Apocalipsis 001

Acto XIII: Oscuro

El seguía fumando aquel triste cigarrillo, que desprendía un humo de amargura. Luego lo tiró a un lado. 

—Papá… por favor, si nos quedamos aquí correremos más peligro. —Elevé mi voz, tratando de convencerlo— Las naciones unidas establecieron un refugio en la ciudad de la costa sur. 

—Quien te haya dicho eso, está equivocado o cree que el mundo es disneyland. Evidentemente tanto los gobiernos como toda organización internacional colapsaría ante todo este ambiente. Ya la sociedad no existe. Entonces, ¿Crees que existan personas queriendo ayudar a otras bajo estas condiciones en la que se encuentra el mundo? Bah, esos son falacias. Ahora, imagina todo eso mas lo egoísta que somos los humanos—  Miraba el cielo gris, mientras sacaba otro cigarro de una vieja cajetilla de Marlboros—. No es lo más correcto abandonar esta ciudad, aquí tenemos todo lo que necesitemos hasta … 

Lo interrumpí. Fijó sus ojos en mí.

—¿Hasta que se nos caben los suministros o, quizás antes nos mata el ejército o un infectado y muramos?

—Me temo que si— El ánimo de convencerlo me cayo al piso. Todo lo que decía estaba justificado. Salir hacia un sitio al cual no estábamos seguro ni de su existencia, no era la mejor idea. Aun así, no evitaba sobre pensar el hecho de que en algún momento, el ejército entraría a nuestra casa, acabando con todos nosotros, o que una horda de infectados entren y coman hasta el último trozo de carne de nuestros cuerpos. 

Durante el resto del día, me quedé con los chicos en la mi habitacion. Observaba las solitarias calles, y el cielo grisáceo. El suave viento hacía bailar las seductoras cortinas. Sara leía a Shakespeare y víctor bajaba frecuentemente a la habitación de mis padres a atender a su madre. 

Cayó la noche. Me acudió el sueño de repente, era sumamente potente. El dolor de garganta se había intensificado desde la mitad de la tarde en adelante. Tomé aceite de bacalao y bebí mucha agua, eso solía hacer mi madre en esas circunstancia. Mi cuerpo empezó a sudar, me sentía cansado. Sara me traía agua fresca y secaba mi sudor. Lo último que recuerdo, fué una conversación entre Sara y Victor, que era ininteligible para mí, parecía que balbuceaban, tal vez acordando buscar a mi madre o mi padre; lo demás son fotografías oscuras y borrosas. Era consciente de que no estaba para nada en buen estado, la fiebre era alta e iba perdiendo la facultad de oír.  Lo último fué el terrible deseo de dormir que dominó mi cuerpo. 

Desperté de golpe. Todo pasó en un instante. La habitación estaba a oscuras. Mi noción del tiempo estaba alterada. No pude deducir cuanto tiempo había pasado.   El silencio era sepulcral, o no. En realidad no escuchaba nada, me era imposible abrir la boca. Si bien sabía mi estado, mi tranquilidad era inquietante y hasta anticlimática. Estaba solo en la cama, lo sabía aunque no veía nada. Me sentía observado. Escalofríos recorrían mi espina dorsal, mis brazos parecían cemento que se fundían con la cama,  sentía que algo se subía a mi pecho y lo presionaba; sentía la necesidad de toser aumentando al pasar los segundos. Las ventanas se abrieron de repente, el cielo estaba estrellado. No entendía nada de lo que sucedía. Todo en la habitacion empezo a temblar; los temblores eran tan potentes que parecía que me iba a despedazar cada uno de mis átomos. Pararon sin aviso. Recuperé el sentido de la audición; un zumbido como de mosca saltaba de un oído a otro.  A lo lejos escuchaba algo. Al instante no pude apreciar que era, hasta pasado unos segundos. Una lenta melodía a piano. 

Estaba confuso. No tenía reacción alguna. Mi cuerpo posaba quieto frente a una tenue luz de luna que entraba a la habitación por la ventana. El viento era frío, sentí en mi lengua un fuerte sabor amargo, tan recio que me entraron unas nauseas terrible. Ahora temblaba de terror; si vomitaba moriría axfisiado. 

 De repente, aquella melodía paró sin aviso. Alguien estaba subiendo por el balcón. Escuché cómo logró subir hasta él; escuchaba sus pasos acercándose a la puerta del balcón. De repente vi una sombra pasar fugazmente por la ventana. La puerta se abrió violentamente. La luna parecía querer ser testigo. Y ahí estaba. Una sombra me observaba cubriendo medio cuerpo. Levantó lentamente su brazo y, sin entrar a la habitación lo estiró, y se detuvo antes de tocar mi rostro. Toda la habitación zumbía. Sentí que mi cuerpo se despedazaría. 

Aquella figura negra de pronto desapareció. Y claramente escuché "Sebas". ¡Sebas! ¡Sebas! ¡Sebas! Una gruesa voz repetía cada vez más fuerte, mi nombre. Todo oscureció. 

Jadeando desperté. Ahí estaban todos. Estaba todavía en trance. No escuchaba nada, ni tenía fuerzas suficientes como para emprender una caminata. Aunque veía sus labios moverse, no escuchaba nada, pero sabía que algo pasaba. Ellos estaban saliendo por la ventana, mi padre me tomaba y me cargaba, íbamos hacia el techo. Traté decir algo, pero se me escapaban las palabras. Todo pareció correr en cámara lenta. No entendía nada, hasta que subimos al techo. 

Nunca antes había visto nada similar. Recuperé la audición. Escuchaba quejidos, golpes, los llantos de Sara y Víctor.  No entendía nada. Me abrumaba estar ahí pero parecer solo un mero espectador. Todo estaba oscuro, la luna se había escondido, las estrella desaparecieron, la ciudad estaba bajo en manto de una espesa oscuridad macabra. 

— malditos infectados—Dijo mi padre mientras observaba los alrededores. —Mierda. Maldición. ¡Maldición! Hijos de puta. 

Ahí me fijé de algo. Toda la calle estaba repleta de infectados. Parecían un emjambre. Mi padre encendió una linterna; se veían intentando subir por las lisas paredes de la casa, algunos se quedaban mirándonos con una inquietante sonrisa. Me fijé en un hombre, de alrededor 30 años; sus ojos estaban completamente rojos, su boca era antinatural,  tan grande. Vestía de militar. Se nos quedó mirando mientras sonreía y levantaba el brazo derecho saludandonos de manera muy irónica y tenebrosa. 



#4805 en Ciencia ficción
#12660 en Thriller
#7203 en Misterio

En el texto hay: misterio, apocalipsis, ciencia ficcion

Editado: 21.08.2023

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.