13: Confesiones.

Jessica.

Mis piernas tiemblan mientras camino hacia el altar. Desearía tener a mi padre a mi lado, pero aún está en esa estúpida ciudad, al igual que mi mamá y mi hermano. Quisiera que estén aquí. Mis pasos se detienen frente a Jackson.

– Estamos aquí reunidos para celebrar la boda de Jackson Torres y Jessica Álvarez. Si su deseo es unir sus vidas en matrimonio hasta que la muerte los separe, lo indicarán tomándose de la mano derecha-en eso, sin más, unimos nuestras manos-En presencia de estos amados familiares y amigos. Jessica Álvarez ¿Aceptas a Jackson Torres como tu esposo? ¿Lo amarás y lo respetarás, serás siempre honesta con él? ¿Lo trataras con amor, bondad, ternura y dulzura serás una verdadera ayuda idónea para él? ¿Le proporcionarás un refugio de amor que le brinde valor y fortaleza? ¿Mantendrás esa dulce sonrisa como un saludo constante para él, a pesar de las circunstancias, ya sea en la prosperidad en la dificultad, en la salud o en la enfermedad, en los momentos de alegría o en la tristeza y prometes comportarte así hasta que exhales tu último suspiro?

– Sí, lo haré-una sonrisa nerviosa se escapa de su boca. Su mirada no se despega de la mía y me siento de una forma que no puedo describir tan fácilmente. Es algo hermoso.

– Jackson Torres ¿Aceptas a Jessica Álvarez como tu esposa? ¿La amarás y la respetarás, serás siempre honesto con ella? ¿La trataras con amor, bondad, ternura, y respeto? ¿Le proporcionarás un refugio de amor que le brinde valor y fortaleza? ¿Mantendrás esa dulce personalidad y esa misma sonrisa como un saludo constante para ella, a pesar de las circunstancias, ya sea en la prosperidad o en la dificultad, en la salud o en la enfermedad, en los momentos de alegría o en la tristeza y prometes comportarte así hasta que exhales tu último suspiro?

– Yo…-el sonido de dos manos impactando entre sí, retumbando en el lugar, prohíbe que siga hablando.

– ¿Es este momento en el que digo “Yo me opongo”? Entonces…Yo me opongo-una sonrisa victoriosa surca su rostro. Jackson lo fulmina con la mirada. Se acerca a nosotros y se coloca enfrente de mí, dándole la espalda a Jack-Yo sí acepto-dicho esto toma mi cara y estampa sus labios contra los míos y yo no logro hacer nada. Estoy tan sorprendida que ni siquiera me doy cuenta de cuánto tiempo estuvo así, porque yo no correspondí a su beso-te dije que te haría mía-mis ojos están más abiertos de los normal y tenerlo tan cerca me hace recordar la última vez que lo vi, da miedo su presencia.

– ¿Qué demonios crees que está haciendo?-Jack lo da vuelta bruscamente y toma el cuello de su camisa-ella no es tu prometida, ella es mía.

– ¿Quién lo dice?-sonríe-aún no es del todo tuya, según la ley, después de besarla es tuya y yo la besé, quiere decir que ahora es mía-lo desafía y Jack solo lo observa con más odio.

– ¿Creen que soy un objeto?-demando-porque si es así, no lo soy.

– Yo no te he tratado como un objeto-Jeison se defiende zafándose del agarre de Jack-él ha dicho que eres de él-sonríe con cada palabra que da-y no es así ¿Verdad?-Jack me mira y espera una respuesta de mi parte, pero antes la presencia de Gabriel hace que ambos le den toda su atención.

– ¿Jeison que haces?-lo mira con desaprobación-este lugar es el palacio de Walter, no un patio de juegos-lo regaña-sal de aquí y deja que la boda termine.

– Bien, me iré-toma mi muñeca y me lleva con él, trato de zafarme pero es demasiado fuerte-pero con mi prometida-decir eso hace que Jack quiera ir tras Jeison, pero su padre se lo prohíbe-si me disculpan.

Todas las personas presentes observa la escena sosprendidos y sin ningun comentario. Y para mi suerte, la que no tengo, los camarógrafos no dejan de tomar fotos mientras que Jeison me lleva, de la mano, lejos del altar y sin que yo haga nada.

– Lo resolveremos en casa-logro escuchar a Gabriel, antes de alejarme. Cruzamos las puertas y ya nos encontrábamos en el frío aire. ¿Ya es de noche? Que rápido que pasa todo.

– ¿Qué haces? Sabes que me iba a casar con tu hermano-él me sonríe y yo niego-¿Te ríes de mí?

– ¿Puedo besarte?-su pregunta abre mis ojos como dos platos. Hace un momento me besó sin pedir permiso ¿Por qué ahora si la haría? No es que quiero que me bese, es que es demasiado extraño, para que sea real. Su cara es seria y creo que su pregunta fue enserio-algo que no puedo evitar-agrega acercándose a mí, hasta pegar nuestros labios, esta vez sí reacciono y me alejo ante su acción.

– ¿Qué es lo que quieres? ¿Por qué me hacen esto a mí?-pregunto con lágrimas en mis ojos.

– Te quiero a ti Jess, eres especial-su voz es tranquila, nunca lo había escuchado tan tranquilo, de las pocas veces que nos vimos-eres la única que con tan solo ver o escuchar me hace feliz-no encuentro ninguna pisca de que esto podría ser una broma, toda, cada palabra que da, está más serio que nunca.

– Jeison-Jackson se acerca hacia nosotros-¿Puedo saber por qué hiciste eso?

– Porque me gusta Jess-confiesa. Es demasiado directo-por más que quieras no podrás hacer nada para evitarlo y lo sabes muy bien-amenaza-no abuso de mi poder, solo quiero algo que al menos pienso que tendré, por una vez.

– Tienes que irte-define sin querer seguir con la conversación-vamos Jess.

– Ella se irá conmigo-una sonrisa aparece en su rostro-vamos Jess.

¿Qué demonios está pasando? ¿Acaso los hermanos se pusieron de acuerdo para hacerme Jaque mate? Niego a ambos y me dispongo a comenzar a caminar dentro para quitarme el vestido.

Quiero casarme con Jack, pero este es el momento menos indicado. Me adentro al lugar y millones de flash de cámaras me dejan ciega. Corro hacia la habitación y entro, cerrando con seguro. Me quito el vestido y me coloco mi ropa, que consiste en un pantalón Jogging Frizado negro, una camiseta roja,  mis converse negras y mi buzo negro. Sí, he querido venir cómoda cuando me colocaron un vestido que pesaba como doscientos kilos.