Antonella

Capítulo XXXVIII

Andrew sonríe como nunca y lleva sus manos a la parte baja de la espalda de Antonella mientras dice

-demuéstrame que tanto me quieres y cuanto me deseas, Bella-

Antonella se acercó a él, tomándolo de la cara con sus manos, cerro sus ojos y empezó a besarlo con ternura para rápidamente volverse un beso apasionado y hasta algo salvaje, Andrew no ha cerrado los ojos está disfrutando el momento.

-desde este momento seré un jugador empedernido de todos tus juegos-

Ella ríe feliz y dice

-me dejarías hacer algo sin cuestionarme-

-lo que quieras-

Antonella se pone de pie, abre un cajón de su cómoda y saca una mascada, que dobla en tres partes, mientras avanza hacia Andrew que la contempla con adoración

-quiero cubrirte los ojos, para que solo te concentres en sentir-

-me encanta, sabía que tenías un lado pervertido- dice Andrew riendo mientras le aprieta el trasero a Bella y mueve sus cejas de arriba a abajo

Antonella ríe y da gracias en su mente, por la idea, ya que él, no la cuestiono y ella no quiere decirle que además de ayudarlo a aumentar su sentir, le cubre los ojos porque ella todavía siente mucha vergüenza y no quiere que la vea hacer nada. También no quiere que note que su mirada la hipnotiza de manera que pierde su voluntad ante él. Antonella le cubre los ojos de Andrew y pone algo de música de su play list, después vuelve a sentarse sobre él y comienza dándole un beso en la frente, mientras enreda sus manos en la nuca de Andrew, para seguir con un beso en cada mejilla, en la barbilla, la nariz y termina con un casto beso en la boca, acto seguido se acerca a su oído y le susurra

-no sabes cuantas veces desee vivir este momento, con tenerte para mí, cuando veía tu imagen en una revista o en la televisión, pensaba en que se sentiría probar tus labio y estar entre tus brazos. Andrew, eres lo más hermoso que he visto en mi vida, vendé tus ojos porque son tan intimidantes y hermoso, tanto que no puedo pensar o actuar, cuando me miras -

Antonella hace una pausa, respira hondo y pestañea varias veces para controlar sus ganas de llorar, se siente tan feliz, Andrew la abraza con fuerza al escucharla tan frágil. Andrew se ha quedado mudo, muchas veces le han dicho lo guapo o atractivo que es, el, lo sabe, pero, escuchar a Antonella lo hace tan feliz.

-te amo Andrew, no sabes cuánto, jamás pensé ser tan feliz, gracias, amor-

Andrew la toma con fuerza, pero, sin lastimarla, la hace girar para quedar encima de ella y se quita la venda, la mira fijamente, para después arremeter contra su boca de manera posesiva, ella lo recibe con gusto y solo se deja llevar por él, Andrew la acaricia con amor y pasión, ella, hace lo mismo. Pasado un tiempo ella se separa para respirar profundamente y le dice

-debería estar enojada contigo, te quitaste la venda-

-no te enojes amor, necesito verte, además con lo que me acabas de decir, tengo que utilizar mis ojos a mi favor- dice de manera seductora, le da unos cuantos besos y le dice

-Yo también te amo Antonella, debes saber, que tu vuelves cualquiera de mis días, en un día extraordinario, con solo una de tus hermosas sonrisas, mis ojos se niegan a dormir, prefieren contemplarte toda la noche entre mis brazos, con la esperanza de que no sea un sueño y desaparescas de mi vida, tú eres la razón por la que late mi corazón, porque aun cuando no te veo, estas en todos mis pensamientos y en cada uno de mis sueños. Te amo Antonella-

Antonella se siente tan afortunada, su vida es lo que siempre soñó con el hombre que siempre quiso, ella sin pensarlo más, lo besa con vehemencia, lo acaricia con amor y ternura, el, que se siente extasiado, se deja hacer, disfrutando como nunca de sus pequeñas e inexpertas manos, hasta que no puede más, su cuerpo, le exige de manera dominante, que la tome entre sus brazos y la bese de manera posesiva y demandante, sus manos sienten la necesidad de recorrerla y mostrarle que con solo tocarla, puede hacerla sentir que toca el cielo, Andrew en ningún momento ha dejado de mirarla, también a aprovechado cada momento, para susurrarle palabras de amor y algún que otro halago subido de tono, Bella, jamás había imaginado, sentir o vivir, algo como lo que está que experimentando junto a Andrew.

Ella,  tarda un tiempo en recomponerse, pues ha sido una nueva experiencia llena de amor y placer, recompuesta, Antonella intenta hacerlo lo mismo por él, más su falta de experiencia es notable, sin embargo, Andrew la guía en todo momento, la mira fijamente mientras le dice que hacer y como hacerlo, enseñándole como llevarlo a la locura solo con caricias y besos, ella, hace su mejor esfuerzo, que rinde frutos, pues a visto y escuchado como Andrew a gozado de sus atenciones.

Exhaustos y satisfechos, ambos se duermen abrazados sintiéndose un poco más unidos, completos y felices.

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Peter y Walter están en el departamento del primero, se encuentran realmente enojados, primero no pudieron hacer nada para tener a Antonella, segundo Andrew se les escapo de las manos y están seguros que sabe de algunos de sus planes y por último, tuvieron la terrible visita del detective Blake, quien tiene años persiguiéndolos, saben que todo está en contra y que Andrew es muy peligroso como enemigo, sin embargo, en su retorcida mente, Antonella ya no solo es un capricho o un reto, es el medio para castigar a Andrew por su traición.

Ellos están ideando el nuevo plan para destruirlos, reintegrar a Andrew e integrar a Antonella en su modo de vida.

El timbre suena, una joven del servicio es la encargada de abrir la puerta y anunciar la llegada de Frederika, quien entra rápidamente y muy molesta, sus ojos demuestran el odio que siente, ellos la miran con una sonrisa perversa, recordando su plan en el que ella es necesaria para conseguir el éxito esperado.




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