Narrado por Itzia.
Todos sabemos que es demasiado cliché el hecho de enamorarnos tan deprisa de alguien, esto lleva días, incluso meses para que el amor se encienda entre dos personas, esta claro que las ideas que tenia sobre el, ciertamente estaban algo erróneas, pero no es por el hecho de que me haya enamorado de el de un día para otro, ese no es el caso o ¿Tal vez si?.
El punto de todo esto, es que e llegado a estimarlo como persona, resulta que no es tan diferente de mi, los dos somos iguales. Los dos compartimos una labor muy importante, ser un jefe de tribu, este hecho es demasiado complejo, ya que debemos de obedecer a lo que nos demanden las personas, para mantenerlos felices y seguros, tenemos un gran peso sobre nuestros hombros, aunque yo ya no tengo a quien cuidar, es cierto que en algún momento de mi vida también fui jefe de tribu, eran muchas las responsabilidades que tenia, ni siquiera podía tener tiempo para mi, tal vez es por eso que me identifico tanto con él.
Es verdad que el día que planto un beso sobre mis castos labios, comencé a sentir cosas por él, pero nada de lo que se imaginan, si no, una profunda tristeza, tal vez sea algún tipo de dejavú, o tal vez sea por que ese amargo beso sabia a hipocresía, sabia a dolor, un dolor que el ocultaba de los demás, que sin darse cuenta me lo había revelado con ese sorpresivo beso.
si querían saber si lo amo, pues siento romper esa pequeña burbuja que se han creado, pues no es así, no lo amo, solo lo estimo como persona que se siente cautiva en su propio mundo, es solo eso.
Al tener los pensamientos claros y los días que e convivido con él, como por ejemplo aquel día en que fuimos los dos juntos de paseo rumbo al lago que estaba cerca de la ciudad, conocí una parte que fue mas que la real, después cene con el a la luz de la luna, fue maravilloso, platicamos y nos conocimos aun mas, pero aun a este paso, sigo con mi pensamiento inicial, irme para siempre de aquí...
*Salto de tiempo.
Ya ha pasado casi un mes desde la primera vez que llegue a esta tribu, cuando conocí por primera vez a Tan.
Y creo que he comenzado a sentir más que afecto por él, ya se que al final hice lo que siempre jure no hacer, pero las cosas no siempre salen como las planeamos, espero y el sienta lo mismo que yo. Aunque siempre finja ningún tipo de interés la realidad es que me fascina la manera en que es conmigo.
Narra Tan.
Todos los días trato de impresionar a Itzia, pero parece que nada de lo que hago me da resultados positivos, tengo en cuenta que desde que la han traído aquí contra su voluntad, me e ganado un poco de su desprecio, desde la primera vez que la vi, no pude evitar sentir la necesidad de besarla, no se, lo único que recuerdo de eso, es que ya la había besado y nada mas, fue extraño ver a esa chica llorar, era como si lo que hice le produjera algún dolor, pero no pude evitar hacerlo, se que me vi como un total patán, no tengo intención de defenderme de tal acusación, pues tienen toda la razón.
Para compensar el daño ya causado por culpa de mi padre, había decido dar una fiesta para ella, además de que los próximos días me encargue de sacarle sonrisas, pude logar que olvidara un poco la tristeza que la invadía al principio, sin embargo tengo responsabilidades que atender, se que esto no le parecerá nada agradable para Itzia.
*Salto de tiempo.
Ya ha pasado casi un mes desde aquel entonces, e decidido pedirle a Itzia matrimonio, puesto que ya es tiempo de que se convierta en mi esposa y la reina que sea el pilar en mi futuro gobierno.
Tengo un secreto que decirle a Itzia, pero se que esto no será fácil de saber, la realidad de esto, es que no estoy enamorado de ella, jamás lo e estado, e fingido interés en ella para poder logar el objetivo principal, admito que no me parece nada desagradable, pero solo la veo como una buena amiga.
- Lo siento Itzia.