Apariencias engañosas: El peligro acecha

17

Se mira en el espejo del probador, girando su cuerpo de un lado a otro para ver cómo le queda el vestido. Después de haberse probado varios, por fin parece haber elegido uno que le gusta. Es largo, ajustado hasta la cintura, de color verde esmeralda, con el escote en V y una abertura en su pierna derecha.

Sinceramente, le gusta cómo le queda.

–¿Estás lista? –le pregunta Evelyn.

–Sí, pasa.

Y, al instante, desliza la cortina y aparece Evelyn frente a ella.

La mira durante unos instantes en completo silencio, mirándola de arriba abajo, con los ojos entrecerrados. Brooke espera una respuesta que tarda unos segundos en llegar.

–¡Estás preciosa! –exclama finalmente, sonriendo ampliamente–. ¡Te queda genial!

–¿Sí?

–¡Claro que sí!

–Pues me lo quedo –decide Brooke, dándose un rápido y nuevo vistazo–. ¿Has encontrado tú unos zapatos para el tuyo?

–Sí, mira.

Sale un momento del probar y aparece con un par zapatos de tacón negros, que van genial con el vestido que ha elegido antes ella.

El suyo consiste en un vestido negro donde la parte superior tiene transparencias decoradas con figuras de flores, el cual le queda genial con un sujetador negro debajo de ésta. Es ajustado también hasta la cintura, donde empieza la falda también larga con, al contrario que Brooke, dos aberturas en ambas piernas.

–Genial –coincide ella en cuanto echa un vistazo a los zapatos.

–¿A qué sí? Bueno, dejo que te cambies. ¿Te busco algunos zapatos o ya tienes?

–Tengo en mi casa uno que le van bien, así que no te preocupes.

Evelyn asiente y la vuelve a dejar sola, así que ella no tarda en cambiarse lo más rápido que puede, colgar el vestido de la percha y vestirse con su ropa normal. Después, coge el vestido con cuidado y sale del vestidor, encontrándose con su amiga esperándola a un lado.

Juntas, se unen a la pequeña cola que hay para pagar y, minutos después, salen contentas de la tienda al tener ya sus vestidos después de haber estado casi dos horas buscando alguno que les gustase.

Y Brooke, a pesar de haber estado cansada durante toda la mañana, ha conseguido animarse y disfrutar de las compras con su amiga.

Deciden pararse a tomar algo en una cafetería que hay ahí al lado, antes de volver a sus respectivas casas; así que eligen una mesa rápidamente, piden sus respectivos cafés y, poco después, ya los tienen delante de ellas.

Brooke mira a su alrededor, algo extrañada, al sentir como alguien la está mirando a sus espaldas. Pero no hay nadie. De hecho, la poca gente que hay en la cafetería hablan entre ellas. No las miran. Pero vuelve a sentir como aquella vez que no pudo dormir ya que sentía que alguien la miraba.

–Pensaba que me iba a casa sin el vestido –Evelyn suspira aliviada, dramáticamente, y Brooke desvía la atención hacia ella–. Y ya sabes que soy muy dramática con estas cosas.

–Lo has dicho tú, yo no –Brooke la mira divertida, aunque al instante cambia su expresión y ahoga un bostezo.

–¿Qué pasa? ¿Te doy sueño o qué?

–Sí, mucho –ella ríe, negando con la cabeza–. Es sólo que hoy he descansado muy bien, la verdad.

–¿Y eso por qué?

La mira unos instantes recordando que con ella no ha hablado del tema de Emily y de que ya sabe lo que pasó. Prefería olvidar ese tema al menos por ese día, tal y como le dijo a Jack esa mañana, y no pensar más en todo lo que a Ruby se refiere.

–Ya sé lo que le pasó a Emily –se limita a decir tras un momento–. Busqué por Internet por si encontraba algo y encontré la noticia donde explicaba lo que pasó.

–¿Y me lo dices ahora? ¿Después de haber pasado todo el día juntas? –abre la boca, haciéndose la ofendida, aunque no tarda en ponerse seria–. ¿Lo has hablado con Ruby?

–No te lo dije porque quería olvidarme al menos por hoy de eso. Suficientes dolores de cabeza me da ya ese tema y Ruby… pero sí, he hablado con ella. Me dijo que no me lo había dicho porque no quería que pensara lo que piensan todos y bla, bla, bla… –suspira–. Ya sabes, me enfadó mucho que me mintiese de esa forma.

Evelyn la mira mientras asiente conforme habla y se queda un momento callada antes de hablar.

–Y… cuando me dijiste ayer lo de su hermano… ¿a qué te referías?

–Me contó que su hermano murió hace cuatro años en un accidente que tuvo con la bicicleta, pero luego su madre me contó que había muerto ahogado en la piscina. Cuando le pregunté, me dijo que omitió una parte de la historia, pero que era verdad y… yo que sé. Hay algo que no me cuadra. Pero sigue sin contármelo.

–¿Por qué no buscas también alguna noticia donde se hable de él?

–Porque Ruby ya me tiene bastante agobiada. Me da bastantes dolores de cabeza ver que no me cuenta nada, que me miente… y aunque no quiero estar enfadada con ella, sí que quiero estar unos días relajada, sin preocuparme más que por los exámenes.

–Ya, tienes razón… –Evelyn suspira.

Brooke la mira un momento antes de preguntarle:

–¿Tú piensas que ella tuvo algo que ver con el atropello de Emily?

–Yo… no sé. A ver, es un tema delicado. Decir que una persona es la responsable de la muerte de otra persona cuando no se supo nunca quién conducía ese coche… es complicado. Pero… aunque ella no tuviese nada que ver, hay algo en esa chica que no me gusta. De hecho… –se queda callada de repente.

Su amiga frunce un poco el ceño al ver como se ha interrumpido tan de repente.

–De hecho… ¿qué? –le pregunta Brooke.

–No sé si debería contártelo.

–No puedes decir eso y luego no decir nada. ¿Qué pasa, Evelyn?

Ella vuelve a suspirar antes de coger su móvil y buscar algo en ésta. Brooke la mira con atención, esperando que le diga algo de una vez, hasta que poco después deja el móvil sobre la mesa, con una conversación abierta.

–El otro día… Ruby me escribió esto.



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En el texto hay: misterio, thriller, aparienciasymentiras

Editado: 05.12.2020

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