Antología de un Desconocido

El Ocaso

    Hermosa caída del sol, mientras camino por la playa. La arena a mis pies desprende el calo dejado por el sol, regalándome el regocijo de sentir el calor de la perdida de ese día que muere en el ocaso.

 

    Un último rayito de sol se niega a dar por terminado el día, mientras el crujido de las olas al romper en la orilla deleita mis oídos, sonido que llega a mis sentidos y en el zumbido que recorre el aire, tranquiliza mi alma y reconforta el momento en qué decido dar el adiós de este día.

 

    Mis lagrimas de soledad en el desamor corrompe mis sentimientos al brotar con tristeza son secadas con la brisa, disolviendo el añoro de ese amor, teniendo la esperanza que, al terminar la caminata por la orilla em que se engría la arena con el vaivén de las olas se enfría en mi alma ese amor que se va al chocar con los pasos de mi amada.

 

    Si este día se termina como termino el amor que una vez se forjó. Donde mismo camino y dejo huellas, así mismo como las olas borran las mismas, el tiempo borrara las huellas de amor que se dejaron al caminar en el tiempo de los dos.

 

    Hoy al esconderse el sol en un final del día, el adiós de ese pasado se dará, dando paso a la paz de la noche, la misma que me traerá un nuevo día y un nuevo amor.




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