Un dolor que penetra el alma y corroe la mente. El pasar de los días incomoda el dolor al sobre pensar en ese dolor que no se puede controlar. Una espina que al pisar traspasa la suela del zapato y va doliendo en cada paso en la planta del pie. El dolor del amor es semejante a ese dolor, mientras pasamos los días la espina carcome la mente da dolores punzantes, con la culpa propia al no poder detener, respirar y sacar de una esa espina que lastima el alma.
Somos masoquistas, al no retirar la espina que penetró la suela y lastima la planta del pie, semejante al dolor diario que colgamos en el fondo del sentimiento, al no buscar la manera de erradicar esa espina del alma, dejando que cada día demos pasos de dolor en la mente. Permaneciendo en una agonía dolorosa, sufriendo en silencio a sabiendas.
Ese dolor que no se retira, esos momentos que penetran y la vida se marchita por no tener la iniciativa en retirar de una vez la espina que castiga el corazón.
Sufrimos por la pérdida de un familiar, por el adiós de un hijo, pero el dolor que se ve que se asemeja a una espina, es la pérdida de un amor que dolió y no se sabe cómo retirar esa espina del alma, corazón y vida. Siendo los propios maltratadores al estar ausente quien lo causó.
Retirar esa espina es el alivio de vida, tener la comprensión de que la vida continua y así poder vivir en paz, no por ese adiós, si no por el amor que debemos tener y la fortaleza de quitar esa espina del alma por siempre. Vivir sanando todo dolor por un mejor porvenir.
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recopilación de escritos, vivencia de desconocido, escritos del corazón
Editado: 27.03.2024