El gran día a llegado y Antonella no puede estar más Feliz, el hombre con el que soñaba ahora es su esposo legalmente y en unas horas su unión será Bendecida ante los ojos de familiares y amigos, su sueño se ha hecho realidad, se casara con Andrew, el hombre de sus sueños, aquel que veía en sus revistas y por televisión, un hombre tan exitoso como hermoso, que desde que llegó puso una sonrisa en su rostro y trajo la felicidad a su vida.
Cuando las chicas que han ido a arreglar a Antonella terminan, ella se mira al espejo, al ver su reflejo suspira, le gusta como ha quedado, su maquillaje es muy ligero, luce natural, el cabello lo lleva recogido y adornado por una bella tiara de diamantes, su vestido es como siempre lo imagino, parece salido de un cuento, su color es blanco, corte de princesa, escote de corazón, con delicadas mangas largas transparentes con pequeños brillos adornando estratégicamente dándole un toque elegante y sensual, sus zapatos blancos también, con unas flores de brillos en la parte posterior de estos. Un sonido en la puerta la hace girar, para ver a su padre asoma la cabeza
- ¿se puede pasar? – dice el admirándola con amor, mientras las chicas se despiden y salen del cuarto
-claro, papá pasa-
El señor Bianchi entra seguido de Alexander, ambos sonríen con ternura al verla tan bonita y elegante, parece una muñequita de pastel
-te vez tan hermosa mi niña- dice el señor Bianchi, conteniendo una lagrima al tiempo que se acerca a Antonella para abrazarla y darle un tierno beso en su frente
-estas hermosa, enana- dijo Alexander, para darle un beso en su mejilla
-gracias, los dos se ven muy guapos- dijo ella conmovida, intentando contener las lagrimas
-no puedes llorar An, se te correrá el maquillaje- dijo Alexander sonriendo -y Andrew vera tu verdadero rostro y huira despavorido-
-que gracioso, ¿comiste nariz de payaso o qué? – dijo ella molesta
-no, ¿Por qué me comería la nariz de Andrew? – contraataco Alexander
-paren ya, este es el día de Antonella, Alexander compórtate-
Antonella levanta la barbilla orgullosa, Alexander la mira indiferente subiendo y bajando los hombros, ambos se ven como retándose y terminan soltando unas carcajadas por su juego
- ¿estas lista Nelly?- pregunto el señor Bianchi
-sí, Papá, más que lista- dijo ella emocionada
Ambos bajan las escaleras y suben al coche un Rolls Royce phantom color perla, decorado discretamente con lazos y flores. Alexander por su parte sale en su coche.
Al llegar a la iglesia pueden ver a muchas de personas fuera de esta, su boda ha sido la gran noticia de la temporada, algunos periodistas intentan entrevistarlos, pero, el personal de seguridad contratado para la ocasión, no les permite acercarse.
Andrew se encuentra dentro de la iglesia, la cual está bellamente decorada con muchas rosas blancas y lazos de gasa en color blanco, el, espera a Antonella frente al altar, está nervioso, teme que por algún motivo ella no llegue y eso lo tiene a punto de un colapso, mira lo hermosa que se ve la iglesia, esperando que eso haga feliz a Antonella, su mirada se desvía a sus padrinos, Alexander, Michael y Peter, Andrew sonríe sorprendido por las vueltas que da la vida, por algún tiempo llego a odiar a Alexander y a Peter, pero, Antonella lo ha hecho mejor persona y ahora hasta da segundas oportunidades. Andrew, gira su cara hacia el otro lado y ve a las damas de su bella novia, la primera es una amiga de Antonella de la cual no recuerda ni su nombre, la segunda es Grace, la mujer de Peter y la tercera es Frederika, que le suplico a Antonella que la dejara ir a la boda, al parecer lo hizo por Norberto, el seguía molesto y celoso de Andrew y ella quiso demostrarle que Andrew ya no le interesa en lo más mínimo, Antonella conmovida por el cambio de Frederika, la cual está embarazada de Norberto, le dijo que fuera una de sus damas en la boda, Frederika, en un principio pensó que Antonella se estaba burlando de ella, más pronto entendió que ella es noble y transparente en su proceder, desde ese día se llevan mejor, sin embargo a Antonella no le gusta verla cerca de Andrew. El, cada día ama más a su bella esposa que tiene un corazón puro y bondadoso, que lleva alegría y armonía por donde pasa, Andrew sabe que Antonella esta embelesada con él, y agradece a Dios por eso, ya que teme que un día se arrepienta de haberlo aceptado, de pronto, la música suena y las personas empiezan a desfilar por la iglesia, el, no pone atención a nadie en particular, solo espera por ella, la ve, Antonella va del brazo de su padre, el señor Bianchi, ella luce tan hermosa, parece una princesa, no, su mente le dice que, a pesar de que el velo no lo deja ver su rostro, ella tiene el porte, camina y se ve como toda una reina, Andrew no puede creerlo, le sudan las manos y su corazón late muy deprisa, él siempre ha sido un hombre muy seguro y fuerte, pero, en este momento, ruega porque todo salga bien, porque todo acabe, ser su esposo y estar solos, para tenerla entre sus brazos y amarla hasta caer de cansancio, saciados el uno del otro.
Antonella llega a la puerta de la iglesia, su padre la toma por el brazo y avanzan por el largo pasillo, ella intenta mantener sus nervios a raya, intenta controlar su respiración, sus latidos desbocados y su leve temblor, que espera que no se note, ella, lo ve al final del pasillo, está tan guapo, se ve como, un modelo de revista, no, le dice y corrige ella misma, él ha sido el modelo de muchas portadas, era el soltero más cotizado, Antonella se queda sin aire, él es su esposo por lo civil y hoy en unas horas lo será ante los ojos de Dios y de todos los presentes, por única ocasión se alegra de que la prensa este al pendiente de su boda, ya que quiere que todo el mundo sepa que Andrew ya no está en el mercado.
A medio pasillo su padre le dice
-Nelly, respira, tranquilizante, no te vayas a desmayar- dice riendo