Creo que es primordial reconocer de donde provienen mis celos, para querer encontrar el antídoto para ellos. El pasado es algo que quiero dejar donde está, pero parece que mi pensamiento es algo incongruente, ¿no es así? Porque si no, no sería devorado por los celos cuando alguien más te dirige la palabra, cuando alguien más quiere verte de una forma similar a la que yo te veo, incluso cuando sales con tus amigos, o cuando el tema de conversación es una de tus amistades.
¡Demonios! ¡¿Por qué soy así?! ¡Realmente nunca lo había pensado a fondo! ¡Qué detestable soy!
¡Creo haber hallado la respuesta a esta incógnita! No sabes cuan desilusionado podía estar cuando me enteraba que alguna de mis antiguas parejas, me engañaba. La tristeza no era la emoción que jugaba el papel principal cuando esto sucedía, más bien, era la rabia y posteriormente la frustración.
Te conozco lo suficiente para decir que no puedes decirle a alguien más, aquellas palabras que salen de tu boca como bellas flores en un espléndido jardín. Lo que temo es, que encuentres a alguien más a quien consideres digno de ese espléndido jardín y yo sea calificado como un mal jardinero, que no supo cómo tratar y conservar con sus delicadas herramientas, esas bellas flores.