Antes y Después de Tí

Cap. 7: ¿Juzgar un libro por su portada?

Camino a la salida mientras busco a Sam con la mirada, aunque pronto la diviso en la puerta mirando en mi dirección. Le sonrío acercandome y ella también me sonríe aunque de una manera misteriosa y traviesa, por lo que mi mente empieza a viajar a mil por hora pensando en que travesura me podría llegar a hacer esa demonio pelirrojo.

Muchos pensareis que estoy diciendo bobadas ¿verdad?, pues os equivocais porque a pesar de su apariencia inocente ella puede llegar a ser muy malvada cuando quiere, pero no en el sentido de mala persona sino en el de bruja bromista número 1.
Al llegar a ella, descubro que esconde algo detrás de su espalda.

-Oye tú, ¿qué es eso que llevas ahí?

-Pues...es algo para tí.

Eleva sus cejas insinuante mientras me muestra el gran libro que esconde detrás de su espalada. Y vaya libro.
Tendría por lo menos 500 páginas y no tenía ni portada.

-Por dios, Sam. Dime que no es ese, porfavor.

-Cazadores De Sombras. Toma, este es el tomo número uno, cuando te lo termines te daré el siguiente y así hasta que te termines los seis que hay.

-Ay madre, la que me he buscado. Y se puede saber, porqué ni portada tiene.

-Ah! Eso...la quité yo. No quería que te dejaras influenciar por la portada.

La mire entre enfadada y dolida, no me lo creo, dice que juzgo los libros por su portada, pero eso es justo lo que esta haciendo ella, está juzgandome.

-Sabes que no soy así, yo nunca juzgo un libro por su portada.

-Ah bueno...Lo siento, pero como la otra vez me dijiste que si no te gustaba la portada no te lo leerías pues me lo tomé demasiado literal y la quité. Además, desde que te conozco, nunca te he visto leer un libro por voluntad propia.

Touché. Tiene razón, toda la razón. Nunca me ha visto leer un libro, pero eso no significa que nunca lo hubiera hecho. Estoy segura que ella ni se imagina la cantidad de libros que llegué a leerme.
Y es que el problema ahora no es la ausencia de portada, ni la anchura del libro, sino el miedo que tengo de volver a engancharme a la fantasía que son los libros, tengo miedo de volver a creer en los finales felices y que eso cause mi fin.

-Ya bueno, pero eso era broma. La portada en la mayoría de los casos no tiene nada que ver con el libro por lo que ese no es el proble...¿Sabes qué? Da igual me lo leeré y ya está.

-Genial, genial, genial! Te va a encantar, y estoy segura que después de leerlo te empezara a gustar un montón la lectura y no podrás dejar de leer.

No me digas algo que ya sé...

Abro la puerta de mi casa deleitandome con el delicioso olor a comida que llega a mis fosas nasales y que hace gruñir a mi estómago.
Dejo mi mochila en el sofá, y me acerco a la cocina encontrandome dos fogones encendidos y a mi padre cortando verduras en la encimera.
Él, sonríe al verme y yo me acerco a darle un beso en la mejilla. Voy hacia el fregadero a lavarme las manos dispuesta a ayudarle.

-¿Qué haces Kath?, ve a sentarte y descansa un rato que en pocos minutos termino de preparar la comida.

-No pasa nada, quiero ayudar. Además, no creo que esto sea cuestión de pocos minutos.

Tomo el cuchillo de la encimera bajo la reprochante mirada de mi padre, y empiezo a cortar las verduras. Él, al cabo de unos segundos se rinde y se acerca a la olla para seguir con los espaguetis. Yo corto y agrego verduras y especias mientras remuevo con la cuchara de madera la sartén.

Veinte minutos después, mi padre ya está sirviendo la comida mientras que yo preparo mesa para tres y de verdad espero que esta vez si sea para tres.

Cuando termino con la mesa, le doy una señal silenciosa a mi padre de que voy a despertar a mamá para que coma con nosotros. El asiente de igual manera, de forma silenciosa y dudosa.




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