Antifaz Endeble (saga Disfraz #2)

Capítulo XIV

Atando cabos

Quién lo diría que Omar también haya sido clave para las desgracias en mi familia, sí, mamá también tiene gran parte de la culpa por ser tan codiciosa. Pero si lo analizas con atención, sólo puedes ver a una mujer débil, desesperada por parecer alguien a quien deberías tenerle miedo y respeto, puede que en algún punto de su vida haya tenido éxito en su plan. Sin embargo, no la protegió de aquel fraude.

Aún así, sé que no es correcto intentar justificarla.

Por otra parte, es alarmante como por casualidad los padres de Alexandra llegaron a los míos, con tanta planificación. Mi padre me había dicho lo que hizo mi madre, que nunca lo olvidara en caso de relacionarme con alguna mujer, pero ¿Papá sabia de los padres de Alexandra en ese entonces?

Al escuchar a mi madre toser levanto la mirada para verla, en su rostro hay un claro signo de dolor.

── ¿Estás bien? ──Pregunto mirándola fijamente. Ella asiente.

── Sólo un poco de tos, no te preocupes. ──Dice mientras toma un frasco y se toma una pastilla junto con agua, mientras lo hace mueve su mano en círculos, en señal de que continúe── Pregunta, sé que tienes muchas preguntas.

── Supongo que el resto de la historia ya la conozco bien.

── Sí, bueno, luego de eso las cosas entre Camilo y yo se pusieron turbias, ignoraba a propósito lo que había hecho y se dedicaba a que mi embarazo fuera saludable. Luego cuando cumpliste los tres años, nos separamos, y como sabrás te llevé conmigo.

── ¿Por qué me llevaste contigo si no ibas a cuidarme? ──Mi pregunta salió más brusca de lo que esperaba, pero a diferencia de cuando llegué, no me sentí culpable. Después de todo se trata de mi niñez y tengo el derecho a saberlo.

── Para molestar a tu padre. ──Suspiro con fuerza y me inclino hacia atrás, recostándome en la cama── Sé que es muy tarde para disculparme, pero me disculparé de todas formas, porque es mejor hacerlo a fingir que nunca te hice nada. Lamento no haber sido la madre que ahora me gustaría haber sido.

── ¿Ahora? ──Pregunto sarcásticamente.

── Sí, ahora. Te estoy siendo sincera, en aquellos momentos era demasiado estúpida, no me sorprende que Camilo haya sido tan estricto contigo en cuanto a mujeres.

La miro molesto.

── Me hizo terminar con Alexandra.

Mamá me mira frunciendo las cejas, poco a poco, soy testigo que el rostro de mi madre se torna divertido. Hasta que de pronto estalla en carcajadas.

── Me disculparás por mi expresión, pero... ¿Cuántos años tenías en ese momento? ¿No tenías ya crecido tu...?

── ¡Ni se te ocurra terminar esa frase! ──Aprieto los puños al mismo tiempo que me encojo en mi lugar, cada día me arrepiento de aquello. Si algo tenía yo en esos momentos, era un inmeso miedo que me hacia incapaz de llevarle la contraria a mi padre.

── Hablo en serio, ¿ya la amabas en ese momento?

Siento como mi rostro se calienta, decírselo a todos es algo que aún no me acostumbro.

***

── ¡Derek! ──Dejo de hablar con un compañero, confundido por el tono de Mars.

── Hasta luego, Dek. ──Asiento en dirección a Fred, y volteo hacia Mars.

── ¿Qué sucede? ──Pregunto tranquilo, totalmente ajeno a su estado alterado.

── Es... Es... ──Dice incapaz de continuar, no sé de dónde viene corriendo, pero no creo que tenga tan poca resistencia, alzo las cejas esperando a que continúe── Es... Alex.

Al momento de escuchar su nombre mi cuerpo se tensa al imaginar lo peor.

── ¿Dónde? ──Pregunto con determinación, cada segundo que Mars se tarda en responder por respirar de forma irregular, para mí es una eternidad. Finalmente responde.

── En la entrada...

No espero a que termine su oración, inmediatamente comienzo a correr como un loco hacia la entrada, al acercarme es claro como los estudiantes están observando algo y susurrando entre ellos sin moverse. Muevo bruscamente a un grupo que se interponía en mi camino, y veo a Jenna con Alexandra.

── Vamos, querida no lo niegues. ──Dice Jenna con un megáfono en su mano── Para Derek no significas nada, ¿a quién crees que ve cuando no está contigo? A mí. Y se burla de ti siempre. Le da vergüenza haber estado contigo, le das asco. ¿En serio creíste que le gustabas de verdad?

── Esa zorra no tiene vergüenza. ──Dicen unos chicos a mis espaldas.

¿En serio todos están viendo sin hacer nada? ¿En serio sólo creen lo que quieren y no se dan cuenta que la que no tiene vergüenza es Jenna? Quien la he rechazado sin parar y sigue allí diciendo que ella lo es todo para mí cuando es mentira, y, sobre todo.

¿En serio no ven que está loca?

No tengo tiempo para encargarme de los que susurran a mis espaldas, mi prioridad es ella, soy testigo de cómo ella en menos de un segundo cambia su aura. Pasó de estar molesta a mostrar indiferencia, levantando su barbilla con orgullo. Y eso sólo significa una cosa.

Se está encerrando, y le está creyendo todo. No lo voy a permitir.

Antes de arrepentirme corro hacia dónde están, y Jenna al estar tan concentrada en Alexandra no percibe mi llegada, por lo que fácilmente le quito el megáfono y lo digo antes de arrepentirme.

── ¡Estoy enamorado de Alexandra Carvajal! ──Ignoro como mi corazón se sale de control de mi pecho y continúo── ¡La amo desde hace tres años y he sido un imbécil! Me importa una mierda si me creen o no, pero la adoro y estoy loco por ella. Lo que significa que si se meten con mi chica los haré sufrir. En el caso de las mujeres, Alexandra les dará una paliza, la idiota que no lo crea, que miren a Karen.

Siento mi pulso palpitar en mi cuello, y no es por nada malo. Ya de por sí declararme ante Alexandra fue algo difícil, pero aclararlo frente a todos, hace que mis nervios se salgan de control.

***

── Deeeereeek. ──Mama canturrea de forma divertida y pícara── Parece que te me perdiste por un momento.




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