Antologia de cuentos del Druida Simarius Threll

El extraño transeúnte familiar

Esta era una ciudad de grandes virtudes en paisaje, economía, cultura, grandes personalidades, la cual resaltaba por ser un centro de atracción turística, tenía sol arena y mar, poseía hermosos ríos acaudalados y con gran cantidad de actividades recreativas y deportes extremos, culturas étnicas, poseía las más exóticas flora y fauna y edificaciones de antiguo aspecto, en la ciudad quienes sus habitantes consideraban ejemplar aun existían algunas lagunas que se miraban en las calles  estos eran los mendigos quienes algunas veces se reunían en grupos los cuales eran ignorados por los burgueses quienes se podían mantener con algún sueldo logrado con esfuerzos, muchos lo pasaban por alto y era de esperarse que no se dieran cuenta de aquel extraño transeúnte familiar. En la ciudad abundaban las bonanzas que una ciudad podría tener, era la ciudad turística número uno en sus alrededores.

 

Estaba un muchacho durmiendo en la calle cumpliendo con su horario matutino y diurno después de haber intentado buscar trabajo durante toda su vida, este se encontraba en la entrada de una casa comercial, la entrada de la casa comercial era cóncava lo cual daba un espacio bajo techo como para pasar la noche.

El muchacho estaba con ropas harapientas de color café y camisa del mismo color, tenía un tatuaje azul con forma del signo de la clave de sol en notación musical en su brazo izquierdo con el cual cubría su rostro de la luminiscencia del día, muchas personas pasaban y lo miraban de menos, no le miraban el rostro puesto que se lo estaba cubriendo y si no le ves la cara a alguien esa no es razón para que no lo sigas tratando inhumanamente al dejarlo morir mientras el sueño sirve de consuelo al hambre.

 

El pobre indigente había nacido y crecido en este lugar pero en una zona de notable escasez de recursos,  lo peculiar de este muchacho es que era la viva imagen de Jesús, este muchacho le sacaba las lágrimas a muchos y él no sabía por qué.

Ese mismo día se le vio caminando por la calle y una persona se le acerca y le dice

-toma come este pan, mi madre me los ha hecho-, el pan era un pan jugoso, era pan baguette doble con carne molida, aderezo y quesillo, el pan estaba tostado al punto.

-Quiero platicar contigo replico el -,

-si claro-, dijo el indigente quien todo harapiento y sucio se cruzaba un brazo tocándose el codo en señal de timidez.

-vamos al parque y se fueron caminando los dos hasta llegar al parque y se sentaron.

-Mi nombre es Boris-, le dijo al indigente, -cuéntame de dónde eres-, volvió a replicar Boris y el indigente respondió -¿yo? y después de una risa sarcástica dijo, -soy de la calle-, y tu familia replico Boris,  -¿Mi familia?- replico el joven quien hace unas pocas horas caminaba sin rumbo ni destino.

-¿Mi familia? hace mucho que no se de ellos, cuando estaba pequeño, pedía en los bulevares para darle a mi mama y que ella nos diera algo que comer, pedíamos con mi hermano Carlos, pero, después de unos problemas que tuve con ellos me he retirado de casa-.  

 

Sabes le dijo Boris al muchacho el otro día te vi mientras iba en el automóvil y me dejaste pensando, -Por qué dijo el indigente-, porque te pareces a alguien a quien admiro, ¿sabes a quién?,

-no- respondió el extraño transeúnte -como yo he de saberlo-, -por cierto cuál es tu nombre- replico Boris, -por qué se interesa usted por el nombre de un pordiosero, -ya te lo he dicho, te pareces a alguien a quien admiro-.

 

-Mi nombre es Juan de Dios, -mucho gusto Juan de Dios, sabes, mientras te veo no dejo de observarte e incluso pienso que eres muy especial para mí, incluso ahora tengo ganas de llorar y pensar que-, en ese entonces Juan de Dios le interrumpe,

-acaso le doy lastima señor-, cree que a mí me hace falta su lastima-,

-no replico Boris nada de eso, yo nunca eh visto  con lastima a una persona y menos a-, y replica Juan de Dios -a un mendigo-,

-si a un pordiosero- sabes le dijo tu eres mi pordiosero favorito, eres la persona por quien yo dejaría de comer solo para intentar salvarle la vida-,

-pero señor, yo estoy bien; a mí no me falta nada, yo sobrevivo con los céntimos que consigo.-

- claro, usted lo ha dicho, sobrevive y la vida no se trata de sobrevivir si no de vivir-,

-Señor y para usted que es vivir replico.- se le iluminaron los ojos y quedo observando a quien el creía que era Jesús, su mente lo procesaba como si Jesús le preguntaba; ¿Que es para ti vivir?

-Para mí que es vivir?, vivir es disfrutar de la vida, disfrutar de cada sentido de nuestro cuerpo humano, disfrutar de la imaginación, disfrutar del desarrollo que podemos llegar a alcanzar y sentir que evolucionamos, disfrutar del día a día y de una conversación que no es igual a la otra, disfrutar de la meditación y el silencio de otra persona, disfrutar de tu familia y ayudarles a que ellos incluso lleguen a superarte, abrazar a un desconocido y dedicarle un momento de conversación puesto que él puede estar en sus peores momentos y dedicar algún tiempo de tu vida que puede ser completo o parcial para ayudar al prójimo, que también es una gracia de la vida, hacerlo y no sentir que lo haces solo para quedar bien con esa persona o con Dios.



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En el texto hay: fantasia, relatos breves

Editado: 30.06.2019

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