La deliciosa comida terminó y trajeron el pastel con dos velas, una en forma del número uno y otra con el número ocho. Todos empezaron a cantarme la canción de cumpleaños y cerré los ojos para pedir un deseo y por primera vez en mucho tiempo, no deseé nada. No lo hice porque al momento de pedir mi típico deseo de cumpleaños, el que siempre había pedido desde que cumplí nueve, Donny me tomo la mano y frotó su pulgar sobre ella. Me di cuenta que ya tenía todo lo que siempre quise. Y lo tenía sosteniendo mi mano.
El pastel fue repartido y comenzamos a comer. Donny ya hablaba con mis hermanos de deportes y jugadores, Anne y yo charlábamos de muchas cosas, de cualquiera menos de deportes. En un momento de la conversación, Adam se puso de pie y todos lo volteamos a ver.
—Bien, como mi familia sabe yo llegué a la ciudad unas semanas antes del cumpleaños de Diana porque tenía noticias para la familia pero veo que Diana y Eddy han hecho muchos amigos así que sean bienvenidos a la siguiente noticia.
— ¿Qué pasa Adam? —Pregunta mamá tranquila.
—Bien, hace varios años conocí a una chica en la universidad, ella es mi novia en realidad y bueno, nos vamos a casar.
Comencé a chillar de alegría. — ¿Casarte? Espera, ¿Cómo es que no conocemos a tu novia? —pregunto.
Adam sonríe nervioso. —Bueno… —mira a mis padres—. Ellos si la conocen pero nunca la he traído aquí con ustedes, sé que mis hermanos pueden llegar a ser…
Christopher se ríe. — ¿Tenias miedo que te quitáramos a tu novia?
Bufa. —Claro que no, soy el más guapo de todos ustedes —se encoje de hombros—. No sé, solo quería esperar a la persona correcta para que la conocieran, ella lo es.
— ¿Cómo se llama? —pregunto.
—Melissa, tenemos la misma edad y bueno, la conocerán pronto lo prometo —Adam sonríe.
—Felicidades. —Me puse de pie y lo abracé.
— ¡Eso es maravilloso cariño! —Mamá lo abrazó también.
Luego mis hermanos comenzaron a felicitarlo y a molestarlo y algo raro sentí. Era algo así como emoción al imaginar cómo sería el día que anunciara mi boda. Seguramente mamá me ayudará a planear todo y a escoger el vestido. Papá me felicitara y llorará. Puedo imaginarme todo menos con quien me casaré. Eso es algo que aún no tengo que saber, según el destino pero las cosas serían más fáciles si supieras que realmente encontraras a tu alma gemela algún día.
Donny… no sé, estoy segura que lo quiero y todo eso pero, ¿no es muy pronto para imaginarnos casándonos?
Terminamos de comer el pastel y media hora después, Ben y Chris querían llevarse a Adam a celebrar a algún restaurante. No se cómo pueden seguir comiendo después de toda esa comida. Mamá dijo que se sentía cansada y quería ir a recostarse. Le di las gracias por todo y me abrazó nuevamente. Papá la acompañó luego que ambos se despidieran de Donny y Anne, en caso ellos se quedaran dormidos viendo televisión y así quedamos únicamente Eddy, Anne, Donny y yo.
—Gracias por venir. —Dije viéndolos con una sonrisa.
Todos mis cumpleaños anteriores habían sido únicamente con mi familia y aunque no me quejo, es agradable saber que ahora hay dos personas más en mi vida.
Anne sonrió. — No hay problema Diana, te queremos mucho y es tu día.
—Mucho. —Recalcó Donny.
—Bien, Anne y yo subiremos a ver una película, nos vemos —Eddy tomó a Anne de la mano y luego se detuvo para ver a Donny—. Uh, la llevaré a casa si tú y Diana quieren… salir o algo, solo… supongo que como su hermano debo pedirte que seas bueno con ella aunque sé que Diana es la gruñona.
Le doy un golpe en el brazo. —Tonto.
Donny ríe. —Tranquilo Eddy, estaré bien, si tengo problemas te llamaré para que me salves de tu hermana.
Anne rueda los ojos. —No te burles Donny, siento que Diana realmente puede pelear contra cualquiera, ¿no ves cómo sus hermanos son todos altos y fuertes? ¡Ella jugaba a las luchas con ellos!
Eddy la mira levantando una ceja. — ¿Estás diciendo que mis hermanos son atractivos?
Ella sonríe y le da un beso en la mejilla. —Tú eres el más guapo.
Donny y yo arrugamos la nariz. —Bien, no tienen que ser cursis frente a nosotros —pide él.
Anne suelta a mi hermano y se acerca a Donny para empujarlo. —Tú te callas, ¡Estuve aguantando todas tus cursis declaraciones sobre Diana! —ella me mira sonriendo—. Donny se la pasaba hablando de tu cabello, de tus ojos de como sonreías y…
—Eddy —Donny interrumpe—. Llévate a la bocona de mi hermana por favor.
Eddy ríe y toma de la mano a Anne. —Ven aquí, bonita —suben las escaleras—. Y para que quede claro, eres la bocona más hermosa de todas.
Donny gruñe. —Son tan cursis.
Yo giro sobre mis talones. —Entonces, ¿Qué pensabas de mi cabello?
Donny rueda los ojos y coloca sus brazos sobre mis hombros para atraerme hacia él. —Tú sabes que me encantas, Cariño.
Inclina su rostro y me besa en los labios. Mi corazón se acelera como siempre. —Eres el mejor —le digo y me recosté en el pecho de Donny—. ¿Ahora qué?
— ¿Quieres ir a mi casa? —Preguntó acariciando mi mejilla.
Recuerdo la vez que Donny se ofreció a llevarme y luego sugirió ir a su casa, será la primera vez que esté ahí. —Bien.
La casa de Donny está a veintitrés minutos de la mía. Es muy linda por fuera pero nunca la he visto por dentro. Entramos y se ve todo tan reluciente, el lugar es muy claro y con mucha iluminación natural. Las habitaciones son amplias y los muebles son de madera fina.
No me había dado cuenta que Donny, o su tía, son personas con más dinero del que aparenta. Él no es presumido ni nada de eso, nunca lo escuché hablar de una manera clasista. Eso hubiera sido tan poco atractivo.
—Me encanta tu casa —afirmo.
Suspira. —Gracias, mamá la decoró.
—Ósea que, ¿siempre has vivido aquí? —pregunto un poco tímida.
Asiente. —Así es, mi tía vino después.