Apocalipsis "La Leyenda Del Fin"

Capítulo I "Un Día Normal"

Su esposo y ella estaban en la mesa de la cocina, tomando café, leyendo el periódico, se podría decir que un día normal, hasta que escucharon un crujir, sintieron el piso como cimbró y todo se movía, al principio pensaron que era un pequeño temblor, César inmediatamente fue a ver lo que pasaba y al poco rato su esposa escuchó que le llamaba diciéndole que tenía que salir a ver lo que estaba pasando, su sorpresa fue grande, había un gran hoyo que parecía tener lava y fuego dentro de él, en ocasiones podían jurar que también había pequeños destellos de luz como truenos muy pequeños interactuando entre sí dentro del hoyo aquél... De momento se veía que esos pequeños truenos comenzaron a chocar cada vez más rápido ocasionando una nube de humo de un color negro muy oscuro y denso, esa nube comenzó a salir del hoyo ardiente, ellos no estaban tan cerca pero podían notar que la nube crecía y se comenzaba a salir hacía la superficie, el hoyo hizo una explosión atrapando la nube negra, César y su esposa sólo vieron un destello después de eso, se taparon la cara con el antebrazo tratando de protegerse pero seguían viendo de reojo. Cuando la luz cesó y podían fijar la mirada vieron que la nube negra ahora era de un color naranja metálico con un aura rojo, estática la nube posó al pie de el hoyo ardiente, César y Chloe no creían lo que estaban viendo, la nube aquella comenzaba a hacerse más pequeña y más pequeña, César decidió acercarse a observar y Chloe fue atrás de él, la nube se había comprimido y para su sorpresa parecía que hubiera tenido todo el tiempo a una bebé en su interior o que la misma nube se hubiera convertido en una pequeña bebé de tés blanca con pequeñas pecas en la cara y ojos que pasaron de un color naranja al gris.

César tomó a la bebé y la cargó entre sus brazos, estaban al pié del hoyo ardiente y se le quedaba viendo, Chloe se acercó y se voltearon a ver después de mirarla, él y Chloe podían leerse la mente y sonrieron, Chloe tomó a la bebé entre sus brazos y en ese momento el suelo tembló y el interior del hoyo comenzaba a agitarse, la tierra que pisaban se desbordó haciendo que cayeran junto con la bebé... César fué rápido, él alcanzó la mano de Chloe y la empujó hacia afuera pero por su impulso él fué quien terminó cayendo a aquel hoyo, Chloe terminó en el piso y al asomarse al hoyo aquél no vió a su esposo, inmediatamente la tierra se sumió hacía el agujero de fuego y fué cómo sí se cerrara.

Han pasado 20 años, su hija Calena ha crecido, nunca le ha dicho nada respecto a el extraño día de su llegada y sobre la muerte de su padre creé que murió en un accidente por salvar a una señora y su bebé (aunque no sabe que se refiere a ellas) ella estudia y Chloe trabaja, todo parecía ir bien en sus vidas pero un día cambió todo con la visita de un misterioso personaje...

La alarma de Calena había sonado, ella la apagó con trabajo, después de despertar se quedó sentada en un costado de su cama bostezando y tallandose los ojos, volteó a ver su reloj y sus ojos se abrieron como platos.

-Oh ¡Maldición! ¡Llegaré tarde a la escuela! —dijo ella parándose de la cama rápidamente.

Se fué al baño preparó su agua caliente en la regadera y tomó su cepillo de dientes para lavarselos mientras se bañaba pues así se ahorraba más tiempo, por fin una vez terminó de bañarse se vistió, revisó nuevamente su mochila para cerciorar que tuviese todos los materiales para su día de clases.

-¡Lena! ¡Se te va a hacer tarde otra vez! —le gritó su madre desde la cocina.

-¡Si, ya voy mamá! —dijo Calena mientras se ponía su mochila.

Calena salió y cerró su cuarto, bajó las escaleras y se dirigió a la cocina, su plato ya estaba puesto, ella saludó a su madre con un beso.

-Gracias mami, pero creo que ya no me dará tiempo de comerme todo esto. —dijo Calena mientras se sentaba y comenzaba a comer deprisa.

—No me importa, tú come y no hables con la boca llena, ¡Por favor! —dijo su madre en tono de juego.

Calena terminó de desayunar e inmediatamente se paró de la mesa y salió corriendo.

-Gracias mami, me voy —dijo mientras salía de la casa.

-Esa niña, ya le he dicho no se cuantas veces que levante su plato —dijo Chloe mientras levantaba el plato de su hija.

Calena se fue en su bicicleta a la escuela como todos los días, pero a diferencia de esos días hoy iba demasiado rápido por la avenida, pasaba entre los carros hasta que por la velocidad que llevaba no se percató del camión que tenía en frente, el choque parecía inevitable, Calena intentó parar y terminó tirada en el pavimento, la bicicleta salió volando y el camión trataba de frenar, todo parecía ir en cámara lenta, Calena puso su mano frente a ella mientras gritaba, en ese momento el camión se partió por la mitad y Calena se había salvado, el chofer del camión no salió herido y pero si sorprendido, Calea se quedó viendo su mano y su alrededor, los coches y la gente estaban parados frente a ella, su mano tenía un color amarillo incandescente como cuando sacas un pedazo de metal del fuego después de mucho tiempo, pequeños rayos se veían entre sus dedos y ella solo pudo salir corriendo de aquella escena, se fue directamente a clases desconcertada y asustada trató de ignorar todo lo que había pasado.

Calena llegó a clases y para su fortuna su maestro no había llegado, sus compañeros estaban cada quien en lo suyo, ella por otro lado no era muy social, pero no se llevaba mal con nadie.

-Buenos días jóvenes, lamento la demora, no creerán lo que me pasó en medio del tránsito, un camión tuvo un accidente aparatoso, tanto que se partió a la mitad y dicen que hubo un herido, pero pues ya estoy aquí, ¿Podrían decirme en que nos quedamos la semana pasada? -dijo el profesor Reygadas.

-¿Es increíble no? Los pretextos que pueden poner los maestros -le susurró un compañero a Calena.

Ella no pudo evitar sonreír.

-Pues no sé, yo si le creo, yo también ví el accidente y muy de cerca -dijo Calena mientras se encogía de hombros en su asiento.




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