Capítulo Catorce
Para el momento en que despertamos, según el reloj de Colton eran las ocho y trece minutos de la mañana, y estaba nevando fuertemente. El campo frente a nosotros se había convertido en un lienzo totalmente blanco con apenas algunos matices de gris, dibujados por rocas y troncos que sobresalían de entre la nieve. Tanto blanco, hacía ver el vacío aún más intimidante.
Era pesado admitirlo, pero lucía mucho como que ya no había más una "Alianza".
Resultaba complicado mantener una actitud positiva ante el panorama que se nos presentaba, pero debíamos seguir adelante- o por lo menos teníamos que movernos hacia los lados. Cualquier clase de movimiento estaba bien, en tanto no fuese hacía atrás.
Preparamos un modesto desayuno que consistió en unas cuantas rebanadas medias ácidas de pan integral, acompañadas de una taza hirviente de avena instantánea, que Spencer sirvió de forma azarosa usando un cucharón de metal algo mallugado. Nuestro alimento iba bastante bien con el frío que estaba haciendo.
En ese momento, desayunábamos juntos todos los que habíamos decidido quedarnos en el campamento. Íbamos sentados en las sillas plegables que tomamos del interior de una de las tiendas, formando un pequeño círculo alrededor de la fogata que se utilizó para cocinar. Junto a mí, estaban Colton y Caleb, uno a mi diestra y otro mi siniestra. Justo en frente, Elijah, Matthew y Jacob. El resto de los hombres- regados a mi alrededor.
Había un incómodo silencio que parecía volverse incluso mucho más profundo con cada segundo que transcurría. Todos masticábamos nuestro pan, y sorbíamos con cuidado la avena.
Solo eso.
Al rato, fue Spencer quien rompió la quietud:
—Agradezco que decidieran quedarse; Oliver, Locke, Sylas, Duke- todos.
Ante las palabras del pelirrojo, uno de los tipos asintió con la cabeza. Lucía descontento.
—No nos iremos hasta que Frank nos dé la cara, Spencer. —él no sonaba muy feliz al decir eso. —Luego de que nos explique qué mierda fue todo eso, ya decidiremos si se la romperemos, o no. —añadió.
De un virón, pude ver el enojo en el rostro de mi hermano.
— ¡Mi papá te romperá la tuya antes de que puedas tocarlo! —soltó Colton, alzando la voz por encima de todos. Ante eso, yo le di un pequeño codazo para que se callara.
Enseguida, era yo quien empezaba a musitar alguna cosa:
—No justifico lo que hizo mi papá… —dije, cuidadosamente inspeccionando a todos con la vista. —Pero, ustedes estuvieron bien todo el tiempo… ¿O no? —varios bajaron la cara. —A pesar de que él no les dijo todo lo que estaba pasando, hizo lo necesario para que ustedes- para que todo-, siguiera adelante.
— ¡Tu papá nos prometió que recuperaría a nuestras familias…! —soltó Caleb Prezz, alzando su voz, como enojado. — ¡A mi hermana, a mi hermano, a mi mamá! Por eso, le fuimos fieles a pesar de todo. ¡Incluso después de que nos pidió que no dijésemos nada acerca de tu mamá! —a mí parecer, él estaba intentando lavarse las manos. Caleb había estado presente cuando hicieron el trato con Long, pero hablaba como si no estuvo nunca de acuerdo. Eso me disgustó. —Deberíamos ir a esa cabaña y encargarnos de esa pobre mujer. ¡Frank ni siquiera tuvo el valor para hacer lo necesario! —finalizó.
Ante eso me levanté rápidamente, tensando la mandíbula.
—No dejaré que te acerques a ella. —no sé qué me pasó. Tan solo sentí la necesidad de defenderla.
— ¡Ya basta! —dijo la única mujer que se había quedado en el campamento. Una tipa enorme, de cabello castaño y muy corto, tan corto como el de Spencer. —El chico tiene razón, imbéciles. De no ser por Foster, la mayoría de nosotros estaríamos muertos. Ninguno comprendíamos qué mierda estaba pasando, ¡y aun no tenemos ni puta idea! Siempre supimos que él estaba un paso por delante de todos- ¡y eso, nos mantuvo a flote!
Me senté nuevamente al oír sus palabras. La observé, y asentí con la cabeza en forma de agradecimiento.
—Como digas, Mara. —soltó otro de los sujetos que estaban alrededor de la fogata. —Yo quiero respuestas, y las obtendré- cómo sea.