Alina quería que pasara la noche con ella, pero me negué, me fui a casa pensativo, no insistí en saber del pasado de Antonia porque no me lo permitió, siempre me conformé con tenerla cerca, pero había llegado la hora de investigarlo, inicialmente pensé en preguntarle directamente pero sabía que no obtendría respuesta, así que me pondría en la tarea de averiguar todo lo que había sucedido.
Empecé por buscar información en internet y vaya la sorpresa que me llevé… decía que era huérfana, que había crecido en hogares de paso y que gracias a que siempre fue buena estudiante logró becas para sus estudios, que ingresó a la universidad gracias a sus excelentes notas…
Efectivamente se casó con Gerard Stevens quien murió poco menos de un año después de haberse contraído las nupcias, heredándole toda su fortuna, el cuadro que la llevó a la fama fue uno llamado “la venganza” donde se puede apreciar a una niña clavando un cuchillo en el pecho de un hombre… Me recordó el incidente con su padrastro…
No encontré mas información, no podía preguntarle a ella, así que pensé en Alina, debía conocer que tanto sabía o creía saber de Antonia, así que fui a buscarla.
Me dirigí hasta la editorial, me anuncié e inmediatamente me atendió, me dijo: “¿vienes a decirme que cambiaste de parecer y siempre si quieres pasar la noche conmigo?” me senté y le conté todo; cuando terminé se levantó y prendió un cigarrillo, el silencio en la oficina fue algo perturbador para mí, luego de unos minutos giró hacia mi y me dijo: ”Sabía que algo escondía esa farsante, jugó conmigo, jugó con Gerard y ahora quiere jugar contigo… de nuevo, sabes, no me extraña que la muerte de su esposo haya sido provocada”.
En ese punto, aún sentía que había explicación para todos esos acontecimientos, tal vez en ocasiones demostraba algo de interés, ¿pero de ahí a asesinar a alguien por dinero?, no lo creo.
Seguí viéndome con Antonia regularmente mientras seguía mis investigaciones con ayuda de Alina, se acercaba el fin de año y en vacaciones pensaba ir a visitar a mis padres, le dije que fuera conmigo y como era de esperarse se negó, “el día que salí de ese asqueroso pueblo juré que jamás regresaría, no puedes obligarme a ir” dijo, no le insistí, pues era la oportunidad de conseguir mas información de lo sucedido.
Alina se unió a mi viaje a casa, llegamos sin avisar y la presenté a mis padres como mi pareja, si lucía un poco mayor que yo pero no se notaba tanto, mi madre la amó de inmediato, fuimos muy bien recibidos, aunque mi padre se mostró algo molesto por no informarle que iría y mas aun en compañía de alguien, sin embargo el enojo se le pasó pronto.
La llevé a conocer el pueblo, le gustó mucho, pues era bastante tranquilo y alejado del ruido y las prisas de la ciudad, cuando regresábamos a casa, los vecinos estaban afuera, la madre de Antonia y una pequeña niña de unos 3 o 4 años, muy parecida a ella, el padrastro también estaba ahí, sentí rabia al verlo y Alina lo notó, me preguntó quienes eran y le conté.
“Debes preguntarles si han sabido algo de su hija” dijo, no estaba seguro de hacerlo pero poco a poco me acerqué y saludé: “buenas tardes, no sé si me recuerden, soy Ernesto, su vecino, vine de vacaciones a pasarla con mis padres”.
El tipo me miró y dijo: “¡Muchacho pero si ya eres todo un hombre! Que dicha ver que no te olvidas de los tuyos, bienvenido hijo, como ves aquí nada cambia, todo igual de aburrido”. Realmente sonó muy amable, era difícil creer que era la misma persona que quiso abusar de Antonia. Tomé impulso y le pregunté: “Disculpe la indiscreción pero, quisiera saber si Antonia regresó” Inmediatamente su rostro cambió, pero no se veía molesto, mas bien triste y dijo: “Espero que no lo haga, si vuelve una cárcel la espera, por ladrona y asesina”.
“¿Ladrona?” le pregunté, “Hijo, el incidente que tuvimos antes que ella huyera fue porque ella nos robó dinero, a nosotros, sus padres; ella quería que le compráramos un auto, porque sus amigas habían recibido unos muy lujosos de cumpleaños y no quería quedar atrás, nos negamos pues ese dinero lo usaríamos para remodelar un poco la casa cuando naciera el bebé, ella se puso furiosa y le gritó a su madre que haría lo que fuera para tener ese auto.
Ese día en la noche habíamos salido y cuando regresamos, mi esposa la encontró sacando el dinero, Antonia la golpeó y cayó inconsciente, yo la tomé por el brazo para evitar que escapara, tomó un cuchillo y me lo clavó en el pecho, luego se marchó con el dinero y jamás volvimos a saber de ella”. Dijo con una expresión de tristeza, su esposa lucía acongojada “tratamos de darle lo mejor, pero nunca estuvo satisfecha” apuntó la madre mientras acariciaba el cabello de su pequeña hija.
Me sentí fatal, por mucho años odié a ese señor porque había creído ciegamente en lo que Antonia me contó, nunca verifiqué esa información, quise decirles que conocía su paradero pero no fui capaz.
Regresamos a casa y traté de ocultar mis sentimientos frente a mis padres, no podía creer esto, realmente Antonia había jugado con todos, estaba dispuesto a enfrentarla al regresar.
Pasamos dos semanas con mis padres, me hizo mucho bien estar en casa, me regresó un poco la tranquilidad, Alina parecía cómoda a pesar de ser una mujer de ciudad, se había entendido muy bien con ellos, disfrutaba de su compañía, es curioso ver como vine a pasar tiempo de calidad a estas alturas de mi vida y no cuando niño, muchas veces cuestionaba por qué casi nunca los veía, pero ahora que soy adulto logré entender muchas situaciones, gracias a su arduo trabajo podía estudiar en una de las mejores universidades.
Le comenté a Alina mis planes de confrontar a Antonia, pero no le pareció un buen plan, me sugirió que siguiera buscando información sin que ella se percatara y comprobar si había asesinado a su esposo, yo veía muy difícil averiguar eso, aun así le seguí la idea, no quería asustarla y que escapara de nuevo, debía pagar por sus actos.
Editado: 12.10.2020