Aparentemente Ella

Capítulo 11

Y dime, Paola... ¿Desde hace cuánto te haces daño?

Tener pesadillas con la psicóloga de servicios infantiles era patético. Siempre hizo preguntas. ¡Y lo único que debió hacer fue arrebatarme de los brazos de mi madre! Era sencillo. Y ella y sus superiores fueron engañados vilmente por mamá, actuó como una perfecta mártir.

Me topé con mi grupito caminando somnolienta hacia la sala de juegos, que era agradablemente espaciosa. Me invitaron a sentarme en el suelo de la sala y jugamos muchas tonterías, nos omitimos la botella porque lo encontramos demasiado infantil. Invitamos a Blade para que conociera el lugar y pasáramos un buen rato de amigos, no tardó nada en llegar; haciendo la menor cantidad posible de ruido ya que el resto de los chicos de la residencia dormían. Aguafiestas. No entendía cómo podían dormir en un viernes. Elliot había recuperado su apariencia normal, aunque él debía estar consciente que yo no dejaría el tema atrás.

— ¿Ahora qué hacemos? —objeté despegando el chicle de mis mejillas. Mi bomba no había sido un éxito.

—Preguntar —soltó Grecia, entrecerrando su mirada.

— ¿Exactamente qué?

—Cualquier cosa.

Ahora que capté de qué iba el juego, se desvanecieron mis ganas. Disimuladamente les seguí la corriente para no levantar sospechas.

—A ver Pao ¿qué ha sido lo peor qué te ha pasado?

Mierda.

Es la peor pregunta que Grecia me podía haber hecho, no quería responder, mi lengua se negaba a hacer el más mínimo movimiento. Sentí que si lo hacía, confesaría todo el infierno de mí. Todavía no era la hora.

—No hablemos de cosas feas —contrarié elevando mis comisuras a voluntad, Elliot me contemplaba expectante—. Vamos a hacer preguntas más sencillas, a ver, ésta es para todos ¿cuándo fue su primer beso?

No me quedó otra salida que ir por el camino del romanticismo. Ugh. Fue la única manera que encontré, que me salvó de la mirada perspicaz de mi amiga.

—Mmm Lisa Highmore, mi antigua mejor amiga —confesó Blade perdido en sus pensamientos. Vi el arrepentimiento en sus ojos, lo que me permitió saber que él la besó y por lo que se veía jamás fue correspondido. Se lo pregunté y me lo corroboró. ¡Iba una encestada!

—Frida McConn, compañera de biología en la prepa —murmuró Elliot haciendo morritos, sabía que lo hacía para fingir que no significó nada, ella fue su primera novia, ella lo dejó por el cliché del "amor verdadero" que resultó ser nada más ni nada menos que el popular. Aburrido. Muy singular. Lo habría salvado pero yo siempre había esquivado biología, me daba dolores de cabeza.

—Hunter Woods, no sé si eso fue mi primer beso, él me lo dio en contra de mi voluntad —expresó Grecia haciendo mímicas de aversión y risa. No me era dificultoso pensar en ella en esa clase de escenario. Siendo tan atractiva lograría embelesar a cualquier chico que quisiera. No. Ella era mejor que eso.

—Nadie obliga a mi cielo a hacer algo que no quiere ¿dónde vive? Así puedo llevarme a Pao y le asesta unos buenos puños —sonsacó mi mejor amigo, lucía colérico a modo de broma, sus expresiones de enojo son tan fugaces como una gota de lluvia cayendo del cielo, cuando se enoja hace unos buenos teatros y suelen venir acompañadas de risa. Recuerdo una ocasión en que me estaban molestando unos niños mayores, solo teníamos once años en ese entonces, a pesar de eso se enfrentó a ellos. Y básicamente salió con moretones por doquier. Desde ese día somos como el chicle, jamás nos hemos separado. No sé qué haré cuando ese hombre se comprometa y me abandone. ¿Qué será de mí? Podría ser la tía Pao, solterona y niñera de sus hijos. Les compraría regalos con un sueldo de editora o lo que fuese que me cayera del cielo. O tal vez me volvería tan pegajosa y dependiente de Elliot que él me pediría espacio. Pensar en ello me hacía querer morder mis uñas.

Mason Hale canturreó la malnacida voz de mi cabeza. Y no sabía qué sería de mí si absolutamente todos mis pensamientos terminaban con ese maldito nombre. ¿Qué es lo que tiene él que no tengan los otros? ¿Por qué no pude verme enredada en este jueguito con Blade? ¿Por qué con mi profesor? ¿Por qué Mason Hale? Basta, Hyde. El tipo ha medido algo de distancia, solo quiere hacerte pasar un mal rato; porque eso hacen los genios pretenciosos, me repetí cien veces.

—Basta chicos, les ruego no me hagan contemplar esa basura cursi —espeté cubriendo mis ojos con empalago, escuché sus burlas muy claramente, alcé el rostro terminando por sonreír. De repente me miraron curiosos, como si esperaran que dijera algo.

— ¿Por qué todos me ven así?

—Faltas tú. ¿Quién fue tu primer beso?

Mi amiga esperaba mi respuesta a su pregunta. Entre tantas reacciones posibles, mi cuerpo prefirió hacer sonrojarme, me sentí avergonzada. Usualmente no tendía a ruborizarme, es solo que la carga de esa pregunta resultó ser demasiada para mí. Se me subió la bilis, el nudo en mi garganta no me dejaba respirar. Mi mente formaba las palabras en mi campo visual, pero estas se disipaban impidiéndome dar una respuesta. Finalmente me armé de valor para hablar.

—Yo... yo... Jamás...

Los chicos parecieron encontrar su lugar en el mundo y hablaron en perfecta armonía, primero Blade seguido de Elliot y Grecia.

—Santa...

—Jodida...

—Mierda...

Entendí que podía encontrarse insólita mi situación. Aunque no veía que fuese para tanto.

— ¿Nunca has besado a alguien?

Asentí sinceramente, encogiéndome de hombros, dando a entender claramente que quería cambiar de tema. Ellos no lo dejarían pasar.

— ¡Tienes casi 18 años! —exclamó Blade con una mezcla de asombro y desconcierto.

—Amiguita, necesitas ayuda de un experto —silbó Elliot chispando sus ojos con diversión y sarcasmo. Nunca se lo había contado.

— ¡Ya cierren la boca! ¿Acaso ven que estoy sufriendo por ello? No, así que por el amor de Dios olvídenlo. Nunca he necesitado amor. Nunca me han dado amor. Así que agradecería que dejaran de parlotear idioteces sobre besos o sentimientos —no fue mi intención explotar de la manera en que lo hice. Tampoco quise herirlos. Es solo que ya no soportaba todo eso. No debí pagar mi rabia con ellos. Sino con el causante del sentimiento. El bastardo de Mason.



#4318 en Joven Adulto
#13070 en Otros
#2073 en Humor

En el texto hay: humor amistad, suspenso amor dolor, amornotoxico

Editado: 03.12.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.