Apartada Para El Alpha ( I libro )

Capitulo 29: ¿Habilidades Ocultas? (parte tres)

Mi corazón latía acelerado, el eco de mis pasos resonaba en mis oídos mientras corría junto a Oshin, quien no me soltaba ni por un segundo. Podía sentir la tensión en el aire, esa electricidad que siempre existía cuando el conflicto estallaba. Y lo sabía, esto no terminaría bien.

De repente, una voz conocida pero cargada de rabia me sacó de mis pensamientos. Mi padre y mi hermano corrían hacia nosotros, sus pasos apresurados y pesados, llenos de furia. El gruñido de Oshin me hizo voltear justo a tiempo para ver cómo se interponía entre nosotros, protegiéndome.

-¡Fumiko!- mi padre rugió. Su voz era tan fuerte, tan imponente, que hizo que mi estómago se retorciera. Mi hermano se unió a él, con los ojos llenos de ira, y su presencia amenazaba con arrasarme.

- Son mi familia -dije en voz baja, pero lo suficientemente alto para que él me escuchara.

De inmediato, Oshin se tensó cuando esas palabras abandonaron mis labios. Ambos llegaron a nosotros, y mi padre no tardó en gruñir, molesto.

- ¿Y AHORA QUÉ LE HICISTE A MI HIJA? -rugió mi padre, dirigiéndose a Dai.

Lo miré mal, con una furia creciente dentro de mí, y le pedí a Oshin que me bajara de sus brazos.

- Él no me hizo nada -dije, con voz firme y seria, mirando mal a mi padre y hermano-. Mi amo me ha salvado de un robo en el bosque.

Oshin volvió a gruñir, mostrando su incomodidad.

- No te dejaré con este -dijo Josh, su tono lleno de asco.

Lo miré, y sin pensarlo, le dediqué mi mirada más fría, la que siempre me había servido para mantener a raya a quienes me provocaban.

- No te he pedido permiso para quedarme o no, Josh -respondí, mi tono duro y claro-. A ninguno, por cierto. Él es mi amo y mi lugar es a su lado. Nadie más que él tiene derecho sobre mí para tenerme a su lado. Soy su apartada y nadie me puede alejar de él, no lo permitiré.

Mis palabras resonaron en el aire como un desafío. Mis padre y hermano gruñeron, desaprobando mi postura, mientras Dai también mostró su malestar. Pero no me importó. Caminé, aún tomando la mano de Oshin, hacia la casa, mirando a Riu con una ligera sonrisa arrogante, negando con diversión al ver sus expresiones.

- Esa es la bonita que he conocido toda mi vida -dijo Riu en voz baja, pero lo escuché claramente-. Nadie te hará cambiar...

Lo ignoré, manteniéndome firme mientras avanzábamos. Oshin me seguía sin decir palabra, solo tomando mi mano, aunque podía sentir su tensión.

De repente, un grito rompió el ambiente.

- ¡NO DEJARÉ QUE TE QUEDES CON ESE PERRO! -gritó Josh, lanzándose a mi espalda. Me hizo soltar la mano de Oshin y me tiró al suelo, arrastrándome sin ningún cuidado. Mis ojos se llenaron de lágrimas por el dolor, pero mi orgullo me mantenía erguida. No iba a mostrarme débil frente a él.

- ¡JOSH, DEJALA! -gritó mi padre, intentando detener a su hijo.

En un arranque de ira, le di una patada en su parte noble, apartándolo de mí antes de levantarme con esfuerzo, adolorida.

- ¡TE REPITO, NO TE HE PEDIDO TU APROBACIÓN! -grité, furiosa, aunque el dolor en mi cuerpo era palpable. El grito de Josh resonó con fuerza, y sin pensarlo, se lanzó hacia mí de nuevo. Mi padre intentó detenerlo, pero se estrellaron en el suelo, luchando entre ellos.

Mi brazo sangraba de nuevo, y el dolor me atravesaba el cuerpo, pero mi mente solo pensaba en una cosa: no podía quedarme lejos de Oshin. No lo aceptaría. Preferiría morir antes que dejarlo ir.

- ¡NO LA DEJARÉ AQUÍ! -gruñó Josh, lanzando a mi padre lejos de él como si fuera una muñeca de trapo. Luego se volvió hacia mí, con la furia ardiendo en sus ojos.

Mi corazón latía desbocado, mi cuerpo comenzaba a temblar, pero me mantenía erguida.

De repente, Ai se transformó en su loba blanca, Oyuki, y se lanzó contra Josh. Él la despidió fácilmente, lanzándola por los aires, haciendo que chocara contra un árbol y quedara inconsciente. Riu, furioso, se transformó en su lobo y se abalanzó sobre Josh, tirándolo al suelo. Pero Josh, con una fuerza increíble, lo lanzó lejos de él, sujetándolo de las orejas y estrellándolo contra otro árbol.

"¿Qué mierda con mi vida?", me quejé internamente, sintiendo cómo todo se descontrolaba a mi alrededor.

La pelea se intensificaba, y la impotencia me devoraba por dentro. Sin embargo, lo que más me dolía era la rabia que sentía. Rabia porque no podía evitar lo que estaba pasando, porque mi familia no entendía lo que sentía. Porque no me aceptaban como era.

- ¡QUE TE CALMES! -gritó mi padre, dándose la vuelta con rapidez y lanzándose a la espalda de Josh. Este giró sobre sí mismo, quedando encima de él, y empezó a golpearlo con furia. Mis lágrimas caían sin cesar, y no entendía cómo había llegado a este punto. Todo parecía un mal sueño, una pesadilla interminable.

Oshin, transformado, se lanzó hacia Josh, apartándolo de mi padre y dejándolo entre sus patas. Corrí hacia él, ignorando el dolor que sentía, mi cuerpo se sentía pesado pero mi mente estaba decidida. No iba a dejar que mi familia me separara de él.

- ¿Papá? -llamé, viendo que mi padre yacía inmóvil, inconsciente, o al menos eso parecía. Mis lágrimas caían sobre mis mejillas, mientras la furia me recorría por completo.

La ira me envolvía, me quemaba por dentro. Mi corazón palpitaba con fuerza, y mis ojos ardían.

- ¡YA BASTA! -grité, con todo el dolor que llevaba acumulado. Mi voz resonó, con un grito tan lleno de desesperación que todo a mi alrededor pareció congelarse.

Una voz desconocida susurró cerca de mí, aumentando mi desconcierto.

"-Lo has hecho..."

Retumbó una voz en mi cabeza, mi mente daba vueltas, no entendía nada de lo que estaba pasando. Todo parecía irreal.

Vi a Dai con los colmillos clavados en el brazo de Josh. El lobo de Riu flotaba en el aire, mientras Josh luchaba por liberarse de su agarre. La pelea entre ellos parecía en pausa, mi cuerpo ya no resistía más.




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