Apocalipsis sentimental.

12: Sorpresas y más sorpresas.

Tomas.

 

Dos horas clavas que estoy esperando a esa chica. Ya mi paciencia se agota. Me pongo de pie y salgo de ahí. Ya he esperado demasiado ¿y para qué?

Me subo a mi auto y acelero. Al menos hice el esfuerzo en venir a la cena que organizó Barry. Es agotador tener que escucharlo decirme lo que tengo que hacer y qué no hacer. Freno enfrente de mi amigo el tatuador y entro a su bonito negocio.

– Tomas-me saluda contento-hace mucho que no te veo, solo oí lo que pasó a donde te fuiste a estudiar. Cerraron la frontera ¿Cómo saliste?

– Barry-confieso-pero ahora estoy de vuelta y voy a volver a mi antigua vida.

– Como usted diga-habla mientras ríe-¿Qué puedo hacer por ti?-dudo por unos segundos hasta que le señalo uno de los tantos retratos que tiene.

– Esa maravilla-señalo una calavera ardiendo en llamas.

– Bien-acomoda sus cosas-¿en dónde lo quieres?-ordena sus instrumentos.

– En las costillas, lado izquierdo-me quito la camisa y la dejo encima del mostrador.

– Como gustes-saca su pequeña máquina y las tinturas. Pega un papel y comienza a dar le forma, lo quita y empieza a tatuar. Duele, pero ya estoy acostumbrado. Luego de unas horas, la obra de arte queda hecha. Es espectacular-Por cierto-acomodo sus cosas ¿Te estuviste ejercitando?

– Algo así-confieso colocándome la camisa-Mails-llamo su atención-¿podrías quitarme esto?-señalo detrás de mi oreja.

– ¿Estás seguro? Ya sabes…es lo único que…-lo interrumpo.

– Mails, es tu trabajo. Solo hazlo-le contesto molesto-ya no me importa ese estúpido corazón-asiente y saca una máquina un poco grande.

– Te recuerdo que duele más que el tatuaje-comienza a quitarlo y sí que duele. Luego de unos minutos termina-listo.

– Gracias amigo-me pongo de pie y saco mi tarjeta-ten, cobra-él niega.

– Es un regalo de bienvenida-sonríe-no me debes nada.

– No me hagas depositar más en tu cuenta bancaria-amenazo a lo que él toma la tarjeta. Siempre que no me cobra, deposito más de lo que sale en su cuenta.                    

 

***                                                                                                                                                                                                                                              

 

Ya estoy en mi casa y no encuentro a Barry por ningún lado. Le iba a decir que mi “prometida” no se presentó en la cena. Agotado me siento en el sillón y enciendo la televisión. Mi madre siempre ve sus novelas y no me sorprende que aparezcan esos canales. Llego al canal de noticias en donde aparece Jackson ¿Qué demonios?

– El hijo del accionista y empresario Gabriel Torres, ha vuelto luego de la catástrofe que ocurrió en la ciudad de Estados Unidos, donde realizaba sus estudios-imágenes de Jack aparecen en la pantalla-pero no vino solo, vino con su prometida y los preparativos de la boda están en marcha-la sorpresa que me llevo al ver a Jess junto a Jack, tan untos. ¿Ella es su prometida? ¿Cuándo pasó esto?

– Así es Mónica-habla el otro reportero-ahora mismo tenemos un video de una entrevista que le han hecho a Gabriel, su hijo y su prometida-miran todos a la pantalla detrás de ellos y ahí aparece ella, tan hermosa como siempre, sus ojos tan brillantes y delicados.

 

–Hola Gabriel-saluda el reportero-¿Cómo está todo?

– Todo está muy bien ahora que Jack volvió.

– Hemos oído que tu hijo se casará-comenta uno de las personas que se encuentran frente a ellos-Pero… ¿De verdad quieres que se case con alguien que no tiene padres empresarios o que no esté al nivel de tu hijo?-esa pregunta hace que Jess juegue con sus pequeñas manos. Está nerviosa.

– No tengo una respuesta clara, pero si mi hijo es feliz con ella, yo seré feliz. No utilizaré a mis hijos por el bien de la empresa-escuchar eso hace que odie cada vez más a Barry, él si lo haría y más.

– Me alegra escuchar eso-todos sonríen, incluyendo a Jess-¿Cuándo será la boda? ¿Crees que sea la indicada para tu hijo?

– Los preparativos de la boda, se están llevando a cabo. Así que sí-escuchar eso hace que mi sangre hierva-ella es una chica muy especial-comenta y puedo notar como se sonroja. Claro que es una chica especial, ¿Cómo no serlo?

– ¿Podemos saber en dónde se realizará?-la curiosidad invade a los reporteros.

– Se hará en el palacio de mi padre, Walter-comenta mientras que Jack le susurra algo a Jess ¿Cómo es que terminaron así?-pero se le permitirá el paso a las personas que tengan la invitación. Así que solo los reporteros elegidos tendrán el honor de ver a la novia en personas-¿Invitación?

– Que lastima para algunos reporteros y yo entro-se ríe solo-bien Gabriel, no te robaré más tiempo, nos veremos pronto-Gabriel saluda y cuelga.

Necesito conseguir esa estúpida invitación. No puedo quedarme así como así y no hacer nada. Solo que no sé cómo. El sonido del timbre me saca de mis pensamientos. Miro hacia de dónde provino el sonido y una de las tantas mujeres que trabaja aquí abre la puerta. Recibe un sobre rosa con un moño rojo. Cierra la puerta y observa el sobre por unos segundos hasta que me ve, se acerca y me lo entrega sin decir nada. Lo abro y me encuentro con lo que tanto pensé.

Para: Tomas Rodríguez.

De: El señor y la señora Torres

¿Señora Torres? ¿Desde cuándo Jessica utiliza el apellido de Jackson? No puedo leer esto, solo la usaré para entrar y convencer a Jessica de que no lo haga. No puede casarse con Jackson. Esto debe ser una broma de mal gusto. Ella no es de esas personas que utilizan a las demás ¿O sí? Una risa se escapa de mis cuerdas vocales. Tal vez sí, ella quiere casarse con Jack, para quedarse con todo ¿Es una caza fortunas?

Arrojo la invitación al sofá y salgo de la casa. Necesito salir y despejar mi mente. Me subo a mi auto y conducto a toda velocidad. No puedo dejar de pensar en que tan cerca estaba Jackson de Jess. ¿Eso se hace llamar mejor amigo? Es un bastardo. Llego al bar de un amigo y decido tomar algo.




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