“¿Otra vez vas a quedar con Evelyn?”.
Brooke relee el mensaje unas cuantas veces, pensando en una respuesta que no sea lo suficientemente borde. Pero, al final, acaba por contestar sin pensar mucho más.
“Ya sabes que puedes venir. Si no quieres hacerlo, es tu problema, Ruby. No puedo quedar siempre contigo, tengo más amigos”.
Suspirando, deja el móvil sobre la cama y mira de nuevo su ordenador. Está terminando de hacer un trabajo, el cual lleva haciendo toda la mañana, pero le cuesta concentrarse. No deja de pensar en la señora Brown. Y el por qué se suicidó cuando hace tres días parecía no tener ningún problema.
Oliver les confirmó, tanto a ella como a Gabriella, que la señora Brown se había suicidado la noche anterior, la noche del jueves. No había signos de violencia ni las cerraduras estaban forzadas, así que todo indica a que fue un suicidio.
Cosa que a Brooke, sinceramente, le sigue pareciendo raro después de dos días.
Se pasa las manos por la cara y se queda mirando la pantalla del ordenador unos segundos más, sin hacer nada, hasta que finalmente guarda el documento y lo apaga. Después de cenar seguirá con ello, cuando está más concentrada. Recoge todo lo que ha estado utilizando de clase para hacer el trabajo, guardando todo en su mochila, justo cuando un par de toques en su habitación desvían su atención.
–¡Ya ha llegado la alegría de tu vida! –dice Evelyn en cuanto entra, dando una vuelta sobre sí misma.
–Me acabas de hacer súper feliz –Brooke ríe.
–Lo sé –Evelyn se acerca a su cama y se sienta en el borde de ésta–. ¿Cómo llevas el trabajo? –hace un gesto con la cabeza hacia su portátil.
–Aún no lo he terminado –suspira–. Espero hacerlo esta noche o, como muy tarde, mañana. Pero no sé, no puedo concentrarme.
–¿Y eso?
Brooke se queda un momento en silencio antes de contestar.
–Sigo pensando en lo de la señora Brown. Me sigue pareciendo raro que se haya suicidado, parecía estar bien…
–Puede que intentase mostrar que estaba bien, pero realmente no lo estaba –Evelyn hace una mueca, encogiéndose levemente de hombros–. Además, tu padre ya te ha dicho que investigaron todo y no había nada raro, ¿no?
–Sí, pero… no sé.
–Venga, no pienses más en eso. Da pena pensar que tu vecina se ha suicidado cuando pocas horas antes la habías visto, pero ya nada se puede arreglar, ¿no? –sonríe un poco. Brooke asiente con la cabeza, sabiendo que tiene razón–. Pues venga, vamos a salir un rato y así nos despejamos.
–Me parece bien. Espera aquí un momento a que me arregle un poco.
–¿Avisamos a los chicos? –le pregunta Evelyn mientras ella se acerca al baño.
–¡Vale!
Se encierra un momento en el baño y está dentro un par de minutos, arreglándose un poco antes de salir. Tras ver que ya está lista, sale por fin, encontrándose a Evelyn con el ceño fruncido.
–¿Pasa algo?
–Tu amiga. Estaba mirando la habitación cual psicópata –lanza una mirada hacia la ventana.
Brooke la imita, sólo que ahora parece que no hay nadie. De nuevo, vuelve a sentirse confundida tras el comportamiento de Ruby. Acabó por entender que no quisiese salir con los demás porque no estaba cómoda, pero no entiende el por qué siempre quiere estar con ella y se molesta cuando queda con los demás.
Pero decide no pensar en ello por ahora. Tal y como ha dicho Evelyn, van a salir y despejarse un rato.
–Le dije que vendrías, igual te ha visto y se quedó un momento mirando –dice rápidamente, intentando justificar algo para lo que no tiene respuesta o explicación–. ¿Vamos ya?
–Sí, vamos. Max me ha escrito que está con Jack por el centro, nos están esperando.
Ambas salen de la habitación y se despiden de Gabriella, la cual se encuentra frente a la mesa del café del salón con varios folios delante de ella. Hoy ha tenido que continuar con el trabajo en casa a pesar ser domingo y ser uno de sus días libres. Oliver, en cambio, ha tenido que ir un rato a comisaría a terminar unos informes.
–Por cierto, gracias –le dice Evelyn a Brooke cuando las dos se encuentran ya en la calle.
–¿Gracias? ¿Por qué? –ella le mira, confusa.
–Porque, en parte, gracias a ti conseguí acercarme a Max y hablar con él. Si no, no hubiese sido capaz de hablar con él y me hubiese quedado en la misma situación que hasta hace unas semanas.
–Sinceramente, fue Max quien se acercó a ti a la fiesta y el que te habló después de eso para quedar –comento ella, con una expresión divertida.
–¡Pero tú siempre me has dicho que dejase a un lado la vergüenza y le hablase y esas cosas! –insiste ella–. Así que, de verdad, gra…
–No seas tonta, no me tienes que agradecer nada.
–Bueno, pero quería que lo supieras –Evelyn sonríe. Brooke la mira al instante–. ¿A ti te gusta Jack?
–Wow, esa sí que ha sido una gran forma de cambiar de tema.
Evelyn ríe.
–Contéstame.
–Me parece un chico genial, me divierto mucho con él y me gusta pasar el rato con él.
–Ese quiere decir que te gusta –Evelyn sube y baja las cejas repetidas veces.
–Puede ser –Brooke se encoge de hombros, sincera, antes de desviar su atención a la casa de Ruby. Está, de nuevo, asomada en una de las ventanas.
La saluda con la mano en cuanto sus miradas se cruzan, pero en lugar de saludarla siempre como lo hace, se queda mirándola un momento hasta que corre la cortina y se queda escondida tras ella. Brooke no le da más importancia y se centra en lo que le está diciendo Evelyn mientras las dos siguen con su camino.
* * *
Brooke se queda parada en mitad de su habitación, con el teléfono pegado a la oreja. No puede creerse lo que acaba de escuchar. Espera estar equivocada.
–¿Qué has dicho? –le pregunta a Ruby, asegurándose de que ha escuchado bien.
Editado: 05.12.2020