Antifaz Endeble (saga Disfraz #2)

Capítulo VIII

Extraño.

Abro mi boca para consultar su presencia, pero el levanta la mano para detenerme. Ryan se ve completamente cansado, y en mi mente no caben tantas dudas y preguntas, porque simplemente no encuentro una explicación lógica y coherente para que él esté aquí.

Porque obviamente, no está aquí para felicitarme.

── ¿Por qué no contestabas tu celular, Derek? ──Lo miro extrañado, pero una vez entiendo por completo sus palabras... no dudo en molestarlo un poco.

Le sonrío con picardía.

── Disculpa, precioso. De haber sabido que llamarías, hubiese estado más pendiente.

De todas las reacciones que haría, lo que menos pensaba era que se pondría rojo.

── No seas imbécil. ──Escupe── ¿Dónde está Jessica?

Alzo mis cejas, ¿la está buscando?

── ¿Paso algo malo con ella?

El niega rápidamente con la cabeza.

── No es eso, sólo que... No contestaba mis llamadas, la estuve buscado por todas partes. ──Despeina su cabello en señal de cansancio.

── ¿Desde qué hora?

── Desde las siete de la noche.

Caray.

No tengo ni cabeza para sacar cuentas matemáticas, pero supongo que fueron más de seis horas.

── Eh... ──Me quedo sin palabras.

Ryan suspira.

── Oye, sé que no nos llevamos bien. Sólo dime que, si está aquí, puedo llevarla a su casa.

Aprieto los labios, ya me había hecho la idea de dormir con ella, pero apuesto todo a que, si lo digo, se volverá loco.

── Pasa. ──Me hago a un lado para que pase.

Ryan pasa y yo cierro la puerta tras de mí, murmuro por donde ir y el obedece sin decir alguna palabra. Al llegar nuevamente a la sala de estar nos detenemos en la entrada de esta, sólo para ver como Mars sigue con la bolsa de hielo en sus partes y Jess quejándose del vestido, y debido a que está tomada sus acciones no son las más delicadas.

── ¡Odio este vestido! ¿Para qué carajo me lo compré? ──Se queja mientras estira su espalda, lo máximo que ese vestido le permite── A la mierda, me bajare el cierre, no lo soporto, lo juro. Estos vestidos están diseñados para matarte viéndote sexy y definitivamente no creo que valga la pena.

Desesperadamente baja el cierre de su espalda y yo inmediatamente aparto la mirada. Lo que me faltaba, que Ryan piense que iba a abusar de ella.

── Sólo lo preguntaré de forma calmada. ──Volteo a ver como Ryan me dedica una sonrisa cínica── ¿La drogaste?

Casi me rio al ver sus ganas de matarme.

── No, hablo en serio. Sí bebió un poco de más, pero eso es todo.

Él asiente, y se adentra a la sala justamente cuando Mars se queda embobado viendo la espalda de Jess, quien aún no ha notado su presencia puesto que se acostó en el mueble dando la espalda a Mars. Apenas Mars se arrodilla para tocarla Ryan lo detiene tomándolo del hombro, y por lo que puedo deducir del rostro de Mars, lo tomo con fuerza.

── Fuera. ──Le ordena.

── Pero... ──Comienza a protestar Mars.

── Que fuera.

── Mars. ──Llamo su atención── Espera en el cuarto de invitados.

Va a protestar nuevamente, pero tal parece que Ryan aprieta con más fuerza su hombro que opta, sabiamente, por irse en silencio.

Ryan se arrodilla frente al sillón donde esta Jess, y con delicadeza toma su chaqueta para cubrir su espalda.

── ¡Hace calor, Derek! ──Voltea molesta y su rostro se torna pálido al ver quién es.

Vaya.

Ahora entiendo todo, me siento como una quinta rueda al estar aquí. Jess toma la chaqueta de Ryan y se tapa por completo, puesto que el vestido por delante se le había comenzado a caer.

── Ella dormirá aquí, Ryan. ──Informo y me recuesto en la pared.

── No, la llevaré a su casa.

Ella se sienta y cruza los brazos.

── No es necesario.

── Estaré más tranquilo sí sé que estarás bien.

── Estaré bien aquí, Ryan. ¿Cómo supiste que estaba aquí?

── Larga historia. ──Responde.

── ¿Acaso me estuviste buscando por todos lados? ──Cuestiona sorprendida, adivinando las acciones de Ryan quien sonríe apenado, Jess hace una mueca── No era necesario, sabes que si no te contesto...

── Lo sé, pero estaba preocupado.

Me siento al lado de Jess y la abrazo atrayéndola hacia mí.

── Tranquilo, niño bonito. ──Me mira con cara de póker── Mientras ella esté conmigo no tienes que preocuparte.

Hace una mueca.

── Lo dudo. ──Responde y me quedo sin palabras. Mira de nuevo hacia Jess y toma sus manos── Déjame llevarte a casa, por favor.

Jess levanta la mirada y me mira, yo asiento dándole un beso en la frente, que no dura ni dos segundos cuando ya Ryan pasa un brazo por su espalda y otro debajo de sus rodillas y la carga. Me levanto para seguirlos y le abro la puerta, al ver el carro del niño bonito me pregunto vagamente como habrá convencido al vigilante para dejarlo pasar sin mi autorización o la de papá.

Veo como sin dificultad abre la puerta del copiloto y ayuda a Jess a sentarse, sonrío al escuchar las risas de ambos. Jess lo admitió por el alcohol, pero estoy seguro de que mañana negara todo, no es mi estilo intervenir, sólo espero que no se tarden en decir lo que sienten. El niño bonito cierra la puerta y para mi sorpresa se dirige hacia mí con las manos en los bolsillos.

── Te ves sexy. ──Digo sin pensar.

── No empieces, Derek. Lo soy, pero no es necesario que me lo digas todo el tiempo.

Rio por lo bajo.

── ¿Desde cuándo son tan cercanos?

Arquea una ceja a la defensiva.

── ¿Algún problema con eso? ──Niego con la cabeza── ¿Entonces?

── Creo que eres consciente de lo que ella siente por ti.

── Lo estoy. ──Y entonces lo veo, confirmo mis sospechas con esa mirada que me devuelve al responderme. Sólo espero no tener la razón, por lo que sólo me abstengo en advertirle.

── No quiero que le rompas el corazón, no quiero que la toques o intentes besar si no estás seguro de tus sentimientos.




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