Fue una semana complicada, Antonia habló con el decano, le dijo que teníamos una relación y que si debía renunciar a su trabajo lo haría, el le respondió que primero se centrara en su recuperación y luego hablarían del tema.
La llevé a mi apartamento, hice unos arreglos para faltar a la universidad por unos días y no tuve inconvenientes con eso, quería cuidarla, que sintiera mi amor, que me preocupaba por ella y que solo deseaba su bienestar.
Poco a poco su situación mejoró, recibió algunas visitas de parte de los investigadores, quienes informaron que le habían cortado los frenos a su auto, por tanto determinaron que fue un intento de homicidio, ahora debían averiguar quien había sido el culpable.
Antonia insistía en que fue Alina, yo me negaba a creerlo, el poco tiempo que compartimos me di cuenta que era una gran mujer, honesta y sincera. Los investigadores apuntaron algunos datos y se marcharon, quise preguntar por qué acusaba a Alina, pero sabía que terminaríamos discutiendo así que mejor no lo hice.
Me disponía a preparar algo de comer cuando recibí una llamada de la editorial, ¡mi libro estaba listo para salir a la luz!, fue la mejor noticia que pude recibir, debía ir a ultimar unos detalles sobre la promoción y la firma; Antonia no me acompañó así que fui algo de prisa a la editorial, antes de entrevistarme con el nuevo presidente, tuve que esperar un rato y aproveché para preguntarle a la secretaria sobre Alina, “la verdad no sé que decirte, ni siquiera se llevó sus cosas, es como si estuviera huyendo de algo, no dejó un número o una dirección, a todos nos asombró su renuncia” dijo algo consternada. “¿Renunciar?” dije “Ella me dejó una carta donde decía que se iba del país porque le habían ofrecido otro puesto mejor” ¿acaso me había mentido? ¿Por qué?.
Tenia gran cantidad de interrogantes, ¿acaso fue Alina quien cortó los frenos de Antonia y huyó para no ser descubierta? Me negaba a creerlo.
Me llamaron a la oficina y el presidente me recibió muy animado, me entregó unos documentos para que consultara con mi abogado los términos y si estaba de acuerdo con lo estipulado en el contrato, tenía una semana para dar una respuesta; menudo problema, ahora debía buscar asesoría, yo no conocía a nadie, pensé en algún maestro de la universidad pues no quería precipitarme por la emoción.
Regresé a casa y Antonia estaba dormida, traté de no hacer ruido y me senté a escribir un rato, estaba pasando por un gran momento creativo y debía aprovecharlo, al siguiente día iría a la universidad a la facultad de derecho para ver quien podría asesorarme con el contrato.
No me di cuenta en que momento oscureció, me dispuse a preparar algo de comer, en ese instante Antonia despertó y me preguntó cómo me había ido y le expuse toda la situación, me dijo que hablara con el profesor Raúl Carmona, que el me asesoraría muy bien y sin costo alguno, que no me preocupara que la universidad me apoyaría, pues a ellos les convenía que uno de sus estudiantes lograra publicar un libro.
Dormimos plácidamente esa noche… me levanté muy temprano para ir a la universidad, Antonia aún dormía, traté de no hacer mucho ruido y salí de prisa. Llegué directamente a la oficina del profe Raúl y ya estaba ahí, le comenté toda la situación y se mostró muy interesado, leyó detenidamente el contrato y me señaló que era un buen acuerdo, que solo les pidiera que a la hora de promocionar mi libro resaltaran que era estudiante de la universidad, esa parte no me pareció necesaria, pero entendí que ellos también querían sacar algo de fama a partir de mi publicación; él se ofreció a acompañarme a la editorial y no me negué.
Inmediatamente salimos juntos a llevar el contrato, llegamos y apenas abrían, nos cruzamos con el presidente en la puerta y nos hizo seguir de inmediato, prácticamente no abrí la boca, el abogado fue quien habló, se acordó que harían alianza estratégica conjunta para la promoción del libro.
Todos los sucesos desencadenados a partir de esa reunión aun me parecen un sueño, fue tan repentino todo, en menos de tres meses me encontraba autografiando ejemplares por doquier, casi no iba a la universidad por las firmas, pero no tuve inconveniente con las clases, pues los maestros me dieron facilidades para no atrasarme, Antonia siempre estaba a mi lado, me ayudaba a elegir mi vestimenta y me enseñó un par de cosas para hablarle a los seguidores.
El éxito fue tan grande que tenia una gran cantidad de dinero en mi cuenta, así que tomé la decisión de comprar un lugar donde vivir, ya tenía pensado lo que quería, una villa en las afueras de la ciudad.
Editado: 12.10.2020