15 de octubre 2022
Lea Stone
El bosque estaba vivo. No con pájaros ni grillos, sino con música distorsionada, risas ebrias y el olor al alcohol mezclado con humo de fogata. Las ramas altas se mecían en el viento, y las luces colgantes temblaban como si también tuvieran miedo.
Sabrina caminaba delante de mí, radiante como siempre, su cabello ondeado libre, recogiendo miradas que parecían seguirla como abejas a la miel. Yo, como siempre, era la sombra que se arrastraba atrás ella.
-Vamos,Lea-dijo, sin siquiera mirarme-.¿Cuándo vas a aprender a divertirte?
No respondí. Me limité a apretar los labios y seguir sus pasos. Cada carcajada, cada saludo que recibia, era un recordatorio de que ella siempre tenía el mundo en sus manos, mientras que yo apenas existía.
Nos adentramos más en el bosque, donde la fiesta hervía. Habían chicos con botellas en mano, otros bailando torpemente sobre la tierra húmeda, y algunos que desaparecían entre los árboles de dos en dos, buscando su propia diversión. El área estaba denso, pegajoso, cargador de sudor y secretos.
Yo odiaba ese ambiente. Odiaba sentirme atrapada en un lugar donde nadie me miraba realmente, donde todo se sentía vacío.
Entonces lo vi.
Un chico apartado, recargado en la barandilla vieja de la cabaña abandonada , fumando con calma. No formaba parte de la fiesta, pero tampoco parecía un extraño. Era como si ese lugar le perteneciera, cómo sé el bosque lo hubiera dejado crecer entre sus sombras.
Su mirada salsó y se clavó en mí . Un contacto breve, pero tan intenso que me dejó sin aire. No eran como las miradas de los demás chicos ,hambrientos o curiosos. No . Era algo más profundo, como si me estuviera leyendo por dentro.
Me detuve sin querer, con los pies clavados al suelo . Sabrina ni siquiera no tome ausencia; seguía riendo y bailando entre un grupo de chicos que la adoraban.
El extraño de una calada lenta su cigarro y exhaló el humo con indiferencia. Después habló:
-no pareces encajar aquí-
Su voz era grave, tranquila ,pero había algo en ella que me erizó la piel.
-no estoy aquí por gusto-respondí sin pensarlo, sorprendida de escuchar mi propia voz salir tan firme
Él ladeó la cabeza, cómo se le divirtiera mi respuesta. Una media sonrisa se dibujó en sus labios, pero no tenía nada amable.
-Eso se nota-
Bajé la mirada, insegura. ¿Por qué está hablando con él? Ni siquiera lo conocía. Pero había algo......algo que me traía, como si el bosque me hubiera empujado hacia este instante.
Cuando volví a mirarlo, sus ojos serían fijos en los míos, oscuros, impenetrables, con un brillo que me hacía sentir desnuda, expuesta.
-¿Cómo te llamas?- preguntó
-Lea- contesté antes de darme cuenta de que tal vez no debí hacerlo
Él repitió mi nombre en un murmullo, como probándolo, saboreando cada letra... y luego sonrió, apenas un destello.
-Ten cuidado Lea-
Un escalofrío recorrió mi espalda.
-¿Qué quieres decir?- alcanza a preguntar, pero sobrina gritó mi nombre desde el centro de la fiesta. Su voz rompió el momento como un vaso a caer.
Giré mi cabeza hacia ella, cuando volví a mirar hacia la cabaña, el chico ya no estaba. Solo quedaba el humo disipándose en la brisa fría.
Me quedé quieta, con el corazón golpeándome el pecho.
-¿Quién demonios era ese? -Susurre para mí misma.
Pero no obtuve respuesta
La noche siguió su curso. Sobrina se entregó a la fiesta con la facilidad de siempre, rodeada de admiradores y besándose a un chico que apenas conocía.
Yo me senté a un lado, observando, sintiéndome fuera del lugar. Pero en el fondo, no podía dejar de pensar en esas palabras que me habían perseguido desde que él las dijo.
"TEN CUIDADO LEA"
No sabía por qué me habían marcado tanto, tal vez porque sonaba como una advertencia, o tal vez porque era un recordatorio de lo que yo ya sabía: que nada en este lugar era tan simple como aparentaba.
El bosque me observaba. La fiesta era solo una máscara. y algo en mí.... algo que había estado dormido durante mucho tiempo...... comenzaba a despertar.
Qué tal les ha parecido?
Déjenme saben en los comentarios que les parece, con amor Fer 💙