra ella. Tengo opción de levantarme y abrirla o simplemente dormir unos minutos más. Creo que dormir es un buen auto—regalo de cumpleaños.

Y dormí de nuevo, al menos eso creo. Sentí las manos de alguien meciéndome por el brazo y algunos murmullos. Creo que debería ser ilegal despertar a alguien en su cumpleaños. Un sábado. ¡En su cumpleaños!

—Diana. —Dice una voz que no logro reconocer entre hombre o mujer. Tal vez es un pequeño unicornio hablándome—. Despierta, es tu cumpleaños.

—Lo sé. —Digo sin ganas.

—Hay alguien aquí que te quiere ver.

Otra voz dice: —No digas eso, era una sorpresa de su novio.

Oh no. No me digan que Donny está aquí viéndome con el cabello revuelto y mi cara sin nada de maquillaje. Con mis pijamas de gatos.

—Shh. —Alguien más calla a alguien.

Abro los ojos de golpe y me levanto rápidamente buscando con la mirada a Donny pero todo lo que encuentro es a mis cuatro hermanos y a mis padres con un pastel en sus manos. Se están riendo de mí.

—Buenos días. —Digo molesta.

—Malos diríamos nosotros. —Benny toma un mechón de mi cabello y lo deja caer con desprecio—. No entiendo cómo puedes ser parte de la familia Adams. Nosotros somos los más guapos del continente pero luego, estás tú.

Todos comienzan a reír. —Gracias. —Murmuró.

La risa de Adam sobrepasa a las de los demás. — ¿Vieron cómo se despertó cuando le hablaron de su novio?

Contraje mis mejillas. Acababa de humillarme enfrente de mi familia. — ¿Qué pasa? —Preguntó con sorpresa exagerada—. Pensé que hoy era el cumpleaños de alguien, pensé que vendrían a decirle cuanto la aman y que es el mejor ser humano en la tierra pero veo que les encanta reírse de la gente.

—No nos estamos riendo de ti. —Aclara papá.

Todos respondemos: —Nos divertimos de tus debilidades.

Eso es algo que siempre decimos para hacemos sentir mejor. Es como “Nos reímos contigo, no de ti” pero lo nuestro es más honesto.

—Feliz cumpleaños. —Dice Eddy extendiéndome un regalo.

Sonrió y lo colocó sobre mi cama. Luego, mi padre coloca un pequeño pastel sobre mi mesa de noche y los demás me dan sus regalos. Aquí les va otra tradición. Nosotros no abrimos los regalos rápidamente, lo hacemos como en navidad. A la mañana siguiente. Mi padre dice que es una forma de tener nuestra propia navidad personal.

—Te queremos chica rara. —Dice Chris besándome la frente.

—Sí, mucho. —Eddy se acerca y me abraza.

—Eres un fastidio muy lindo y adorable. —Benny me besa en la mejilla.

—Pero definitivamente te amamos. —Adam me envuelve en sus brazos—. Ten.

Adam me extiende un papel doblado. Mamá y papá sonríen entre ellos y salen de la habitación. Yo devuelvo la mirada al papel.

—Léelo. —Dice Chris sonriendo—. Es una carta que te hicimos.

Desdobló la hoja y comienzo a leer.

 

Diana.

Seguramente leerás esto en tu cumpleaños y si, es una carta de cumpleaños hecha en computadora porque tus hermanos somos terriblemente perezosos y escribir todo esto sería muy complicado. Bien, empecemos por el anciano de Adam.

Adam: Diana, aún recuerdo el día que te trajeron del hospital. Cuando papá y mamá nos dijeron que eras una niña me quejé. No quería una niña. Quería formar mi propia banda de hermanos. Ocho en total. No una banda de rock, una banda con trompetas, tambores y todo eso. Pero ahí estabas tú.

Papá te comenzó a llamar “princesa” y yo me volví a quejar preguntándole porque no me llamaba príncipe. Me alegra que no lo hiciera. Luego, un día tú estabas jugando con Chris y yo accidentalmente pisé tu mano. Tu pequeña y regordeta mano de dos años. No tenía idea si mis padres me castigarían pero cuando ellos llegaron, ya no llorabas. Estabas ahí, sonriéndome. En ese momento, te volviste mi persona favorita.

Te amo y aunque eres algo así como una mujer, siempre serás mi pequeña hermanita. Feliz cumpleaños. Sabes que siempre estaré ahí para ti.




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