Apocalipsis 001

ACTO IV: Arco "Criaturas"

 Mi padre salió en dirección al auto, el cual se encontraba en la cochera. Me hizo señales para que fuera a donde estaba.

—Sebas, quiero que me acompañes, aunque no sé si querrás por lo de ayer. —Decía con su cara llena de seriedad. Observandome seriamente.

—Está bien papá, aunque, no sé cómo he podido hacerlo, pero ya lo estoy superando.  —Contesté, mientras abrí la puerta del auto y me senté en el asiento del copiloto.

Mi padre me miró con una mirada triste. Su vista recorrió el suelo hasta llegar a la puerta de la casa. Le gritó al señor:

—¡Venga! ¡Debemos partir ! No queremos que nos caiga la noche —Decía observándolo.

El hombre de inmediato, se acercó. La chica, que era su hija, venía de tras de él trazando distancia con su padre. La chica no mostraba expresiones; su piel era sumamente blanca, haciendo contraste con su fuerte color negro de pelo. En ningún momento mostró alguna emoción; sus ojos eran bastantes negros y su mirada desalentadora.

—¿Esa chica piensa ir?! —dijo mi padre, esperando respuesta del señor.

—No se preocupe, conmigo no habrá problemas. Les mostraré el lugar en donde está nuestro auto, él, no podrá decirle en donde está. Perdió la cordura allá. —Respondió la chica, arrebatando al señor la oportunidad de responder. Este la miró extraño; parecía decirle algo con sus decaídos ojos.

Eso no lo dudé, porque si algo era cierto, es que había notado que el señor actuaba de manera muy paranoica, haciendo constante mención de " Algo nos perseguía".

Mi padre dijo:

—Esta bien, como sea, Suban. No hay tiempo para discutirlo. —Dijo, mostrando impaciencia.

El hombre abrió la puerta con cautela y se acomodó en la parte de atrás. La chica subió con un tembloroso movimiento al auto, al lado de su padre.

Se reprodujo el sonido del auto, avisando el próximo viaje. La casa se había quedado solo con mi madre, la señora y su hijo. Esperé, no encontrarme a las puertas del infierno, nueva vez. Esperé. 
 


 

Yo estaba algo inquieto, no dejaba de pensar en lo ocurrido del día de anterior. Mi mente empezó a imaginar ver la sangre sobre el coche, cubriéndolo aun sabiendo, que en realidad no estaba ahí. Sabía verdaderamente, que le había mentido a mi padre solo para demostrar mi actitud de roble. Vaya que casi me auto-delato, cuando un gemido salió disparado. Por suerte, mi padre no se percató de ello.

Todo transcurrió normal, la chica les daba las indicaciones a mi padre, y el las acataba. En un momento, mi padre encendió la pantalla digital del auto, y buscó un álbum de un grupo de rock llamado Evanescence, específicamente una canción llamada Lithium. Para mí, una canción muy rara, pero me agradaba; la vocalista era sumamente hermosa.

Observaba a la chica a través del retrovisor, perdía su mirada a través de la ventana, visualizando los rascacielos; altas columnas de hormigón y cristales, tragadas por el cielo gris.

Habían pasado solo unas 2 horas y media; justamente en ese momento llegamos al lugar. La chica y el señor salieron del auto, y se acercaron a un un Jeep del ejército, que se encontraba en parqueado en forma de diagonal en medio de una de la vías de la gran interestatal. Mi padre miró al señor y con voz bajita le exclamó:

—¿¡Este es su auto!? ¡Es un puto Jeep del ejército! Como diablos pudieron robarle un Jeep al ejército!  —Decía mi padre, algo confuso y tratando de no elevar su voz.

El señor iba a pronunciar algunas palabras, pero su hija lo interrumpió y dijo:

—Escapamos de una de las tantas bases militares que tiene el ejército. A nosotros y muchos nos habían tomado nuestra libertad.   No tardaron algunos que por medio de la violencia verbal y amenazas, trataran de enfrentarse a los soldados.  Ellos respondieron degollando a varios de ellos frente a nosotros. Nos habían mantendio en "Raya" amenazandonos,  sin explicarnos nada sobre el cautiverio al que nos somentían, más allá de decirnos a cada momento "infectados". ¿Era por eso?¿Sospechaban si estábamos o no infectados? Era obvio que no era esa la razón. Todavía no la sabemos del todo.  —Decía la chica observando mi padre desde fuera del auto. A mi mente llegaban esas imágenes imposibles de borrar, esas imágenes importadas del mismísimo infierno, esas que me provocaban dolor en mi alma. Me costaba estar incorporado.

La chica siguió relatando:

—A otros los forzaron a realizar trabajos pesados. Los hacían cargar pesados sacos de trigo y arroz. Para evitar que trataran de escaparse, les colocaban brazaletes eléctricos, que provocaban ataques nerviosos a quien se alejaba del área.  Nuestra fuga fue una oportunidad de una en un millón; a decir verdad es repugnante el tan solo narrarla para ustedes. —La chica mostraba cierto grado de incomodidad— Fué esa tarde; nadie había pensado que algo así ocurriría, pero ocurrió. Nosotros habíamos permanecido durante dos semanas internados en ese lugar. Intentaron muchas formas para escaparse de la base, terminando todas o en algún asesinado o alguien enviado a los trabajos forzosos. Pero esa tarde, esa tarde algo ocurrió. Incomprensible. Algo inaudito. Una oportunidad en un millón. —Decía la chica, mostrando mucha sorpresa.

—Estabamos tranquilamente como de costumbre, nada parecía salirse de lo común. Los pasillos estaban silenciosos, y muy tranquilos. Entre todos entonces, empujamos las celdas y logramos hacerla desplomar. Caminos entre los pasillos de la base, encontrando una escena terrible. El olor era nauseabundo, ese olor metálico me causó náuseas; pero eso era lo mínimo. Habían cuerpo destripados, con órganos rodando entre los charcos de roja y espesa sangre; El silencio era sepulcral. Pudimos ir a la parte de frente de la base, y todos, todos estaban muertos... ¡todos estaban muertos! en el suelo estaban esparcidas sus cabezas, sus tripas, las cuales se enreversaban entre sí, formando una sola. La sangre hacía charcos y ríos que regaban todo el campo. La tierra se manchó con sangre, y la tierra se ligó con ella. allí, se escuchaban los gritos de horror de la gente, gritos escalofriantes, gritos desgarradores. Yo, no me creía nada, me mareaba, mientras mi madre trataba de alejarme de ahí. Parecía una carnicería de lo mas cruel, y lo peor.... no sabíamos que fue lo que pasó.  —Decía mientras sus ojos se debilitaban y se ponía muy tensa.



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En el texto hay: misterio, apocalipsis, ciencia ficcion

Editado: 21.08.2023

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