Apartada Para El Alpha ( I I Libro )

Capitulo 9: "esto es dificil..." (parte tres)

Sonrió al ver a Oshin frente a ella. Movió su mano libre, y en ese instante, Oshin cayó al suelo de manera brusca, ya libre de las cadenas. Ella rió aún más mientras la bola de fuego quedaba flotando en el aire. Oshin gruñó al mirarla y, furiosa, se lanzó hacia ella con firmeza tumbandola al suelo.

Le arrancó la ropa con una de sus manos de manera rápida, despojándola aún más velozmente mientras gruñía, luego sin previo aviso se alineó en ella y la penetro sin piedad mientras ella gemía complacida arqueando su espalda.

Aparté mi vista de la esfera de luz, sin querer ver nada de lo que ocurría. Los gemidos de ella seguían saliendo de la esfera, como si atravesaran cada rincón de mi ser. Cada uno de esos lamentos era como un eco doloroso que me atravesaba, haciéndome sentir cada vez más pequeña, más vacía. Las lágrimas rodaron por mis mejillas, sin poder frenarlas, mientras mi corazón parecía desgarrarse poco a poco. Era como si algo invisible lo apretara con fuerza, como si un puño me lo estrujara lentamente, mientras los gemidos seguían retumbando en mis oídos, ahogando mis pensamientos.

Mis rodillas cedieron, y me dejé caer al suelo, sin fuerzas, sin ganas de resistir más. Mi mirada se fijó en un punto lejano, lejos de la esfera y de las manos de Garret. Necesitaba algo que no fuera esa luz brillante, esa angustia palpable. Apoyé mi cabeza en la pared detrás de mí, buscando algo de alivio en la fría superficie, pero no lo encontré. Los sollozos comenzaron a salir de mi garganta, cada uno más doloroso que el anterior, como si de alguna forma intentaran liberar la presión que sentía dentro de mí, aunque no pudieran.

—Eso pasó hace una hora —dijo Garret, cuando la esfera desapareció y el silencio se instaló, roto solo por mis sollozos. Su voz parecía tan distante, como si proviniera de un lugar muy lejano.— No lo hizo conscientemente... —continuó, mirando hacia mí con una expresión llena de lástima, como si con solo verme ya pudiera sentir la magnitud de mi dolor.

Reí, pero no era una risa de alivio, sino una risa amarga, rota. Una risa que surgía del vacío que había dentro de mí.

—Pero lo hizo —murmuré, mi voz temblando con cada palabra. Sentía el ardor en mi pecho, como si algo me estuviera arrancando por dentro, como si una carga caliente estuviera desgarrando mis entrañas, entrando lentamente, de manera penetrante, asegurándose de que no quedara nada de mí.

—No sabe lo que está haciendo. En su etapa de celo, su lado animal tiene el control absoluto —dijo Garret, como si sus palabras pudieran justificarlo, como si eso fuera suficiente.

—Es tu culpa —lo interrumpí, mi voz quebrándose, y sentí que me hundía aún más en la desesperación.

—¿Qué? —respondió él, incrédulo, pero yo ya no podía detenerme.

—Es tu culpa —repetí, esta vez más fuerte de lo que pensé que podría. Lo miré a los ojos con la furia y el dolor que me recorrían, como si no pudiera evitarlo. —Si no fuera por tu estupidez de permitir que las razas se mezclaran, nada de esto estaría pasando... Ni siquiera yo existiría. Prefiero esto antes que pasar por esos dolores una y otra vez, toda la puta semana. Esa perra no debería estar ahí. ¡Yo debería estar en su lugar! —grité, sin importarme lo que pensara. Mis lágrimas caían sin cesar, como ríos de desesperación. Me sentía rota, maldita, pero era la verdad. Yo era mate, y debería haber sido yo quien lo ayudara durante su etapa de celo.

—Incluso él no hubiera sufrido al encerrarse él mismo en ese asqueroso lugar. No sé por qué no le pusieron a alguien más como mate... No a mí. Ni siquiera sé si sobreviviré después de arreglar tu error —concluí, mi voz quebrada por el llanto, mis palabras saliendo con una fuerza inesperada, como si fueran lo único que me quedaba para liberar toda esa rabia acumulada dentro de mí. Las lágrimas caían al suelo, y sentí que cada una de ellas era una parte más de mí que se iba.

Él se quedó en silencio, mirándome a los ojos, tratando de encontrar una respuesta, pero yo no cambié mi expresión. No podía cambiarla. Ya no quedaba nada en mí que pudiera ser consuelo.

—Estás dolida, no sabes lo que dices —dijo finalmente, después de unos momentos, con una voz que intentaba sonar firme, pero no me engañó.

Reí, pero no con gracia. No había nada gracioso en ese momento. Negué con la cabeza, como si mi desesperación fuera más fuerte que las palabras que él podía decirme.

—Lo estoy, y demasiado... —susurré, mientras las lágrimas continuaban cayendo, sin detenerse, como si mi cuerpo no pudiera frenar todo el dolor que sentía. —Pero sostengo lo que digo —me levanté con esfuerzo, las piernas temblando bajo mi peso, mientras mi cuerpo parecía resistirse a seguir adelante. Cada paso que daba era como un martillazo más en mi pecho. Lo miré desde arriba, de reojo, con el odio y la tristeza reflejados en mis ojos—. Verás que yo arreglaré tu mierda y después moriré. Solo dale a alguien que lo ame tanto como yo lo hago... Deberías estar feliz. Arreglaré todo esto, lo recogeré hasta que no quede rastro de ella... —mi voz era rasposa, llena de angustia.

Él me miró con seriedad, las lágrimas seguían cayendo sin cesar de mis ojos. La angustia en mi pecho no se calmaba, se incrementaba con cada palabra que salía de mi boca.

—Sácame de aquí —pedí, con una voz tan baja que casi ni me reconocí.

—No sentirás el dolor. Colocaré una barrera entre ustedes para que no lo sientas y tu alma no se quiebre —dijo después de un rato de silencio, sin que ninguno de los dos dijera nada.

—¿Te aplaudo? —ironizé, la rabia quemándome por dentro. Él suspiró pesadamente, y se levantó, sin decir nada más.

—Lo siento, Fumiko —dijo, sus ojos llenos de arrepentimiento, pero a mí ya no me servía de nada.

—¿Y eso de qué me sirve?... No, no lo sientes. Quien sufre aquí soy yo, no tú. Al menos no me hubieras puesto a alguien así si ibas a joder mi existencia desde antes de nacer —dije, pasándome las manos por el rostro, limpiando de manera brusca mis mejillas y ojos, como si pudiera borrar todo el dolor, pero no lo conseguía. Nada lo conseguía.




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