Antes del Alba

XXVII

"Well what the hell I'm gonna let it happen to me, yeah..."

Pasa el tiempo, me tardé bastante en la planta baja-según yo-, analizando todo. Ahora he pasado a la planta alta. Aquí sí hay muchas pinturas, alguna que otra escultura pequeña y muchas fotografías con temática de la cuestión de identidad de género, y la verdad es que son muy buenas. Me sobresalto cuando toman mis hombros, ahogo un grito y me giro bruscamente.

—Lo siento—dice Hunter con una tierna sonrisa, desvía sus ojos y mira por encima de mi hombro—. ¿Te gustaron esas fotos?

—Sí, son reales, transmiten mucho, además tratan de un tema muy importante; ya que la mayoría no lo alcanzamos a comprender al cien por ciento—me volteo para verlas una vez más, soy honesta, no estoy muy involucrada en lo concerniente al tema, ya que es muy polémico. Yo sólo respeto a las personas, punto. Hunter asiente y yo encuentro la que considero mi favorita—. Esta, creo que es la mejor.

Señalo la foto, en ella se encuentran muchas parejas con las frentes juntas y abrazadas, cubiertas con banderas de arco iris, están de cierta manera que todas se puedan apreciar muy bien, transmite paz y esperanza; todas son completamente diferentes, y eso es lo que las hace hermosas, porque lo que tienen en común es que han encontrado un gran amor.

El chico a mi lado ensancha más su sonrisa, no deja de observar mi rostro y suelta una risita. Volteo a verlo con cara de signo de interrogación, pero creo que sé por qué está tan interesado.

—Tu eres el fotógrafo—la verdad se escuchó más como una afirmación/pregunta. Él asiente, irradia orgullo y seguridad en su trabajo, y eso me agrada mucho.

—Creo que fue una de las más difíciles de capturar—suelta otra risa—. No podían dejar de besarse ni treinta malditos segundos. Pienso que eso la hizo más especial, hice unas cien tomas, pero al final decidí exhibir ésta, me pareció más espiritual, conectada a algo más grande que la atracción sexual.

—Es realmente expresiva, y ahora, después de saber la historia detrás de ella, me gusta aún más.

—Eres muy soñadora, ¿verdad?—no hay burla en ese directo comentario.

—Romántica empedernida, enamorada de la idea del amor—lo extraño es que no me cohíbo y suelto que había en mi cabeza. Hunter sigue con su sonrisa indeleble, su mirada se vuelve tierna, como si estuviera viendo a un bebé. Suspiro—. Me ha traído problemas a lo largo de la vida.

—No, no, no es malo; al contrario, creo que eso es una cualidad muy importante que todos deberíamos tener, el hecho de sensibilizarnos más— se queda callado, me mira, se ve algo indeciso de seguir hablando, aún así continúa—. Eric tiene mucha suerte...—me sonrojo de inmediato y asiento mientras desvío la mirada hasta mis botas.

—Yo también tengo mucha suerte por encontrarlo—mi voz es como un susurro, pero Hunter escucha.

—Si tuvieras pene, definitivamente te robaría de ese bastardo— dice en sentido bromista, suelto una carcajada nerviosa y algo tensa, pero es que me desestabilizó lo último, no pensé que llegara a ser tan directo—. En fin, vine a llevarte de regreso con los demás, ya hemos hablado y no va a haber ningún problema.

Me dedica una sonrisa cómplice. No tengo idea de lo que haya dicho Eric para librarse de los problemas aquí, pero lo mejor será seguir la corriente. Así que sonrío y musito un 'bien'. Hunter se acerca y pasa su brazo por mis hombros.

—Oye, eres un confianzudo, ¿lo sabías?—le digo con diversión y él se carcajea.

—Lo sé, me lo dicen mucho. Pero es mi forma de ser—se encoge de hombros mientras bajamos las escaleras. Al final nos espera Eric, que al momento en que entramos en su campo de visión no ha despegado sus ojos de mi. Se encuentra serio, una vez frente a él, Hunter habla—. Aquí está, señorita usted está sana y salva.

—Muchas gracias, Hunter—le digo con una leve inclinación de cabeza y él suelta una risa. Voy al lado de mi chico y lo abrazo por el costado para después darle un pequeño beso en la mejilla.

—¿Me permitirían hacerles una foto, por favor? Para demostrar que no todas las parejas heterosexuales son rígidas, es un... nuevo proyecto—dice Hunter y Eric pone los ojos en blanco, yo sonrío, porque su excusa se me hizo algo tonta.

—Pero que sea rápido, Healy. Porque acostumbras tardar horas—contesta Eric con indiferencia. Hunter corre y en tres segundos está de pie frente a nosotros con su cámara. Nos da indicaciones y toma unas diez fotos nuestras, sino es que más, ya que presionaba el botón muy rápido. No tardamos más de veinte minutos, nos despedimos y salimos del lugar.




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