Apariencias

Capítulo 7

—¡Sueltame!—Thanos frunce el ceño.

—¿Qué es lo que pasa contigo Philippa? —ella levanta el mentón.

—Eso es lo que debería preguntarte yo a ti ¿Cómo te atreves a interrumpir mi almuerzo?

—Me atrevo porque es mi obligación protegerte de gente aprovechada.

—¿Obligación? —Philippa hace una mueca de burla —No tienes ninguna obligación conmigo Thanos —se gira y comienza a caminar.

—¿Dónde piensas que vas? 

—A mi auto.

—Vendrás conmigo —él trata de tomar su brazo, pero ella no lo permite.

—Agradezco tu preocupación, pero pienso te estas pasando, no soy una niña y puedo cuidarme sola.

—¡Sube a mi auto! —ella niega.

—Solamente eres mi primo, no eres mi padre para tratar de controlar mi vida.

—¿Primo? —él pregunta extrañado, ella jamás lo había llamado primo, siempre lo trataba como el amor de su vida, su futuro esposo, pero no como primo.

—Es lo que eres —Philippa lo mira con frialdad, estaba herida, de su mente no se borraba la imagen de él, feliz con la mujer en el aeropuerto, jamás lo había visto asi, al fin había entendido que él no la amaba, que él no sentía nada por ella y había decidido apartarse de él.

Ella caminó en dirección a su auto, subió en el, arranco y cuando paso junto a la acera donde aún estaba Thanos no se molestó en verlo, él frunce el ceño ¿Qué rayos le pasaba? Ella no era así.

Philippa furiosa con el comportamiento de Thanos, decidió no ir a casa, vio por el retrovisor que la seguían los guardaespaldas, y estaba segura que él venia detrás, lo conocía y debía estar rabiando por que no lo había obedecido, aún tenía el dinero que le habían depositado, iría de compras, los hombres por lo general odiaban seguir a las mujeres a las tiendas, Thanos no se atrevería a seguirla.

Mientras conducía su teléfono sonó, lo tenía sincronizado con su auto, así que vio en la pantalla que era Piers, contestó la llamada.

—¿Almorzaste con mamá? —fue su pregunta de entrada.

—Si —responde encogiendose de hombros.

—Se que mamá es difícil... —calla al escucharla reír.

—¿Tú mamá es difícil? Conmigo fue un amor de persona, no continuamos nuestro almuerzo, Thanos llegó a buscarme

—¿Y eso? Según me has contado eres tú quién lo sigue a los restaurantes —lo escucha reír, Philippa le saca la lengua a la pantalla.

—Piensa que se están aprovechando de mí, ya que no tengo edad para una relación.

—El hecho de que él no te vea como una mujer de veinte años, no significa que no hayas crecido.

—Tristemente estaba tratando de entrar a su vida como una mujer, pero él me veía como una niña.

—¿Ya vas a casa?

—No, traigo un ejército de guardaespaldas detrás de mi, y estoy segura que viene Thanos en la fila, así que iré a una boutique a despilfarrar el dinero que me dio mi padre cuando fui a Oland.

—¿Quieres te acompañe? —ella río por el ofrecimiento de Piers.

—No, no deseo que luego me reproches por tu aburrimiento.

—No lo haré, de hecho estoy inspirado, tu rostro se vino a mi mente cuando estaba preparando un lienzo nuevo.

—¿Y eso que significa?

—Significa que tu eres la musa de mi próxima pintura.

Philippa río fuerte como nunca lo había hecho antes, Piers quedó en silencio por un instante.

—¿Me mandas la dirección?

—Por supuesto.

*****

Thanos furioso detiene su auto, levanta la mirada hacia el nombre del lugar, su móvil suena, lo saca de su saco, mientras observa a Philippa entregar la llave de su auto a los encargados del estacionamiento, ella se veía diferente a como estaba acostumbrado a verla, se dio cuenta que era su manera de vestir, ya no usaba aquella ropa reveladora que usaba para ir tras él.

Respondió la llamada y se marchó del lugar, tenía una reunión, sabía que pasaría toda la tarde en la boutique, terminaría su reunión y hablaría con ella.

*****

—Estoy aburrida —Cecily Danet le comenta por teléfono a Thanos —Pensé vendrías a almorzar.

—Lo siento, tuve un inconveniente.

—Dijiste que hoy cenaremos con tu tío, ya estoy lista.

Thanos negó con la cabeza, había olvidado la cena con Spencer, bueno aprovecharía para hablar con Philippa.

*****

—¿Quieres cenar en mi casa? —Piers niega con un movimiento de cabeza.

—Deseo trabajar en la pintura —hojea los bocetos que hizo en toda la tarde, mientras Philippa hacia las compras.

—Está bien —se encoge de hombros —Gracias por pasar la tarde conmigo —Piers estaba centrado en cada boceto, pensó no le prestaba atención, ella miró una cajita larga y negra en una de sus bolsas —Creo se equivocaron, regresaré a la tienda —Abre la cajita y mira la hermosa cadena de plata con un hermoso colibrí, sus ojos eran pequeños diamantes —¡Es precioso!

Piers sonríe.

—Es mi regalo —ella levanta la mirada hacia él.

—¿Porqué? No es mi cumpleaños.

Piers se acerca a ella y lleva su mano grande a su mejilla, sus ojos se centraron en ella.

—Eres mi salvadora —murmura —Ese día junto al río.

—¿De qué hablas? —Piers toma la cadena con su otra mano.

—Había tomado una decisión Philippa, pero ese día te conocí y me di cuenta que no soy el único que sufre por un mal amor, es poco tiempo el que tenemos de conocernos, pero te aseguro que te considero mi gran amiga.

—¿En serio pensabas hacerlo? Existen más mujeres en este mundo, no sólo ella.

—Lo sé —quita su mano de su mejilla —Pero mi corazón la ama desde que somos niños.

—Tú madre cree que somos pareja.

Piers se coloca detrás de Philippa y le pone la hermosa cadena en su cuello.

—¿Te molesta? —él la mira a los ojos.

—No, sólo que no quiero que se formen una idea equivocada.

—Philippa traté de salvar mi orgullo, le acepté a mamá que somos pareja —sujeta el puente de su nariz —Estaba con Annabella, yo, no quería que ella siga creyendo que la amó.

Ella guardo silencio pensando, no perdía nada con no negar la supuesta relación de ellos, Piers hasta el momento había sido un buen amigo, entendía que él no quería la lástima de su familia.




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