Es completamente extraño tener a alguien con quien hablar—aparte de mi mejor amiga, claro —, quién diría que terminaría hablando con Ian. No entiendo por qué no había hablado con el antes.
—¿En qué piensas? —me preguntó enarcando una ceja.
—En nada, eres algo chismoso —dije riendo.
—No es que sea chismoso es... —lo pensó un momento —, curiosidad, piensas demasiado.
—¡No pienso demasiado!
—Si lo haces —me miró de arriba a abajo —, ¿Acaso piensas en mí? —sus labios se empezaron a curvar para formar una sonrisa pícara.
—N... no, co... como crees —dije nerviosa.
—Y si no es así ¿Por qué te has puesto nerviosa? —se acercó a mí con los ojos entrecerrados.
—No me he puesto nerviosa —mentí —, no eres tan importante.
—Auch —se puso una mano en el pecho dramáticamente.
Puse los ojos en blanco y seguimos caminando en silencio. Después de unos minutos, me quedé mirándolo indiscretamente. El no tardó en darse cuenta, pero no dijo nada, se limitó en sonreir.
Y agaché la cara sonrojada algo apenada.
—Bueno —dijo señalando una cerca —, hemos llegado a nuestro destino.
—Y... ¿En donde estamos? —pregunté enarcando una ceja.
—Entra y lo averiguaras.
—¿Y si no quiero entrar?
—No sabrás qué hay detrás de está cerca —dijo entrando por un lado roto de la cerca —. Y te quedarás aquí sola, porque yo sí voy a entrar.
—No me vas a asustar, ¿Verdad?
—Obviamente que no... —hizo una pausa —aunque pensándolo bien, es una gran idea ¿Como no se me había ocurrido?
—¿No lo habías pensado?
—Desgraciadamente, no —puso una mueca de decepción.
—Entonces voy a entrar —empecé a seguirlo.
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Fecha de publicación: 18/02/2023
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